domingo, 31 de mayo de 2015

Maria Reinhardt


Maria Reinhardt en 1939
© SWR

Maria Reinhardt vino al mundo en 1913.

Vivía junto a su familia modestamente en Bad Cannstatt, Stuttgart, Alemania. Su padre se llamaba Anton.

María, en su juventud se prometió con el muchacho Christian Reinhardt. Por desgracia, el mundo que le tocó vivir a la joven pareja no entendía nada de amor, la discriminación y la opresión hacia los Romaníes en los primeros años del régimen nazi no resultó simplemente una continuación de la política gitana tradicional sino que desde 1933 la promulgación de leyes y reglamentos contra el pueblo Gitano fueron en constante aumento, además, de forma paulatina se redujeron las prestaciones sociales públicas y las autoridades policiales de los municipios incurrieron en frecuentes abusos hacia los Gitanos, bien a través del cobro de altos alquileres para los sitios de estacionamiento itinerantes o mediante el aumento de la presión policial con el incremento de los controles.

La publicación del decreto de 17 de octubre de 1939, mediante el que se prohibió a los Romaníes del Reich abandonar sin permiso sus lugares de residencia, significó el principio del fin para la joven María Reinhardt. Cualquier Romaní que infringiera el decreto estaba amenazado con el encarcelamiento en campos de concentración. La Oficina Principal de Seguridad del Reich, a la que pertenecía la Policía criminal del Reich Departamento V, ordenó que, “los Gitanos que a partir de la publicación del decreto fuesen detenidos” serían realojados “en campos especiales hasta su deportación final.” “A los Gitanos y Gitanos Mestizos“ no se les permitía abandonar sus lugares de residencia “hasta nuevo aviso.”

A Maria realizaba trabajos forzados, su mano de obra esclava fue utilizada por la firma juguetera Elsa Schwenzer en Degerloch, un municipio en la meseta Filder en la parte sur de la ciudad de Stuttgart.

         Pero… la vida definitivamente cambió de modo radical para Maria a comienzos de 1942. El año comenzó de forma extraordinaria, así el 19 de enero de 1942, María, dio a luz a su primer hijo, al que puso por nombre Siegfried. Su prometido, Christian Reinhardt se encontraba en Sindelfingen. Maria quería compartir la buena nueva con su amado y se decidió a recorrer los veintitrés kilómetros que separaban ambas localidades para abrazar a su amor y que este pudiera conocer al bebé. Una decisión lógica, la de cualquier madre del mundo que quiere compartir su felicidad con la persona a la que ama, pero que por desgracia en el tiempo que le tocó vivir conllevaría dramáticas consecuencias para su vida.

Maria fue arrestada cuando iba de camino a Sindelfingen, se había marchado sin el permiso de las autoridades locales de Bad Cannstatt. María había violado una de las disposiciones del decreto de 17 de octubre de 1939, por la que se prohibía a los Gitanos abandonar sus hogares. Este hecho resultó suficiente para que la detuvieran. Su hijo Siegfried quedó al cuidado de su hermano Willy Reinhardt.

A mediados de julio de 1942 Maria fue deportada desde Stuttgart con destino al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau en Polonia. A María Reinhardt la deportaron meses antes de que comenzase la ola de deportaciones de Romaníes desde el Recih con destino al campo polaco. Maria sólo pudo sobrevivir cinco meses en mitad de aquel infierno, allí murió el 19 de diciembre de 1942.

A su novio Christian Reinhardt lo habían deportado el 20 de junio de 1942 al campo de concentración de Flossenbürg. Finalmente murió el 7 de noviembre de 1943 en el campo de Mauthausen-Gusen.

Su hermano Willy sobrevivió a la guerra, tras la finalización de la misma, Willy adoptó al pequeño Siegfried.

En recuerdo y memoria de Maria, el 14 de marzo de 2008 se situó un stolpertein en el 108 de Auf der Steig en Bad Cannstatt.

Stolperstein en memoria de Maria Reinhardt
© Cannstatter Stolperstein-Initiative.

Maria y Christian Reinhardt te bisterdon tumare anava.

Fuentes:
- Maria Reinhardt, die von Cannstatt nach Sindelfingen ging. Cannstatter Stolperstein-Initiative.
- BAB, VV, RSHA Tgb. Nr. RKPA 149/1939-g-, Schnellbrief, 17.10.1939, Betrifft: Zigeunererfassung, Abs. 1.

- Intent, Failure of Plans, and Escalation: Nazi Persecution of the Gypsies in Germany and Austria, 1933–1942 artículo de Michael Zimmermann en Roma and Sinti Under-Studied Victims of Nazism Symposium Proceedings. USHMM

domingo, 17 de mayo de 2015

Paulina Vasile

Paulina Vasile
© Radu Tuta / Agerpres foto

Silencio eterno y mudo, descarnado silencio…

Paulina Vasile nació en 1931 en el seno de una familia Romaní en Alexandría, Rumanía. Su padre se dedicaba a hacer trabajos de platería por la región.

