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Lidiia Egorova
© USC Shoah Foundation
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Lidiia Egorova (de nacimiento Krylova) vino al mundo en el
año 1923, nació en una familia que vivía en un asentamiento Romaní en
Lukinichi, en la región de Smolensko en la antigua Unión Soviética.
Sus padres, Nikita y Klavdiia, tuvieron seis hijos. Trabajaban
como agricultores en una granja colectiva local. Reseñar que muchos Romaníes estaban
asentados desde el siglo XIX en la región de Smolensko, la mayor parte de ellos
se dedicaban a las labores agrícolas siguiendo un estilo de vida sedentario.
Con la reestructuración de la agricultura llevada a cabo por los bolcheviques tras
la Revolución Rusa, se originaron en los años veinte y treinta los denominados
"Zigeunerkolchosen" (Koljoses Gitanos). A comienzos de la II Guerra
Mundial dos de ellos continuaban funcionando, uno en Aleksandrovka (región de
Smolensko, en Rusia) y otro en Koroliovo (en la región de los Cárpatos
ucranianos)
A Lidiia le encantaba ir a la escuela y aprender, estudió en
el notable colegio interno de Serebryanka, sus asignaturas las estudiaba tanto en
ruso como en romanés. Lidiia consiguió su certificado educativo como
especialista en motores mecánicos, posteriormente comenzó la formación
profesional en Osinovka, cerca de Orsha, esta era su vida hasta que la Alemania
nazi invadió la Unión Soviética en junio de 1941 y todo su proyecto de futuro
se vino abajo, Lidiia se vio obligada a alejarse de la zona de combate,
logrando regresar a su casa tras quince jornadas de camino, al llegar se enteró
de que su familia había sido evacuada hacia el Este, concretamente a la región
de Saratov.
Durante la
ocupación alemana, Lidiia realizó trabajos agrícolas, pero… en la tarde del 23
de abril de 1942, dos oficiales alemanes aparecieron en el pueblo de
Aleksandrovka, encargaron al contable del Koljós local que preparara una lista
de los residentes donde quedara registrada la familia y su origen nacional.
Cerca de las cinco de la madrugada del 24 de abril, soldados de las SS
(probablemente un Teilkommando –unidad más pequeña- del Einsatzgruppe B)
entraron armados en las casas del pueblo, sacaron a todos sus moradores y los condujeron
hasta un lugar cerca de un lago. También llevaron hasta allí a varias familias
de la aldea vecina de Devkino.
Un
oficial alemán, que hablaba correctamente el ruso, comenzó a dar lectura a una
lista repleta de nombres, según la cual se procedió a dividir a los retenidos
en dos grupos; por un lado los rusos y por otro los Romaníes. Después de que la
selección finalizara, a los habitantes rusos los enviaron de regreso a sus
casas, mientras que a los Gitanos los obligaron a permanecer allí bajo estrecha
vigilancia…. temor, miedo, incertidumbre… los nazis eligieron a los hombres más
fuertes, les entregaron palas y los obligaron a excavar dos profundas zanjas. A
eso de las dos de la tarde los alemanes llevaron a las mujeres, niños y
ancianos con dirección hacia las fosas, los golpeaban con palos y látigos como
si estuviesen tratando con ganado, a algunos les pegaron con tal violencia que
los dejaron inconscientes. Esto provocó que se desatara el pánico, algunas
personas, en mitad de la confusión, consiguieron escapar. La ansiedad crecía entre
los Romaníes y más después de que les quedara claro lo que iba a suceder. Les
conminaron a que entregaran cualquier objeto de valor que portaran consigo. Varias
mujeres suplicaron clemencia, adujeron que eran rusas. Los alemanes comenzaron
a desnudarlas para someterlas a una especie de "examen racial". Según
los relatos de los testigos, la piel y el color de pelo jugaron un papel
decisivo.
Finalmente, a los
hombres también los sometieron al mismo procedimiento, inspeccionaron sus
cuerpos, les tocaban el pecho y las manos, agarraban su nariz y miraban detrás
de las orejas… de este modo algunos consiguieron escapar de una muerta segura.
A una mujer se le permitió, bajo vigilancia, regresar a su casa en busca de su
tarjeta rusa de identidad. A partir de ahí comenzó la masacre, conducían a cada
familia hasta el borde mismo de la fosa, si alguien se negaba a acercarse lo
golpeaban y lo llevaban a rastras, llanto, desesperación… un soldado alemán
armado con una pistola era el encargado de llevar a cabo las ejecuciones. En
primer lugar asesinaban a los chiquillos de entre 10 y 12 años delante de sus
madres, luego si estas sostenían entre sus brazos a sus bebés se lo arrebataban
y lo arrojaban con vida a la fosa, solamente después de esto disparaban a la
madre, algunas madres no podían soportar el tormento y saltaban a la fosa tras
sus bebés.
