viernes, 26 de julio de 2013

Sylvester Lampert


Sylvester Lampert en 1940
© Dokumentations und Kulturzentrum
Deutscher Sinti und Roma

Sylvester Lampert nació el 21 de diciembre de 1921 en Höchst, entonces una ciudad muy cercana a Frankfurt am Main (Alemania) y desde 1928 pasó a formar parte como un distrito más de la principal.

Sylvester era el tercer hijo de Jakob y Margareta Lampert. Sus padres se ganaban la vida como operadores de cine y como feriantes, su progenitor era además un músico talentoso. Su padre desgraciadamente falleció en 1931. Sylvester contaba tan sólo con 9 años de edad cuando ocurrió este hecho luctuoso en el seno de su familia.


La infancia de Sylvester transcurrió en la ciudad de Wiesbaden, donde vivió durante ocho años, allí asistió a la escuela primaria, obteniendo el graduado con muy buenas notas.

El gran sueño de Sylvester era llegar a convertirse a través del aprendizaje en un gran mecánico de automóviles. Pero en 1935 las legislaciones discriminatorias de los nazis hacia los Romaníes aumentaron y prohibieron al joven Sinto Lampert dedicarse a esta profesión. Los burócratas nacionalsocialistas le informaron de que podía realizar un trabajo más cualificado dedicándose a trabajar en la construcción de carreteras. Pero Sylvester se negaba a aceptar la situación y comenzó a realizar pequeños trabajos. En 1938 entró a trabajar en la panadería de Wilhelm Becker como repartidor de pan. En la panadería había escasez de mano de obra, mucho más después de que muchos trabajadores alemanes fueran llamados a filas. De este modo a Sylvester, a pesar de las prohibiciones imperantes, se le permitió desempeñar este trabajo en la panadería, aunque no de forma oficial y por supuesto con ningún tipo de contrato ni seguro. Sylvester asistía al mismo tiempo a la escuela de formación profesional. En la panadería trabajó durante cinco años.


Pero la cotidianeidad en la vida de Sylvester dio un giro radical el 8 de marzo de 1943… como cada jornada, el joven Lampert se encaminó hacia su trabajo en la panadería, pero aquel día todo resultaría de un modo distinto… de repente aparecieron policías en su lugar de trabajo, preguntaban por el muchacho Romaní, sin más dilación lo detuvieron y lo condujeron a la sinagoga de Wiesbaden situada en la Friedrichstrasse. Sylvester se quedó perplejo, tremendamente sorprendido, no entendía por qué lo detenían, así que solicitó explicaciones a uno de los oficiales sobre cual era la causa de su detención, éste simplemente le respondió de forma seca y brusca: “Vístete con ropa de abrigo, al lugar donde vas hace mucho frío.” En la sinagoga se reunió con su familia; su madre, sus hermanos, sus tías y tíos. Los policías nazis habían detenido a todos los Romaníes de Wiesbaden y los habían concentrado en la sinagoga. En este lugar pasaron una noche. A la mañana siguiente los llevaron hasta la estación de tren de Wiesbaden, los montaron en un tren y después de hacer una parada en Frankfurt fueron deportados al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. El hermano de Sylvester, Alfons Lampert vestido aún con su uniforme de la Wehmacht y del cual ya trazamos su biografía con anterioridad, tenía un mal presentimiento acerca del propósito de aquel viaje y comentó: "Wiesbaden, nunca más te volveremos a ver" Sylvester nunca pudo olvidar estas palabras. El viaje duró tres o cuatro días y lo hicieron en condiciones deplorables, hacinados en vagones de ganado, como si se tratase de animales. Llegaron a las instalaciones concentracionarias polacas de Auschwitz… gritos, ladridos de perros, cerrojos que se descorren y las puertas del vagón que se abren. Entre empujones los obligaron a formar en filas. Los llevaron a un lugar donde procedieron a raparles la cabeza y tatuaron a los hombres, mujeres y niños en su brazo una letra y un número. Desde ese momento nadie llamaría a nuestro Sylvester por su nombre, los nazis en el proceso de degradación al que sometían a los prisioneros de los campos de concentración se convirtió en una letra Z seguida de un número concretamente el Z-2829.

