jueves, 15 de marzo de 2012

Hannes Weiss


Hannes Weiss

© Anne Frank: a History for today


La historia de Hannes Weiss nacido en 1930, es la historia de un superviviente Romaní en Holanda, alguien, que gracias a su inteligencia, a la suerte del destino y a que pudo esconderse de los alemanes consiguió sobrevivir al Porrajmos.

Hannes Weiss fue víctima de discriminación porque nació Romaní, él y su familia fueron tratados como no arios por los nazis.

El padre de Hannes fue un gran artista de circo, un acróbata del más alto nivel. Sus saltos resultaban de una gran espectacularidad. El circo siempre acababa con su actuación, era la estrella del espectáculo circense. Su padre y su tía Ana, una hermana de su padre, se convirtieron en unos fenómenos bajo la carpa.

Fue en el circo donde conoció a la futura madre de Hannes, cuando ella llegó al circo tratando de vender su mercancía a la gente que vivía del espectáculo ambulante.

Hannes tenía cuatro hermanas y dos hermanos. Nunca asistieron a la escuela. Todo lo que aprendieron de la vida se lo debían a sus padres. El saber entre el pueblo Romaní se transmitía de forma oral, de padres a hijos, de hijos a nietos ... así es como era entonces y, con frecuencia sigue siendo hoy en día.

Tatta, el padre de Hannes, murió en 1942 durante el transcurrir de la guerra, cuando nuestro joven protagonista contaba 12 años, debido a una enfermedad. Por ello, todos se marcharon a vivir a La Haya. De este modo, fue como Hannes se convirtió en el cabeza de familia.

Los nazis llevaban en Holanda desde que la invadieron en mayo de 1940. En el comienzo de la guerra, los Romaníes holandeses no estuvieron sometidos a las mismas restricciones a las que tuvieron que enfrentarse los Judíos, aunque reseñar que ya en 1940 se aprobó una ley en Holanda que limitaba los movimientos para viajar de un lugar a otro, aunque no entró en vigor plenamente hasta 1943, cuando la Wehrmacht confiscó todos los caballos, y los nazis establecieron 27 campamentos centralizados y vigilados por fuerzas policiales holandesas. Además en 1943 los nazis comenzaron a elaborar un registro nacional de delincuentes. Muchos Romaníes fueron considerados criminales en función de su origen étnico y por su estilo de vida itinerante y fue por ello por lo que quedaron registrados en esa lista. Para evitar el registro muchos Gitanos se escondieron en casas particulares, o huyeron a las grandes ciudades, como Amsterdam o La Haya, donde trataron de pasar al anonimato. Eso fue lo que intentó hacer nuestro protagonista, Hannes, como buen Romaní, siempre fue muy avispado y estaba dotado de una gran inteligencia e instinto para la supervivencia, valga como botón de muestra, cuando obligó a todos sus hermanos a teñirse de pelirrojos para pasar desapercibidos ante los soldados alemanes.

La situación poco apoco iba empeorando y la presión que los nazis ejercían sobre los Romaníes cada día se intensificaba. Hasta que llegó el día en que los alemanes llevaron a cabo una razzia contra los Romaníes en el Kempenstraat, como a su vez ocurría en toda Holanda, el objetivo, detener a todos los Romaníes y conducirlos a Auschwitz. Los Weiss consiguieron escapar a través de un agujero que habían hecho en una pared que se hallaba contigua a la casa vecina y a través del techo de sus vecinos consiguieron escapar.

La familia se trasladaba constantemente de un lugar a otro. Un día, durante uno de los momentos en los que Hannes estaba fuera buscando comida, fue detenido por la policía y trasladado a una comisaría en Zutphen. Lo golpearon de forma continua mientras le preguntaban, una y otra vez donde se escondía su familia.

Pero Hannes nunca traicionaría a los suyos, allí, en ese lugar lo mantuvieron durante dos días, hasta que los nazis se presentaron en el interior de la celda con su madre y los pequeños. Su madre se había entregado porque había entendido que no le quedaba otra opción. Su progenitora siempre había dicho que si a uno de ellos lo detenían, el resto tenía que seguirlo fuese adonde fuese. Los trasladaron a Assen, allí los montaron en un tren con destino al campo de tránsito de Westerbork.

El tren estaba lleno hasta los topes, fueron de los últimos en llegar a la estación, pero por la suerte que a veces depara el destino y gracias a la complicidad de un policía que estaba vigilando en el andén, éste les dijo: "cuando me quite la gorra, ese será el momento en que todos deberéis saltar hasta el otro tren de pasajeros". Tan pronto como Hannes vio la oportunidad, empujó a su madre y a los más pequeños con dirección al otro tren.