El destino quiso
que Lidiia Krylova fuese puesta en libertad en el último momento, después de
que la llevaran hasta el borde de la fosa para proceder a su ejecución, en un
último intento por sobrevivir, la joven comenzó a gritar que no la mataran que
ella era rusa, un policía local la
“examinó” y la dejaron marcharse. Según testimonio de la propia Lidiia Egorova,
cuando esto sucedió ya habían asesinado a cerca de 70 personas.
Después de matar a
mujeres y niños, los alemanes obligaron a los hombres Romaníes a tapar con
tierra la fosa común, todo antes de que los fusilaran a ellos en la segunda
fosa. Cuando la masacre finalizó los SS regresaron a la ciudad de Smolensko,
llevándose con ellos los objetos de valor y algunas de las ropas de las
víctimas.
La posterior exhumación
de los cadáveres tras la guerra reveló que un total de 176 personas murieron asesinadas
por los nazis aquel 24 de abril de 1942. De ellas143 -62 mujeres, 29 hombres y 52 niños- pudieron ser identificadas, 33
personas no poseían documentos o registros familiares. Entre las víctimas
adultas se incluían las maestras y los agricultores de los koljoses. En el
fusilamiento de los Romaníes de Aleksandrovka el grado de asimilación social o
el sedentarismo no jugaron un papel decisivo, no hubo interrogatorios para descubrir
a posibles partisanos, exterminaron a los Gitanos de Aleksandrovka por el hecho
de ser Romaníes. La doble selección por medio de listas de nombres y “exámenes
físicos” demuestra la motivación ideológica racial de los autores más allá de
cualquier sombra de duda.
Después de la
masacre, Lidiia escapó hasta la localidad cercana de Kiryukovo, vivió en esa
localidad hasta que el Ejército Rojo liberó aquel territorio entre finales de
1943 y principios de 1944. Tras la liberación, comenzó a trabajar en un
hospital militar y en un koljós local.
Después de la finalización
de la guerra, continuó trabajando en la granja colectiva Se casó dos veces y
tuvo seis hijos.
Para los Romaníes soviéticos Aleksandrovka se convirtió en el
lugar central de la memoria del pueblo Gitano. Por iniciativa de los
sobrevivientes se solicitó la creación de un memorial en los años sesenta. En 1974
el Smolensk Gebietskommissar aprobó la erección de un monumento en el lugar de
los hechos, pero este no se hizo realidad hasta agosto de 1982. En la lápida
reza un sencillo texto: "Aquí están
enterrados 176 pacíficos ciudadanos de Aleksandrovka, fueron fusilados por los
invasores fascistas alemanes el 24 de abril de 1942." Como es costumbre
de todos los monumentos soviéticos, no se reconoce el origen étnico de las
víctimas, sin embargo, el monumento de Aleksandrovka es el único de la era
soviética dedicado al recuerdo del sufrimiento Romaní durante la II Guerra
Mundial. Por lo tanto, tiene un significado especial como lugar de recuerdo
para los Gitanos de Rusia.
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Aleksandrovka, monumento en memoria de los Romaníes
que murieron
fusilados por los nazis en abril de 1942.
© Stiftung Denkmal für die ermordeten Juden europas
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Fuentes:
- Entrevista a
Lidiia Egorova realizada por Anna Anfimova y filmada por el cámara Evgenii
Kurbatov en Safonovo, región de Smolensko,
Rusia el 6 de julio de 1997. Notas Biográficas Universitá Cattolica del Sacro
Cuore y USC Shoah Foundation.
- The National
Socialist Genocide of the Roma in the German-occupied Soviet Union. Martin Holler. Report for the Documentary and Cultural
Centre of German Sinti and Roma. Heidelberg, 2009. Página
37.
Roma Denkmal
Aleksandrowka. Stiftung Denkmal für die ermordeten Juden europas
- Der nationalsozialistische Genozid an den Roma
Osteuropas:Geschichte und künstlerische Verarbeitung. Felicitas Fischer von
Weikersthal. Böhlau Verlag Köln Weimar, 2008. Página 266
- New Soviet
Gypsies: Nationality, Performance, and Selfhood in the Early Soviet Union. Brigid
O'Keeffe. University of Toronto Press, 2013.
- Between Past and
Future: The Roma of Central and Eastern Europe. Will Guy. University of Hertfordshire Press. 2001. Página
244.
- The Gypsies
During the Second World War.The Final Chapter. Edited by Donald Kenrick.
University of Hertfordshire Press, 2006. Página 114.