Sinagoga en la Friedrichstrasse 
de Wiesbaden
© Yad Vashem Photo Archive
           
Los condujeron hasta el Zigeuner Familien Lager en la sección BIIe de Birkenau, donde habían sido recluidos todos los Romaníes deportados a Auschwitz. Las condiciones en el campo resultaban inhumanas; alimentación insuficiente, el hacinamiento, se calcula que en un barracón preparado para alojar de 200 a 300 presos se hacinaban unas 800 personas, llevaron a un dramático deterioro de las condiciones higiénicas y sanitarias, lo que propició a su vez a que las epidemias se convirtieran en un suceso frecuente, especialmente las de diarrea y el tifus.. La vida en aquel universo terrible, prácticamente se convertía en un milagro, las constantes torturas y humillaciones de los SS y los kapos hacia los prisioneros minaban la capacidad de supervivencia de los allí confinados.

            Sylvester Lampert no permaneció durante mucho tiempo en el Campo para Familias Gitanas de Birkenau, tras unas semanas lo separaron de su familia y lo trasladaron al campo principal de Auschwitz, la fecha de su traslado se data el 12 de abril de 1943. Allí lo obligaron a realizar trabajos forzados en una fábrica de armamento en jornadas laborales que llegaban diariamente a las doce horas.

Sylvester Lampert con
el traje de prisionero
© Dokumentations und Kulturzentrum
Deutscher Sinti und


             En diciembre de 1943, las SS se presentaron en la fábrica de nuestro joven protagonista buscando “hombres fuertes" para formar un "Kommando" para trasladarlo a Natzweiler. Sylvester Lampert, que nunca había oído hablar de Natzweiler se presentó como voluntario. A pesar de que fue advertido por un hombre de las SS, que allí todo sería aún peor que en Auschwitz, Sylvester mantenía la esperanza de que las raciones de alimentos fueran algo mejores que en el campo polaco, otra razón para marcharse fue que habían seleccionado a muchos hombres que él conocía. El viaje de Auschwitz al campo de concentración de Natzweiler, ubicado en la cordillera de los Vosgos cerca de la localidad alsaciana de Natzwiller (en alemán Natzweiler) en Francia, a unos 50 km al suroeste de la ciudad de Estrasburgo y a 1.111 kilómetros de Auschwitz. El viaje duró varios días debido a la distancia y a los constantes bombardeos de la aviación aliada, lo que lo convirtió en una tortura inhumana. Probablemente, una semana después de salir del campo polaco, los prisioneros, medio muertos de hambre llegaron al campo de Natzweiler-Struthof. Nada más llegar Sylvester se percató de que aquel era otro campo terrible y que no solamente habían sido trasladados allí para trabajar sino que aquel viaje escondía otra fatal sorpresa... Médicos nazis utilizaron a Sylvester Lampert y sus compañeros ​​como "conejillos de indias" para llevar a cabo experimentos pseudo-científicos. Durante la guerra, la fiebre tifoidea también conocida como fiebre del tifus nombre de su transmisor, constituía un enorme problema, debido principalmente a las malas condiciones de higiene vigentes en el momento, agravado este hecho por las dimensiones endémicas. En el intento de remediar o contrarrestar una epidemia de tifus, los médicos nacionalsocialistas probaron vacunas en los prisioneros, estos experimentos se desarrollaron fundamentalmente en el campo de concentración de Buchenwald pero también se llevaron a cabo en el campo de concentración de Natzweiler. El médico que se hizo cargo de los experimentos con seres humanos en Natzweiler fue Eugen Haagen, que desde octubre de 1941, ocupaba la cátedra de higiene y bacteriología en la Universidad de Estrasburgo, actuando al mismo tiempo como director del Instituto de Higiene con sede en la ciudad francesa y ascendido al rango de capitán de los cuerpos militares y consultoría higienista del "Luftflottenarzt Reich" En noviembre de 1943, 100 prisioneros Romaníes fueron trasladados desde Auschwitz al campo de concentración de Natzweiler, allí Haagen trataba de probar en seres humanos la eficacia del suero de fiebre tifoidea que había desarrollado. Debido a su pésimo estado de salud, 18 presos habían muerto ya en el transporte y después de los reconocimientos médicos previos y posteriores, los médicos nazis consideraron que los prisioneros restantes se hallaban "demasiado débiles" para los ensayos y fueron enviados de vuelta a Auschwitz . En diciembre de 1943, 89 nuevas víctimas fueron trasladadas desde Auschwitz a Natzweiler, entre ellos nuestro joven Sylvester. A comienzos de 1944, Haagen seleccionó a 80 personas. Los médicos de las SS querían saber cuánto tiempo tardaban las víctimas en morir y trabajar en el desarrollo de antídotos contra la enfermedad. A 40 de los prisioneros se les inyectó el suero, los otros 40 permanecieron sin vacunar. Unos diez días después, les inyectaron a todos ellos una variante menos potente del agente patógeno, por lo que el suero resultó ser eficaz. Debido a la liberación de Alsacia por parte del Ejército Aliado y que el fin de la guerra se acercaba, los planes de Haagen para producir el suero en Estrasburgo no se llegaron a materializar. Sylvester Lampert tuvo “suerte”: probaron en su cuerpo el antídoto y tras inyectárselo consiguió sobrevivir.

