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Zilli Schmidt nacida
Cäcilie
Reichmann
© ABB.A.D.BESPR.BAND
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Zilli Schmidt de nacimiento
Cäcilie Reichmann vino al mundo el 10 de julio de 1924 en Hinternah, Turingia,
Alemania, en el seno de una familia Gitana Lalleri. Sus padres, Berta y Anton
Reichmann, y sus cinco hijos se dedicaban a viajar con su cine itinerante por las
aldeas y los pueblos entre Dresde, Jena y Praga. Con el esfuerzo de todos
llevaban su cine ambulante por localidades del sur de Alemania, colgando la
gran tela de sábana que hacía de pantalla en las tabernas y lugares habilitados
al efecto y, después, luces apagadas y la magia de las imágenes en movimiento.
Los Reichmann conformaban una familia feliz, la vida rodaba al compás de las
grandes ruedas de sus carromatos yendo de un sitio a otro en los meses de primavera,
verano y otoño, mientras que en invierno permanecían estacionados. El negocio
no les iba nada mal, además del cine comerciaban con instrumentos musicales y
vendían artículos de mercería y artesanías
Zilli Reichmann, recuerda con
cariño aquel tiempo de su tierna infancia, aunque, relata como otros niños, en ocasiones,
a ella y a su hermano pequeño Stefan los insultaban, gritándoles “Zigeuner,
Zigeuner!”. Zilli siempre supo defenderse y con su estuche, o con aquello que
pillara a mano golpeaba a los que los ofendían, hasta que ponían pies en
polvorosa y huían.
Todo se complicó con la
llegada de los nazis al poder en Alemania en 1933. A pesar de ello, durante los
primeros años la familia continuó con su estilo de vida nómada y con su negocio
cinematográfico. Sus padres confiaron que no les pasaría nada. "Mi padre
siempre creyó que Hitler solo detendría a los criminales. Y como no habíamos
hecho nada, a nosotros no nos pasaría nada, pero, llegó nuestro turno y no
éramos criminales”. Gradualmente la presión sobre la población Romaní iba en
aumento, los encuentros con la policía criminal eran cada vez más frecuentes y
la visita de los investigadores raciales les hizo ver que tenían que huir de
Alemania. El lugar elegido fue Eger, en la República Checa.
En 1940 Zilli dio a luz a
una preciosa niña, Gretel. El nacimiento resultó difícil; tanto para el bebé como
para la madre, por entonces menor de 16 años. Zilli nunca quiso decir a su familia el nombre
del padre, ella recuerda a Gretel, con el amor que sólo siente una madre hacia
su hija, como una niña preciosa con el pelo rubio y rizado.
En 1942 tras un breve primer
arresto que sufrió su padre tomaron la decisión de huir a Francia, dos de sus
primos vivían escondidos en Estrasburgo con documentación falsa. La familia de
Zilli emprendió el camino y pasados unos días llegaron con su caravana a Metz. La
muchacha con la valentía que le caracterizará toda su vida se ofreció para ir a
Estrasburgo y traer a sus primos hasta Metz, su padre pensó que de este modo
sería más seguro que si los dos viniesen solos. Pero, la policía criminal detuvo
a los tres jóvenes cuando Zilli compraba los billetes de tren en la estación de
Estrasburgo, sus primos llevaban algún tiempo siendo buscados por la policía. En
la ficha policial de la detención de Zilli se recoge "Delito penal: gitana".
La encarcelaron, Zilli, gritaba y lloraba sin parar, nunca antes se había
separado de su familia, ellos lo eran todo. En la prisión, la muchacha tuvo que
hacer todo tipo de tareas; por ejemplo, remendar uniformes de soldados, por lo
que de esta forma al principio se ahorró realizar trabajos más duros. En ese
sitio nunca había suficiente comida. "Lloré a menudo de hambre". Pero
esto no era nada comparado con lo que aún estaba por llegar.
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Ficha policial de la detención de Zilli en Estrasburgo el 8 de junio de 1942. © ABB.A.D.BESPR.BAND |
Pasado un tiempo la
trasladaron a Karlsruhe, y luego a Pankrác (Prisión en Praga) y de Pankrác al
Campo de Concentración para Gitanos de Lety en Bohemia. Mientras tanto, sus
padres se habían hecho cargo de la pequeña Gretel. La vida en aquel campo fue
dura, una mañana mientras hacía trabajos forzados en un bosque la joven se
escapó. La muchacha para sobrevivir tuvo que ingeniárselas y hacer de todo, pedía
comida, dormía al raso... una dramática odisea. La muchacha de 18 años,
finalmente, fue descubierta en una redada policial y nuevamente internada en
Lety.