El mariscal Antonescu, en la primavera de 1942, decidió iniciar la deportación de miles de Gitanos a Transnistria, una región anexionada por Rumanía en el devenir de la II Guerra Mundial. Inicialmente, estas deportaciones afectarían a todos aquellos Gitanos registrados como “problemáticos”, con este fin, el 25 de mayo 1942 (a pesar de que inicialmente se había previsto para el 31 de mayo) la policía y la gendarmería realizaron por todo el país un "censo Gitano" siguiendo las directrices marcadas por Antonescu.

El número exacto de Romaníes que fueron deportados y murieron en Transnistria no se conoce con exactitud todavía, diversos documentos señalan que entre 25.000-36.000 Gitanos procedentes de Rumanía fueron evacuados a la región enmarcada entre los ríos Bug  y Dniester. La decisión final de Antonescu tenía como objetivo la limpieza étnica del país y no, como arguyeron después de la guerra, como castigo a los Romaníes con antecedentes penales, así lo ha demostrado el historiador Adrian Nicolae Furtuna. En documentos oficiales se lee:
Los Romaníes sujetos a deportación comprenden los siguientes grupos:
- Gitanos nómadas (Kalderash)
- Gitanos sedentarios, sólo aquellos delincuentes condenados o sin medios de subsistencia, o sin ocupación definitiva con la que vivir, y por lo tanto representan una carga y una amenaza para el orden público.
Situación numérica respecto a la evacuación de gitanos nómadas y sedentarios a Transnistria, establecida por la Inspección General de la Gendarmería, Servicio de Gendarmería. Sección III:
1.- Gitanos nómadas evacuados desde el 1 de junio al 15 de agosto de 1942:
Hombres ............ 2.352
Mujeres .............. 2.375
Niños .................. 6.714
            Total..............  11.441
2.- Gitanos sedentarios peligrosos para el orden público evacuados en trenes entre el 12 y el 20 de septiembre de 1942:
Hombres .............. 3.187
Mujeres ..............,, 3.780
Niños .................... 6.209
               Total................ 13.176
3.- Fueron evacuados más tarde por un permiso especial, delincuentes que habían escapado de la cárcel:
Hombres .............. 22
Mujeres ................ 17
Niños .................... 30
               Total................. 69
Total de gitanos nómadas y sedentarios evacuados: 24.686

Mapa de Rumanía durante la II Guerra Mundial
englobando a la región de Transnistria.
© Commons Wikimedia


A Paulina Vasile y su familia los deportaron a la región de Transnistria por haber nacido Romaníes.

Era una mañana como otra cualquiera de junio de 1942, pero aquella maldita mañana la vida cambió para siempre para Paulina y su familia. Hasta el lugar donde vivían llegó un grupo de soldados rumanos. Les comunicaron que debían abandonar sus modestas chozas, iban a ser reubicados en otro lugar, concretamente en el Bug, allí les entregarían una casa, animales que criar y tierras para trabajar. Miedo… Su padre estaba trabajando fuera. Como si de ganado se tratase los obligaron a montarse en camiones, Los camiones arrancaron, partieron… Paulina contaba tan solo 11 añitos de edad. Los llevaron hasta la localidad cercana de Poroschia, los encerraron en un granero, calor, miedo… Mientras tanto, su padre, al escuchar de un vecino lo que estaban haciendo con las familias Gitanas buscó desesperadamente a los suyos, hasta que por fin se enteró del lugar en el que los tenían encerrados y consiguió reunirse con ellos en el granero de Poroschia. Paulina nunca olvidará las palabras que les dijo su padre al abrazarlos “Donde vaya mi familia allí estaré yo

A los pocos días los trasladaron hasta un lugar cerca de Feteşti, cuando llegaron había muchos Romaníes, sus vigilantes los obligaron a formar en filas; los hombres con los hombres, las mujeres con las mujeres y los niños con los niños. Gritos, desesperación y llantos Gitanos ante la separación de las familias. Al final ante el caos que se organizó, los soldados decidieron volver a reagruparlos por familias. De este modo se conformó el convoy ferroviario, hacinados en un vagón para transporte de ganado. El viaje en aquel tren duró casi dos semanas, dos eternas y largas semanas, durmiendo de pie, sin prácticamente nada que comer, tan solo les entregaban un trozo de pan negro por día y una lata de comida, pero no les daban abrelatas así que tenían que abrirla a pisotones, como buenamente podían. Nadie les informaba de nada, ni hacia donde se dirigían, ni cuánto tiempo quedaba de viaje, nada… incertidumbre, hambre, calor y mucho miedo. Las paradas del convoy eran constantes, además, en el interior de aquel infierno debían renunciar a cualquier forma de intimidad, para hacer sus necesidades improvisaron una letrina haciendo un agujero en el suelo del vagón, sí, el mismo vagón en el que dormían, comían y viajaban hacia algún lugar.

Este fue el dantesco viaje de Paulina, una niña Gitana de once años arrancada del mundo, durante catorce largos y eternos días hasta que llegaron a su destino, Odessa.

