martes, 26 de julio de 2011

Josef Muscha Müller


Josef Muscha Müller

© USHMM

Josef Muscha Müller nació en Bitterfeld (Alemania) en el año 1932, en el seno de una familia Romaní. Por razones desconocidas, seguramente debido a las dificultades económicas, fue entregado en un orfanato, el hogar infantil de Kröllwitz y allí transcurrió su primer año y medio de vida. En la época que nació Josef, alrededor de veintiséis mil gitanos vivían en Alemania. Aunque la mayoría eran ciudadanos alemanes, eran frecuentemente discriminados y acosados por otros alemanes.


Josef nunca conoció a sus padres biológicos. Cuando cumplió un año y medio, Josef fue puesto a cargo de una familia alemana que vivía en Halle, una ciudad cercana a Bitterfeld. En ese mismo año, enero de 1933, los nazis subieron al poder. A Bubi (como llamaban de forma cariñosa a Josef) le encantaba, como a todos los niños, salir a la calle a jugar y desde siempre le hacia mucha ilusión poder ir a la escuela.


Portada de la edición española del
 libro “Muscha” de Anja Tuckermann

© Ed. Bruño

Una de las anécdotas que recoge Anja Tuckermann en el libro titulado “Muscha” y que cuenta la historia de Josef se refiere a que su madre no quería que fuera a la escuela sin antes haber visto a Adolf Hitler en persona, pues si la maestra preguntara en clase quién no conocía a Hitler y Josef fuera el único en no levantar la mano no estaría bien, así que lo llevó a Berlín para que lo pudiera ver, se situaron en la avenida Unter den Linden en medio del gentío que esperaban ansiosos que pasase el Führer, camino del Reichstag para dar un discurso. Josef lo vio y por supuesto al día siguiente nada más entrar a clase lo primero que hizo la maestra fue señalar al cuadro de Hitler y preguntar a los niños y niñas si ya habían visto al Führer.


En los primeros días de colegio aprendían canciones alemanas. Durante los recreos muchos de sus compañeros comenzaron a insultarle, Josef no sabía las razones que llevaban a su compañeros a menospreciarlo.


Josef Muscha Müller

© USHMM

A Josef le costaba mucho aguantar el brazo extendido durante todo el tiempo que duraba la interpretación del himno alemán que había que cantar cada mañana a la entrada a la escuela y siempre la maestra le pegaba por ese motivo, aunque Josef no entendía por qué a él le pegaban cuando algunos de sus compañeros se apoyaban en los hombros de otros. Siempre había un motivo para que los profesores le pegaran, a los demás también les pegaban pero generalmente obedecía a alguna razón, pero Josef no entendía que siempre le tocara a él sin motivo aparente.


Su madre tuvo que llevar a Josef al Instituto de Higiene Racial, allí le midieron todo lo que se pueda medir en un cuerpo humano y le realizaron una ficha. Después una mujer del Departamento de Protección de Menores habló a solas con su madre e intentó convencerla para que cambiase a Josef por un niño rubio y de ojos azules. Su madre montó en cólera y dijo que había criado a su hijo con todo el amor del mundo y que no era sustituible como si se tratara de una mesa o una silla. Como castigo la obligaron a coser abrigos militares para el ejército alemán. Josef nunca supo que ese lugar era el Instituto de Higiene Racial, sus padres siempre prefirieron ocultarle su origen Romaní.


Josef Muscha Mulller y sus padres adoptivos.

© BR online

Un día fue a la escuela un muchacho de las Juventudes Hitlerianas y entregó unos papeles para que los niños se inscribieran en el movimiento, pero a Josef no se los dieron. Y a él le hacia mucha ilusión pertenecer a las Juventudes, porque él quería ser uno más y jugar con sus compañeros. De buenas a primeras todos los que él creía que eran sus amigos empezaron a tratarlo mal, entre ellos Günter o Gerhard, lo insultaban y le llamaban “bastardo” y “mulato”. Su padre ante el cariz que tomaron los acontecimientos y observando la creciente angustia y pesadumbre de Joseph lo cambió de clase, con otro profesor amigo suyo, que era mucho más bueno y amable con él.

La situación se volvió aún más dramática cuando una mañana de noviembre de 1944 dos agentes nazis entraron en el aula y se llevaron a Josef, lo condujeron hasta un hospital, donde lo operaron, le practicaron la esterilización forzosa, para que no pudiera tener hijos, pero a él los médicos nazis le dijeron que fue intervenido de apendicitis.

Después de recuperarse, Josef tendría que haber sido deportado al campo de concentración de Bergen-Belsen. La lista de deportados fue entregada a un hombre de las SS, el encargado de enviar los trenes especiales que transportaban a las personas con destino a los campos de concentración. El hombre de las SS era conocido de la familia, el señor Bartelt. Éste, fue inmediatamente a ver a los padres de Josef  y les dijo que lo sacaran lo más rápidamente que pudieran de la ciudad. Sus padres pertenecían al grupo de resistencia al régimen nazi “Edelweiss” de Halle. Su tío Cord, con la ayuda de una enfermera y un ayudante lograron sacarlo de contrabando del hospital. Lo escondieron llevándolo a una casa, así vivió oculto en el cobertizo de un jardín, cinco meses sin salir, hasta el final de la guerra, pasando frío y hambre y recibiendo solamente las visitas de su tío, de Verónica y de otros amigos de sus padres.

Cuando la guerra al fin acabó, un soldado americano lo encontró, y a él y a otros más los llevaron a su casa donde se reencontró con sus padres. Solamente cuando se hizo mayor comprendió todo lo que le había pasado durante su infancia; que era adoptado, su origen Romaní y que por ello la mayoría de sus compañeros y profesores lo trataban de manera diferente a los demás, la G que venía impresa en su cartilla de racionamiento y también se enteró de que tenía un hermano gemelo.


Josef se casó pero no pudo tener hijos.


Josef Muscha Müller ante un grupo de estudiantes al que narra en 2004 sus experiencias.

© Bertha von Suttner Oberschule

Fuentes:
- Muscha. Anja Tuckermann. Editorial Bruño. 192 Páginas. 2003.
- USHMM.
- Lebensunwert, zerstörte Leben: Zwangssterilisation und "Euthanasie" Margret Hamm, Bund der "Euthanasie"-Geschädigten und Zwangssterilisierten. VAS, Verlag für akademische Schriften, 2005 - 254 páginas. PP. 48, 51, 197.

-  Der Rote Ochse Halle (Saale): politische Justiz 1933-1945/1945-1989. Joachim Scherrieble, Daniel Bohse, Alexander Sperk, Gedenkstätte Roter Ochse Halle (Saale). Ch. Links Verlag, 2008 - 576 páginas. Página 94.