Vista general del Campo de concentración de 
Natzweiler-Struthof en 1945
© USHMM cortesía de Abraham M. Muhlbaum

   En la primavera de 1944, lo trasladaron junto con un grupo de prisioneros Romaníes a Neckarelz cerca de Mosbach, ya que los nazis necesitaban trabajadores forzados para la ampliación de una cueva de donde se extraía yeso en Obrigheim. Los prisioneros fueron alojados en el edificio de un antiguo colegio rodeado de un vallado con alambre de púas. Cinco aulas, cada una de las cuales medían aproximadamente 70 m², fueron equipadas con literas de madera de dos pisos. El patio de la escuela se utilizó como patio de armas. A la entrada del campo se sitúo un letrero que decía "Campo de Trabajo de Neckarelz". La escuela distaba unos tres kilómetros de la cantera de yeso, por lo que los prisioneros iban a trabajar a pie por el camino que avanzaba a través del pueblo. Justo enfrente del edificio de la escuela se encontraba la posada "Alpenrose", un salón de baile, que sirvió de alojamiento a los guardias. 

Escuela de Neckarelz que funcionó como campo de trabajo.
© KZ Gedenkstaette Neckarelz e. V.


         La muerte estaba también muy presente en Neckarelz, los bombardeos aliados estaban provocando el recorte en las raciones de comida de los prisioneros, además de las peligrosas explosiones subterráneas en el trabajo, el constante acoso y palizas de los guardines formaban parte cotidiana de la vida de los presos. Las malas condiciones de higiene fueron causa de brote de enfermedades y epidemias. Sylvester Lampert fue testigo en Neckarelz de la muerte de un joven polaco, al que los SS ahorcaron tras haber intentado escaparse por cuarta vez.

         A medida que la guerra avanzaba se veía que la derrota militar de los alemanes era inevitable. Los SS decidieron trasladar a los prisioneros de Neckarelz al campo de concentración de Dachau, cerca de Munich. En el camino, el tren en el que viajaban fue atacado por aviones aliados, por lo que tuvieron que continuar finalmente a pie, los historiadores han llamado a estas largas caminatas forzadas de prisioneros como marchas de la muerte donde muchos prisioneros perdieron su vida. 

Fotografía de prisioneros en una Marcha de la Muerte desde
el campo de concentración de Dachau 29 de abril de 1945
© KZ Gedenkstaette Dachau

         Sylvester Lampert llegó al campo de concentración y lo condujeron hasta el aeropuerto de Munich-Riem, allí los SS obligaron a los prisioneros a reparar las pistas, amenazadas de manera constante por los ataques aéreos aliados ya en los últimos días de la guerra. Sylvester recuerda que en ese lugar hacía mucho frío. Un día fue testigo de como otro detenido para combatirlo se introdujo bajo la ropa de prisionero sacos de cemento vacíos para conseguir un poco de calor. Cuando un SS descubrió esto, lo ahorcaron delante de los demás prisioneros.