Deportación de Romaníes a Transnistria
© Partida Romilor

Nada más llegar comprobaron que todo lo que les habían dicho antes de partir era mentira, una patraña para que se montaran en aquel maldito tren sin poner trabas, pronto se percataron de que todos perecerían en ese lugar. Los condujeron hasta el campo, había una especie de barracones sin puertas ni ventanas, cada uno de ellos sería ocupado por ochenta o noventa personas. 

Restos de lo establos en Transnistria donde
 ubicaron a los Romaníes deportados.
© Mihai Andrei Leaha

En Transnistria, la vida resultó terrible; la miseria, el hambre, el tifus, los piojos campaban a sus anchas en aquel lugar. Las autoridades rumanas habían convertido granjas colectivas de estilo soviético en campos improvisados. La dispersión de deportados resultó caótica. Las viviendas consistían principalmente en antiguas pocilgas y establos de caballos donde el hacinamiento y la miseria resultaban terribles, donde la atención médica no existía. Y a todo eso había que añadir la crueldad de los guardias rumanos y tropas itinerantes alemanas que aterrorizaban constantemente a los deportados.

Paulina a lo largo de su vida nunca ha podido olvidar el hambre que pasó, no les proporcionaron suficiente comida, no podían mantenerse por sí mismos, no les entregaban las raciones de alimentos establecidas por el gobierno; a veces, éstas no se distribuían durante semanas. Tampoco se les entregó leña, por lo que no podían preparar su escasa comida, ni calentarse, dantesco, infernal fue el invierno de 1942-43. La ropa representó otro problema importante, ya que a los Gitanos deportados no se les había permitido llevar nada de equipaje ni cualquier pertenencia personal con ellos. Los deportados carecían de las cosas más básicas, ni tan siquiera una simples ollas en las que preparar sus escasos alimentos. 

Región de Transnistria
© Mihai Andrei Leaha

Los Romaníes que sobrevivieron a la deportación regresaron a Rumania en la primavera de 1944, al mismo tiempo que el ejército y las autoridades rumanas de ocupación se retiraban a causa de la ofensiva soviética. Alrededor de 14.000 Romaníes habían sobrevivido, el resto sucumbieron al hambre, la enfermedad y la brutalidad.

Paulina Vasile se encontraba entre aquellos sobrevivientes del Porrajmos.

Tras la liberación volvió a su localidad natal, Alexandría, pero al volver sólo encontró la tierra yerma, destrucción, ningún rastro del que un día había sido su modesto hogar… Tuvo que empezar de cero, pero el pueblo Gitano sabe mucho de eso y en sus genes aparece impresa la valentía y el no rendirse nunca, como aprendió en Transnistria cada nuevo día resultaba un triunfo para la joven Paulina.

Paulina Vasile, vive con una pensión de unos 100 euros mensuales… pero esa paga la cobra debido a los años que trabajó como mujer de la limpieza en un restaurante de Bucarest no por el sufrimiento padecido durante la Segunda Guerra Mundial. En su casa no hay electricidad. Ella nunca ha olvidado la experiencia vivida en Transnistria y se muestra orgullosa de su sangre Romaní.

El 7 de marzo de 2011 la Asociación de ONGs de Rumanía le concedió a Paulina Vasile, en una emocionante gala, un premio especial por haber sobrevivido al Genocidio Romaní durante la II Guerra Mundial.

Reconocimiento a Paulina Vasile.
© Roma Transitions

Fuentes:
- Why do not they cry? Roma Holocaust and its true story" Sostar na Rovas?… O Samudaripen thaj lesqi ciaci paramisi de Adrian Nicolae Furtuna, Delia Grigore y Mihai Neacşu.

- Tragedia romilor deportati in Transnistria, 1942-1945 (Romanian Edition)

- Artículo Look at me (and take me) as I am” – 2011 Roma Women Gala de By George Lacatus. Roma Transitions

- Deportarea romilor în Transnistria. Dorin Cioaba.

- The Roma: a Minority in Europe. Historical, Political and social perspectives. Romanian Public Reaction to the Deportation of Gypsies to Transnistria de Viorel Achim. Editado por Roni Stauber y  Raphael Vago. Páginas 89-102

- The deportation of the Roma and their treatment in Transnistria. Yad Vashem.

- Ando Bugo: The Romani Holocaust in Transnistria. Michelle Kelso.

- Recognizing the roma: a study of the Holocaust as viewed in Romania. Michelle Kelso. A dissertation submitted in partial fulfillment of the requirements for the degree of Doctor of Philosophy (Sociology) in The University of Michigan 2010.

- Tragedia romilor deportati in Transnistria, 1942-1945 Radu Ioanid, Michelle Kelso, LuminiŃa Cioabă (coord.), Mărturii şi documente, Iaşi, ed. Polirom, 2009

- Deportarea Rromilor in Transnistria. Documente de archiva.

- Documente privind deportarea tiganilor in Transnistria. 2 volúmenes. Editura enciclopedica. Editado por Viorel Achim.

- “Valea plângerii” un film de Mihai Andrei Leaha, Andrei Crisan y Iulia Elena Hossu. 2013


- Deportations from Romania. Council of Europe.