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Prisión de Pankrac en Praga. © Frank Falla Archive |
El 11 de
marzo de 1943 llegó como deportada en un tren conformado por vagones para
transporte de ganado al campo de concentración y exterminio de
Auschwitz-Birkenau en Polonia, donde Bogdan, un prisionero le tatuó en su antebrazo
el número de prisionera Z-1959. Zilli Reichmann fue la primera de su familia en
llegar a Auschwitz
Los vagones de ferrocarril alimentaban
diariamente la voracidad infinita y exterminadora de aquel infernal sitio, miles de Romanís serían deportados a Auschwitz
en los meses siguientes. También sus padres, Gretel, su hija de cuatro años, su
hermana con sus siete hijos y dos de sus hermanos llegaron medio año después, pero,
al menos, la familia estaba junta nuevamente. A su hermana, los nazis, la
habían obligado a dejar a su bebé en el hospital de Eger, solamente, tenía unas
semanas, y cuando la pequeña se repuso también la enviaron a Auschwitz. Pero,
por desgracia, no sobrevivió mucho tiempo, se trataba de una niña muy pequeña, tan
solo una niñita, y en aquel maldito lugar no existía hueco a la esperanza y finalmente
murió en Auschwitz. Nadie en Eger quiso quedarse con la niña, nadie, sabían que
su destino era Auschwitz, mas nadie se compadeció de la soledad y desnudez de
aquella criatura, nadie abrazó a aquella niña Gitana y varias semanas después ya
no estaba en este mundo.
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Foto tomada en 1945 por soldados del Ejército Rojo tras la liberación de Auschwitz-Birkenau. Sector BII visto desde la torre sobre la puerta principal. © APNA B |
En el campo Zilli se hizo
cargo de toda su familia, ella poseía la experiencia que le otorgaba el tiempo
que llevaba ya internada en Birkenau, era una mujer joven y muy valiente. Cuando
volvieron a reencontrarse en Auschwitz-Birkenau, su madre le comentó que en su
odisea por las cárceles, Gretel, su preciosa hijita siempre había llamado la atención de los
policías: "Mi madre me dijo que a veces sacaban a Gretel de la celda para
cantar canciones infantiles con ellos".
Uno de sus hermanos había
estado combatiendo como soldado de la Wehrmacht en el Frente Oriental, pero por
su origen Gitano lo excluyeron del ejército alemán y lo condujeron a
Auschwitz-Birkenau, lugar al que llegó vistiendo su uniforme militar. En el campo lo internaron en otro sector del
campo, la enfermería, allí procedieron a esterilizarlo, ese fue el “privilegio”
que le habían concedido por haber arriesgado su vida por Alemania en la guerra.
Así que fue Zilli quien asumió la responsabilidad de cuidar de sus padres y
demás familia, robaba comida de donde podía, patatas del almacén cercano a las
cocinas, ropa del barracón en el que se almacenaba, su madre tenía miedo de que
algún día la pillaran robando, "¡Si te descubren, te matarán!" -
"Pero mamá", responde la hija. "Los niños tienen hambre". Corría
enorme peligro, un día los guardias le dispararon. "La bala pasó junto a
mi oreja” Y, efectivamente, llegó el fatídico día en que la pillaron robando.
La condujeron a una celda de castigo, un lugar estrecho, sin sitio para
sentarse o agacharse, totalmente oscuro, sin ventanas, en el que únicamente se
podía permanecer de pie, allí estuvo tres largas jornadas, pero sobrevivió a
eso y cuando salió volvió a robar comida para alimentar a su familia. En
Birkenau sin ayuda resultaba imposible sobrevivir. Poco después de su llegada a
Auschwitz había trabado amistad con el Kapo; Hermann Diamanski, un comunista
que había luchado en la Guerra Civil Española y que estaba prisionero en el
"Campo Gitano", lo apodaban el "Barón Gitano". Éste se
convirtió en el protector de la familia Reichmann, a veces proporcionándoles alimentos,
otras, protección. "Era un buen hombre que cuidó de nosotros". En el
sector BIIe, Zilli y Gretel estaban juntas de nuevo. Fue un tiempo corto aunque,
a la vez, el más intenso que vivió junto a su pequeña. ¿Entendía la mente infantil
de Gretel lo que sucedía a su alrededor? Zilli asegura que sí. Su hija veía la
columna de humo que permanentemente salía de los crematorios, olía el intenso hedor
a carne quemada. Zilli le comentó que aquello eran hornos en los que se horneaba
el pan. "Pero ella no me creyó. "No mamá”, dijo la cría “allí queman a
la gente".
En el campo, a menudo,
coincidían con el doctor Mengele, muchas mañanas se acercaba hasta donde estaban
Zilli y su hija y siempre les decía: "¡Esta niña no es gitana!" y
Zilli le respondía: "Doctor Mengele, soy gitana y mi hija también es
gitana".