Fotografía aérea de un reconocimiento aliado del aeropuerto
de Munich-Riem en 1945 en la que se pueden ver los resultados
de los bombarderos aliados.
© RonaldV

           A finales de abril de 1945, los SS se llevaron a los prisioneros en dirección a Bad Tölz. Los que no podían marchar porque se encontraban demasiado débiles, no fueron fusilados a sangre fría junto a la carretera como habían procedido anteriormente sino que los SS simplemente los dejaron allí, abandonados a su suerte. El 27 de abril de 1945 los SS que los custodiaban huyeron. Ante el temor que tenían Sylvester y los otros sobrevivientes, pasaron cuatro días escondidos en el bosque. Cuando se enteraron de que las tropas estadounidenses habían llegado a Bad Tölz, el grupo se puso en camino.

         El 1 de mayo de 1945 Sylvester Lampert se convirtió de nuevo en un hombre libre.

         Cuando llegó el verano, regresó a su ciudad natal, Wiesbaden. Allí se enteró de que toda su familia había sido asesinada por los nazis, víctimas del Porrajmos.

        A pesar de la pérdida de su familia Sylvester Lampert decidió quedarse a vivir en su ciudad natal, Wiesbaden. Tomó el nombre artístico de "Heujo Ne'ary" y se convirtió en un músico muy conocido y respetado llegando incluso a interpretar algunos papeles menores en varias películas, situándose durante muchos años en el primer plano de la escena artística de su ciudad, logrando el aplauso del público con su talento, su encanto y su ingenio, que a pesar de todos los tormentos padecidos durante la II Guerra Mundial nunca llegó a perder.

        El 21 de mayo de 1992 en reunión del consejo de la ciudad de Wiesbaden se decidió construir un monumento que recordara a los Romaníes de Wiesbaden víctimas del Porrajmos. La idea y el diseño fueron de Josef Reinhardt y Eugen Reinhardt.  Los autores tallaron un gran bloque de piedra arenisca roja en un monumento que representa a un grupo de hombres, mujeres y niños, que aplastados bajo una carga pesada marchan camino a un destino fatal. El monumento se inauguró el 5 de diciembre de 1992 por los representantes políticos de la ciudad. El monumento de Wiesbaden tiene la particularidad que fue uno de los primeros monumentos de conmemoración del genocidio de los Romaníes durante la Segunda Guerra Mundial.

         En el año 1996, Sylvester Lampert recibió como homenaje una placa de bronce de la ciudad de Wiesbaden.

        Sylvester Lampert murió en 1999 a la edad de 77 años.

Monumento en Wiesbaden a los Romaníes deportados 
y asesinados en el Porrajmos.
© Stadtarchiv Wiesbaden



Fuentes:

- Trabajo realizado por Zorica Radoicic y que se incluye en el libro Sinti und Roma im KZ Natzweiler-Struthof de Anita Awosusi y Andreas Pflock, Heidelberg: Dokumentations und Kulturzentrum Deutscher Sinti und Roma, cop. 2006.

- Wiesbaden-Auschwitz: zur Verfolgung der Sinti in Wiesbaden. Udo Engbring-Romang. Hessische Landesverband Sinti, 1997. Páginas ) 96-97, 129.

-Widerstand und Verfolgung in Wiesbaden 1933-1945: Eine Dokumentation. Lothar Bembeneck y Axel Ulrich. Giessen: Anabas, 1990, Páginas 321-323

- Shifting Memories: The Nazi Past in the New Germany. Klaus Neumann. University of Michigan Press, 2000. Páginas 110-112

- Memorial Book: The Gypsies at Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- Birkenau. K.G. Saur, New York. 1993. Volumen II. Páginas 896-897.

- Experiments in Natzweiler. Dokumentations und Kulturzenrum Deutscher Sinti und Roma.