Una parada antes de llegar a Vorden se bajaron del tren de pasajeros y regresaron a su caravana, que por suerte aún estaba en pie. Recogieron algunas pertenencias y se separaron. Su madre se fue con las dos niñas a Amsterdam y Hannes se marchó con los más pequeños a La Haya. Tenían previsto reunirse con posterioridad de nuevo en La Haya. Así lo hicieron y encontraron en esa ciudad una casa, pero de nuevo pasado un tiempo llegaron hasta su nuevo hogar los alemanes. Cuando los Weiss se dieron cuenta de que llegaban, Hannes y su hermano consiguieron esconderse bajo unas tablas en el suelo, su madre y los demás se escondieron en el exterior de la vivienda, en el primer lugar que pillaron. Los nazis dispararon contra el suelo, pero ninguna de las balas les dio a los dos jovenzuelos Romaníes. Después de dos días salieron de sus escondites, por supuesto, hambrientos y exhaustos. Su hermana salió a buscar algo de comida, ante la imposibilidad de encontrar nada con lo que alimentar a todos, no le quedó a la pobre otro remedio que romper el cristal de un escaparate y robar dos quesos enteros, cuando regresó todos se pusieron muy contentos. Desde ese momento, Hannes y su familia decidieron que si querían sobrevivir lo más conveniente era pasarse a la clandestinidad. Entonces se echaron al camino. Hannes se sentía que llevaban vida de animales nocturnos: caminar toda la noche y esconderse durante el día.


Pasado un tiempo se marcharon a vivir con una hermana de su madre, allí se encontrarían a salvo.


Hannes Weiss

© RKK

Al atardecer de cada día nuestro Hannes salía a la calle, pero la singularidad es que lo hacía vestido con ropa de mujer para que no lo reconocieran los alemanes. Iba de aquí para allá buscando comida. Una noche, después de dar un paseo, alguien llamó a la puerta de la casa donde se escondían y les dijo que su tío y su tía estaban en el cine viendo una película y que la policía había acordonado el vecindario entero. Hannes no se lo pensó dos veces, se puso un abrigo largo, para que pareciese un policía vestido de civil. Se fijó un botón que contenía las iniciales NSB (Movimiento Nacional Socialista) y que tenía insertada una cruz gamada, y que había tenido la ocurrencia de que una vez que se la había encontrado la guardó. Hannes se marchó hacia la sala de cine. Entró en el cine, hizo el saludo nazi y dijo ¡Heil Hitler!, ordenó que cerraran el teatro. Entró en la sala y su tío y su tía no podían creer lo que veían. Su sobrino, un miembro del partido. Sus tíos se quedaron totalmente contrariados. Hannes les ordenó que se pusieran en pie. Algunos de los muchachos que poblaban las butacas de la sala empezaron a maldecir a Hannes y a insultarlo, le llamaban perro traidor. Hannes les conminó a que se callaran. Les anunció que los estaba arrestando, por ello les ordenó que se pusieran en pie y que salieran con él. Hannes oyó a su tía como iba llorando detrás de él. Una vez en el exterior habló con unos soldados y les comentó que aquellas personas que lo acompañaban estaban detenidas y que se las llevaba con él para proceder a interrogarlas. Veinte metros más adelante, Hannes les dijo a sus tíos que fingieran que eran una pareja de enamorados, que se abrazasen y marcharan lentamente de camino a casa. A los chicos les pidió que cada uno se fuera por su lado.


Finalmente, llegaron a Ommen y se escondieron al amparo de unos pocos agricultores. Llegaron los estadounidenses y por fin se sintieron libres.


Hannes Weiis en actitud orante

© Corriehoogen


Hannes Weiss perdió en el Porrajmos  a 21 de sus familiares.


Hannes Weiss es el fundador y presidente honorario de la Asociación de Sinti de Holanda.


Jóvenes Sinti portan a hombros la Virgen María en la peregrinación a Roermond

© J. de Wit


Hannes Weiss es uno de los organizadores desde 1982 de la peregrinación y procesión Romaní de la Virgen María en Roermond que tiene lugar a mediados de julio de cada año. En la misa donde participan cientos de Sinti, alrededor de la hoguera, cada año se tiene un especial recuerdo a las víctimas del Porrajmos. Desde los Países Bajos y los países vecinos llegan cada año alrededor de cincuenta familias Romaníes a Roermond durante una semana para orar y celebrar en la capilla de Nuestra Señora en 't Zand. Además de una reunión religiosa la Peregrinación Sinti también representa un encuentro cultural para familiarizarse con la cultura Romaní.


Hoguera durante la peregrinación.

© J. Konings


Fuentes:
- Artículo “Sinti en Roma. Gevangen in de schaduw van herinneringen” Nederland Institut Sinti en Roma. Página 9.
- Artículo “Pueblo 'elejido'” de Ruth Toledano aparecido en el diario El país el 11 de febrero de 2000.
- Newspaper in Education.Anne Frank: Lessons in Human Rightsand Dignity. Nazi hatred brought pain and death to Gypsies. Capítulo 22 de Joyce Apsel. St. Petersburg Times, publicado el 1 de marzo de 2000
- Nederlands Auschwitz Comité. Expositie in Auschwitz. Onderduiken Hannes Weiss
- Documental: “No Place of Their Own” 90 minutos. Rodado en Holanda 2007.
- Me hum Sinthu. Ik Ben Zigeuner- Gesprekken met Zigeuners over de vervolging in de periode ´40- ´45 en de jaren daarna. Beckers, Jan. 1980. Harus Den Haag.
- Woonwagenbewoners en Zigeuners in Nederland. Gottaar, Annemarie, L. Lucassen, W. Willems.  1997. KPC Group. S´Hertogenbosch

- Vervolging van Zigeuners in Nederland 1940 1945. 1979. Sijes, Ben A. Martinua Nijhoff. Rijksinstituut voor Oorlongsdocumentatie.