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Katica Djurdjevich
© Paul Polansky/Kosovo Roma Refugee Foundation |
Katica Djurdjevich
nació en 1921 en la pequeña localidad croata de Viri en el seno de una familia
Romaní.
Creció siguiendo el
estilo de vida tradicional de las familias Lovara. Su padre recorría los
pueblos vecinos con su caballo y su carro, vendiendo los más variados artículos
o ayudando en las labores agrícolas en las que lo requerían. Su madre era una
experta en el arte de la adivinación.
Katica se casó muy
joven con un Rom Kalderash, Milan Shain, pronto nuestra protagonista traería al
mundo dos hijos. Se establecieron en Pitomača en el norte de Croacia, allí Katica
continuó la tradición familiar de la videncia, habilidad que había aprendido de
su madre y de su abuela.
Hasta
1941 la vida para los Romaníes en la Croacia rural había sido como casi siempre
muy difícil, con mucha pobreza, con enormes dificultades para salir adelante, sin
acceso al sistema educativo pero… todo empeoró fatal y dramáticamente cuando la
guerra llegó hasta Yugoslavia en la primavera de 1941 y la población Romaní
comenzó a sufrir los abusos y la violencia de los Ustacha, una organización
nacionalista-católica croata que basaba su política en la ideología racial, que
fue aliada de los nazis y que se caracterizó por el empleo continuado de una crueldad
extrema contra las minorías étnicas, principalmente Gitanos, serbios y judíos.
Una noche llegaron
los Ustacha a Pitomača, reunieron a todos los Romaníes de la población con el
fin de humillarlos, los obligaron a tocar música y a bailar sin parar. Katica
recuerda que, en varias ocasiones, su marido la escondió de los Ustacha antes
de que entraran por la fuerza en su domicilio, Katica vivía siempre atemorizada,
aterrada más que por lo que le pasara a ella por lo que les pudiera pasar a sus
hijos.
Los primeros a los
que detuvieron fueron los parientes de Katica en Viri, los deportaron al
terrible campo de concentración de Jasenovac. El marido y el tío de Katica sufrieron
una selección y se los llevaron para realizar trabajos forzados en Alemania, ella
permaneció al cuidado de sus pequeños en Pitomača. El terror a ser detenidos
era constante… una noche, casi al final de la guerra, Katica, sus dos hijos y
algunos parientes de la familia de su marido fueron detenidos, los montaron en un
tren compuesto de vagones para transporte de ganado y los deportaron a Jasenovac.
Tren de la muerte en
Jasenovac. Memoria de la Deportación.
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Transcurridos ocho días en aquel infierno les informaron de que podían volver a
sus casas, las órdenes habían cambiado y al tratarse de “Gitanos no nómadas” no
serían encarcelados. Regresaron a Pitomača en el mismo convoy de vagones que
los había trasladado hasta aquel lugar, pero cuando llegaron se encontraron un
paisaje desolador, los Ustachas habían saqueado e incendiado sus hogares.
Al finalizar la contienda
mundial el marido de Katica regresó con su familia. Desde entonces nunca nadie
los compensó por el sufrimiento padecido, ni por haber sido un trabajador
forzado en Alemania durante la II Guerra Mundial, ni por la persecución a que
se vieron sometidos en Croacia por haber nacido Romaníes, nunca nadie les dio
nada por la pérdida de sus propiedades... Silencio, sólo el maldito silencio…
De hecho casi
cincuenta años después de aquello, durante la guerra de 1991-1995 los viejos
miedos retornaron.
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Portada del extraordinario libro del insigne Paul
Polansky.
© Paul Polansky
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Fuentes
- Biografía de
Katica Djurdjevich en la página web Holocaust Memmorial Day Trust. 18 de junio
de 2015.
- One blood, one flame: The oral histories of the
Yugoslav gypsies before, during and after WWII. Paul Polansky. Editorial Nish.
2007-2008.
- Einziges Land, in dem Judenfrage und Zigeunerfrage
gelöst: die Verfolgung der Roma im faschistisch besetzten Jugoslawien 1941-1945.
Karola Fings, Cordula Lissner, Frank Sparing. Editorial Köln Rom e.V.
- Blank
pages of the Holocaust : Gypsies in Yugoslavia during World War II.
Elizabeta Jevtic. 2004