- Typhus Fever Experiments at Natzweiler Concentration Camp. Profesor Hans-Jürg Kuhn. International Tracing Service (ITS) en Bad Arolsen. 21 de junio de 2010

- Si ce sont des hommes: Médecins de la mort au Struthof. Serge Janouin-Benanti.. Apart Editions. 2012

lunes, 15 de julio de 2013

Osman Hasimovic

Osman Hasimovic
© Lazar Dimic y Birgit Mair

Si además de Auschwitz en Polonia y Transnistria en Rumanía, existió un campo durante la II Guerra Mundial donde se exterminara de forma masiva a la población Romaní en Europa, ese campo fue el de Jasenovac en el entonces denominado Estado Independiente de Croacia en manos de la Milicia Ustasha, una organización filonazi de corte nacionalista.

Vista del campo de concentración de Jasenovac invierno de 1941 1942
© USHMM

Jasenovac consistía en un gigantesco complejo de detención, concentración y exterminio que abrió sus puertas entre finales de agosto o primeros de septiembre del año 1941 y febrero de 1942. Lo constituían cinco campos, ubicados en  unos 210 km² a orillas del río Sava.
  
Mapa del complejo concentracionario de Jasenovac.
© USHMM

Las autoridades croatas crearon los primeros dos campos del complejo de Jasenovac en Krapje y Brocica. Estos dos campos se cerraron cuatro meses después. En noviembre de 1941, los ustashas erigieron el Campo III en Ciglana, el más grande de todos y que fue desmantelado al final de la guerra, en abril de 1945; el Campo IV fue levantado en Kozhara en febrero de 1942 y desmontado en abril de 1945; y por último el Campo V lo situaron en Stara Gradiška, que ya antes había sido un centro de detención independiente para prisioneros políticos desde el verano de 1941 y finalmente fue convertido en un campo de concentración para mujeres en el invierno de 1942. En el área general del campo de Jasenovac se organizaron otros tres campos especiales. En el pueblo de Ustica, en el delta del Una y el Sava, situaron un Campo Gitano, en las casas abandonadas de las familias serbias asesinadas y los pueblos de Mlaka y Jablanac se convirtieron en campos para mujeres y niños.
Mujeres y niños Romaníes prisoneros 
en el campo de Ustica en 1942.
© JUSP Jasenovac
En julio de 1942, cuando el número de Romaníes que llegaron al campo llegó a su punto más álgido, fueron separados en dos grupos. Los hombres mayores, mujeres y niños quedaron separados de los hombres más jóvenes y de inmediato se envió al primer grupo a su exterminio en Donja Gradina.
Gitanos y Serbios han sido capturados por los Ustasha
y marchan hacia su deportación al campo de concentración
de Jasenovac
© USHMM

Los hombres más jóvenes fueron alojados en el campo III C, establecido en un lugar abierto del campo III (Fábrica de ladrillos). Muchos murieron de hambre, deshidratación, agotamiento físico o de abusos de sus vigilantes. Los campos eran controlados por la policía política croata y el personal de la milicia Ustasha. Las condiciones de vida en los campos de Jasenovac fueron dramáticas, horrendas, terribles. Los prisioneros recibían muy poca alimentación. Las instalaciones de vivienda e higiene resultaban totalmente inadecuadas. Peor aún, los guardias torturaban, aterrorizaban y asesinaban los prisioneros libremente, a su antojo. En este infernal complejo los ustashas asesinaron  según unas fuentes a entre 15.000 y 20.000 Romaníes (enciclopedia del Holocausto USHMM) otras fuentes apuntan a una cifra que ronda los 30.000 Romaníes (Birgit Mair), también se está llevando a cabo desde el año 1968 un estudio para proceder a la contabilización de las víctimas de ese campo por parte del Jasenovac Memorial Site, Museo Memorial de Jasenovac que ofrece un resultado de 16.173 Romaníes ya documentados que murieron en este terrible campo, no habiéndose dado por concluida la investigación.
Milicianos Ustashas asesinan en 1942 ó 1943 a  prisioneros
en las proximidades del campo de concentración de Jasenovac
© Jewish Historical Museum, Belgrade

Pongámoles rostro a la cifra, es aquí cuando en nuestro camino se cruza Osman Hasimovic, Romaní que nació en 1936 en Janjari (entre Bijeljina y Tuzla, Bosnia-Herzegovina hoy: Durante la II Guerra Mundial perteneciente al estado croata Ustasha). La familia de Osman estaba compuesta por su padre Bajro Hasimovic nacido en Janjari, su madre, Fata Hasimovic nacida Osmanovic, natural de Spreča, además de sus cuatro hermanos y una hermana. Reseñar que sus padres durante su infancia no pudieron asistir a la escuela. Osman, antes de la guerra, asistió al colegio durante dos años, pero sus padres lo obligaron a abandonarlo porque lo necesitaban para trabajar en la recogida del maíz.