El 2 de agosto de 1944, Zilli
fue transferida al campo de concentración de Ravensbrück. Durante toda aquella
jornada el convoy con aquellos prisioneros Gitanos que iban a ser transportados
permaneció en la rampa de Birkenau, desde el vagón Zilli podía ver el Campo Gitano,
veía a su hermana, aunque estaba muy lejos, no la veía con claridad, pero allí
estaba ella. Aquella tarde el tren partió y en Birkenau quedó casi toda su
familia. Su hija de cuatro años, Gretel, sus padres, su hermana con sus siete
hijos y muchos otros familiares murieron gaseados en la Zigeunernacht aquella trágica
noche del 2 al 3 de agosto de 1944 en la que los nazis liquidaron el “Campo de
Familias Gitanas”. Solo Zilli y dos de sus hermanos sobrevivieron.
En Ravensbrück una amiga
polaca recién llegada de Auschwitz le informó de la muerte de su familia. Zilli
se desmoronó. "Imploré a Jesús, ¿por qué al menos no me dejaste a mi hijita?
¡Nunca más me des más hijos! ". ¿Cómo
continuar viviendo después de perderlo todo? Zilli tiene respuesta: "Nunca pensé en
rendirme se lo debía a mis padres, a mi hermana, a mis sobrinos y sobrinas y a
mi querida Gretel”. La internaron en el subcampo Wittenberg Elbe, donde la
obligaron a poner ruedas, construir aviones... Junto a su prima, Zilli huyó de
Ravensbrück y juntas se dirigieron a Berlín a buscar a uno de sus tíos, en la
capital obtuvo documentos falsos con los que pudo moverse libremente hasta el
final de la guerra, que le llegó en un pequeño pueblo cercano a Viena.
La guerra
finalizó y además de ella, sus hermanos, Otto y Stefan, sobrevivieron al Porrajmos.
Luego trabajó con su prima en una bodega cerca de Viena. Y por las tardes
siempre se sentaban en un banco y lloraban por los que se quedaron en
Auschwitz, pero nunca hablaban de los padecimientos de la guerra. Poco después,
Zilli conoció a un joven músico, Anton, "Toni", él, también era sobreviviente
del Porrajmos y desde ese momento: "¡Ya no se movió de mi lado!". Viajaban
con su grupo musical por pueblos y ciudades alemanas antes de establecerse
definitivamente en Mannheim, donde
vivieron juntos hasta la muerte de Toni en 1989. La vida de la pareja fue un
tiempo lleno de felicidad y eso que Zilli no volvió a tener más hijos: "Jesús
me escuchó y no me dio más hijos”. Pero ella no se quedó sola, tiene una
familia. Su esposo había tenido un hijo con su primera esposa, éste ha vivido cerca
de Mannheim con sus cinco hijos y para Zilli: “Ellos, son mis nietos, Cerca también está la
tumba donde yace enterrado mi esposo y cuando llegue el momento también me
buscarán allí".
Los años de la posguerra estuvieron marcados por la
discriminación y las extenuantes luchas por el reconocimiento y la
indemnización como víctimas de los nazis.
Zilli Reichmann rara vez habló públicamente sobre su vida,
hasta que en 1988, Zilli informó por primera vez públicamente de sus recuerdos
de Auschwitz-Birkenau en el juicio contra el ex SS Rottenführer Ernst-August
König.
El 2 de
agosto de 2018 con 94 años de edad fue la invitada de honor en el acto de
conmemoración con motivo de la "Liquidación del llamado Campo Gitano de
Auschwitz-Birkenau" celebrado en el Memorial de la Víctimas Romanís en
Berlín, allí Zilli pronunció un emotivo discurso narrando su experiencia en el
Porrajmos.
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Discurso de Zilli Schmidt el 2 de agosto de 2018 en Berlín. © Marko Priske |
El escritor
Heiko Haumann escribió un libro donde se recoge la vida de Zilli Schmidt.
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© S. Fischer Verlag |
Desde aquí,
desde la modestia de este humilde blog, gracias señora Zilli por sobrevivir.
Fuentes:
-Die Akte Zilli Reichmann: Zur Geschichte der Sinti im
20. Jahrhundert de Heiko Haumann. S. Fischer Verlag. 2016.
- Biografía de Zilli Schmidt escrita por Karola Fings y revisión
de Esther Sattig. Das Zigeunerlager Ravensburg Ummenwinkel. Die Verfolgung der
oberschwäbischen Sinti. Berlin 2016.
- Discurso de Zilli Schmidt con motivo del evento
conmemorativo del Día del Memorial del Holocausto de Romaní el 2 de agosto de
2018.
- Artículo periodístico “Völkermord an Sinti und
Roma Zilli, die Kämpferin” escriot por Tanja Brandes el 8 de abril de 2019
en el Berliner Zeitung.
- Artículo periodístico “Wer ahnte, dass wir drankommen?”
escrito por Hannah Bethke el 25 de abril de 2019 en el Frankfurter Allgemeine.