Todo el horror comenzó para Osman y su familia en 1942. Los soldados incendiaron su pueblo. Intentaron escapar, no olvidar que Osman era un niño pequeño, tuvo que presenciar escondido detrás de su casa como golpearon a su abuelo y lo lanzaron a las llamas. Como todo quedó destruido.


Entre 1942-1945 Osman fue internado por los Ustasha croatas en el terrible campo de concentración de Jasenovac porque nació Romaní, sufrió cautiverio, un niño que desde los 5 a los 8 años fue obligado a vivir como prisionero en mitad de aquel horror.
Romaníes deportados a Kozare y Jasenovac en julio de 1942.
© Muzej Revolucije Narodnosti Jugoslavije

A pesar de su corta edad los soldados ustashas lo obligaron a realizar trabajo esclavo en el exterior del campo. El primer trabajo que le obligaron a llevar a cabo fue el de repartidor de agua, según el propio Osman afirma, la tarea consistía en distribuir agua con cubos para los demás prisioneros, casi nunca podía cumplir con su misión porque los soldados se divertían dándole patadas al azar a los cubos cuyo contenido caía una y otra vez al suelo. También lo emplearon en la construcción del ferrocarril, además realizó otros trabajos como cavar para construir el sistema de alcantarillado, así como la construcción de carreteras. Tenían que transportar enormes pesos en sus espaldas, como sacos de cemento o cavar durante horas para realizar las zanjas donde iría el alcantarillado. Osman cavó bunkers para la Wehrmacht así como ayudó a construir la red de agua y energía. Y lo peor de todo no era solamente el trabajo sino que este llevaba emparejado todo tipo de vejaciones y eran continuas y constantes las palizas. Osman era un niño, en una de aquellas tundas sin razón alguna los ustashas le reventaron el escroto. Osman fue testigo en el campo de Jasenovac de como se cavaban hoyos de una profundidad de unos 10 ó 12 metros en los que enterraban vivas a muchas personas.
Prisioneros Romaníes en el campo de concentración de Jasenovac.
© Jasenovac Memorial Site


En abril de 1945 los soldados partisanos se aproximaban al campo, en un intento de borrar las huellas de las atrocidades, los Ustashas dinamitaron todas las instalaciones. El destino de los hermanos de osman fue muy similar al de nuestro protagonista y tuvieron que llevar a cabo trabajos forzados en campos de concentración pero todos sobrevivieron al Porrajmos. Sus padres y Osman consiguieron sobrevivir a Jasenovac, con tan sólo ocho años de edad Osman regresó del infierno y volvió a su ciudad, Janjari, como un hombre libre… pero ahora, tras la guerra y su internamiento en los campos comenzó otra lucha, la pelea diaria contra el hambre, en ese momento no había prácticamente nada para comer. El hambre provocó la muerte de sus padres. Osman se quedó bajo la protección de su tío y comenzó a ir a la escuela, asistió durante tres años, posteriormente trabajó durante un año como jornalero en el campo y tras este trabajo lo llamaron a filas. Después de servir en el ejército trabajó como vendedor ambulante.

Osman se casó en 1965, pero la pareja nunca pudo tener hijos debido a que las patadas salvajes que le habían propinado los ustashas en el campo de Jasenovac motivaron su esterilidad. Osman cree que su esposa también estuvo en los campos de concentración, pero el matrimonio nunca fue capaz de hablar de ello. Ambos prefirieron siempre mirar al futuro "siempre con la esperanza de una vida mejor".

El gobierno yugoslavo le entregó a Osman como compensación por haber sido desplazado durante la guerra una casa y 4,5 duluma (4500 metros cuadrados de tierras de cultivo) Osman califica los años vividos en la República Federal Socialista de Yugoslavia del Mariscal Tito como tiempos de paz y felicidad en los que obtuvo suficiente dinero para vivir de forma modesta pero cómodamente, Osman trabajó como vendedor ambulante recorriendo toda Yugoslavia, vendiendo sus mantelerías hechas a mano al modo artesanal. Sus manteles fueron muy populares en Zagreb,

Cuando la vida parecía que comenzaba a mejorar… de nuevo llegó otra vez la guerra en 1991 y 1992. La Historia, en ocasiones por desgracia tiende a repetirse, el ser humano no aprende nunca de sus errores. Los Hasimovic se vieron ante el segundo trauma terrible de una guerra, su vida se vio reducida prácticamente a la mendicidad. Osman fue testigo de cómo sacaron a muchas personas de sus hogares…

La pareja no se lo pensó dos veces, consiguió recoger sus documentos y los pocos objetos personales que podían llevar consigo y todo lo rápido que pudieron intentaron de nuevo escapar en aquella fatídica noche que el ejército enemigo se acercaba a su hogar. Eran las 5 de la madrugada cuando se ocultaron entre la espesura de un bosque cercano, al llegar el nuevo día se encontraron con algunos vecinos algunos de ellos decidieron volver a sus casas, Osman y su mujer convinieron que lo mejor era marcharse de allí. La única posibilidad de escapar era seguir el camino a través del bosque. No había comida. En la huida su esposa cayó muy enferma. Tuvieron la suerte de que un hombre que viajaba solo en su coche los recogió. El hombre los llevó hasta Austria. Allí se encontraron con otros refugiados cuyo destino era similar al de nuestros protagonistas. Finalmente se establecieron en Alemania.

En el año 2003 la esposa de Osman falleció en Berlín, a consecuencia de una grave enfermedad.

Desde 2005, Osman Hasimovic vive en la más estricta de las soledades en la capital alemana, con un permiso de residencia que debe renovar cada año. Uno de sus hermanos murió en 2004, y otra hermana, con la que tiene poco contacto, vive también en Berlín, los demás viven en Bosnia. Osman no quiere volver a Bosnia, según su propio testimonio si las autoridades alemanas lo obligaran a marcharse a Bosnia sería capaz incluso de llegar al suicidio. Osman, al menos en Alemania tiene asegurado un apartamento donde vivir y comida, mientras que en Bosnia no tiene nada ni tan solo una vivienda donde cobijarse y por lo tanto allí le espera una muerte segura.

Por haber estado prisionero en un Campo de Concentración y haber realizado trabajo esclavo recibió una compensación en 2001 de la Organización Internacional para las Migraciones con sede en Ginebra.

Fuentes:
- Breve biografía de Osman Hasimovic. Zwangsarbeit 1939-1945 Erinnerungen und Geschichte.
- Jasenovac. Enciclopedia del Holocausto. United States Holocaust Museum.
- Jasenovac. Yad Vashem.- Jews of Yugoslavia, 1941-1945: Victims of Genocide and Freedom Fighters. Romans, J. Belgrade, 1982.
- Roma in Jasenovac Concentration Camp. Jasenovac Memorial Site.
-  Jasenovac. Sindik, D., ed. Secanja Jevreja Belgrade, 1972.
- What was Jasenovac? Jasenovac Research Institute.
- The Jasenovac Extermination Camp."Terror in Croatia" Holocaust Education and Archive Research Team.
- Zwei Kriege überlebt. Bosnische Roma als Bürgerkriegsflüchtlinge in Deutschland. Birgit Mair, Institut für sozialwissenschaftliche Forschung, Bildung und Beratung e.V.

Reseñar desde la modestia de quien escribe el extraordinario trabajo de Birgit Mair y Lazar Dimic. Gracias por vuestro esfuerzo y valiosas investigaciones.

sábado, 6 de julio de 2013

Irma y Fredi Ernst



Los hermanos Romaníes Irma y Fredi Ernst

© Dokumentations und Kulturzentrum Deutscher Sinti und Roma

Irma y Fredi fueron dos hermanos, niña y niño, pertenecientes a una familia Romaní que murieron en el Porrajmos, el intento de exterminio por parte de los nazis y sus aliados de la población Gitana de Europa.

Irma Ernst nació el 1 de mayo de 1936  y su hermano Fredi Harald Ernst el 14 de julio de 1937, ambos en Elbing, ciudad situada en el norte de Polonia, ubicada a orillas del río Elblạg, que desemboca en la Laguna del Vístula y que supone una entrada del Mar Báltico.


El 9 de marzo de 1943 la suerte de su familia había sido echada por parte de los jerarcas nazis debido a su origen Romaní, llegaron junto a su familia y a otros miles de Romaníes al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau en Polonia, en un convoy formado por vagones para transporte de ganado. Hacinados, encerrados en aquel maldito vagón, miedo, sonido de raíles de un viaje que lleva a lo desconocido. El tren por fin se detiene entre el chirriar de los frenos tras varios días y noches de trayecto, gritos en alemán, cerrojos que se descorren, las puertas del vagón se abren. Ante sus ojos gitanos la inmensidad de un paisaje desconocido. Es Auschwitz-Birkenau, un nombre que a la pequeña Irma y a Fredi nada les dice. Los conducen a lugar de registro, Irma y su hermano al lado de su madre, toman sus datos y le tatúan a la jovencita Irma, en su bracito moreno, el número de prisionera Z-1812 y a su hermano Fredi Z-1618, por último los llevan hasta el Zigeuner Familien Lager.


Llegada de un convoy de Romaníes al campo de Auschwitz-Birkenau.

© Holocaust Education and Archive Research Team


El sufrimiento y el padecimiento de los niños y niñas en la durísima cotidianeidad que suponía sobrevivir al Zigeunerlager de Birkenau debió ser terrible, la mayoría de los chiquillos y chiquillas que allí estuvieron internados murieron de hambre, enfermedad, agotamiento o directamente fueron asesinados pos los SS.

Lucie Adelsberger, prisionera Judía en Auschwitz que trabajó como médica en el Bloque de los niños de la sección BIIe de Birkenau, en el Zigeunerfamilienlager, describe la vida de los pequeños en mitad de aquel infierno:

“El Bloque de los niños en el campo de gitanos no era en modo alguno diferente a cualquier bloque de los adultos. Sin embargo, la pobreza y la miseria de aquellos pequeños enanos te llegaba a lo más hondo de tu corazón.

Al igual que los adultos, los niños eran tan sólo un mero saco de huesos, sin músculos, sin una gota de grasa, y la piel fina como un pergamino borrado de principio a fin más allá de los huesos duros del esqueleto y en carne viva debido a las heridas ulceradas... “

Una superviviente Romaní Elisabeth Guttenberger narra de forma elocuente:

“Los primeros en morir fueron los niños. Lloraban día y noche pidiendo pan y pronto todos ellos morían de hambre…”

            Los hermanos Ernst encontraron la muerte en el campo polaco. El más pequeño de los dos, Fredi murió el 19 de junio de 1943 a los seis años de edad, consiguió sobrevivir tres meses al infierno. La fecha de fallecimiento de Irma nos es desconocida. Irma, Fredi te bisterdon tumare anava.

Fuentes:
- The national socialist genocide of the Sinti and Roma: Catalogue of the permanent exhibition in the State Museum of Auschwitz. Romani Rose y Silvio Peritore, Dokumentations und Kulturzentrum Deutscher Sinti und Roma, Heidelberg. Página 256
- Memorial Book: The Gypsies at Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- Birkenau. K.G. Saur, New York. 1993. Volumen I. Páginas 142-143
- Memorial Book: The Gypsies at Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- Birkenau. K.G. Saur, New York. 1993. Volumen II. Páginas 972-973
People in Auschwitz. Hermann Langbein. Those born in Auschwitz. Univ of North Carolina Press, 2004.
- Auschwitz: A Doctor's Story. Lucie Adelsberger. Northeastern University Press. 2006.