He aquí la biografía del
muchacho Gitano Willy Blum y de toda su familia, historia que fue rescatada del
más absoluto olvido por la historiadora y periodista alemana Annette Leo. Para
ello, durante varios años, llevó a cabo una intensa y minuciosa investigación con
el objetivo de sacar a la luz los hechos que vivieron Willy Blum, sus padres y
hermanos, todo ha quedado recogido en su magnífico libro “Das Kind auf der Liste. Die Geschichte von Willy
Blum und seiner Familie”.
Willy Blum nació Gitano en
Rübeland im Harz, en Sajonia Anhalt, Alemania, el 24 de junio de 1928, séptimo
hijo del matrimonio Romaní de Aloys y Toni Blum nacida en 1893 en Atzendorf. Su
prole (de los que he encontrado datos) además de Willy: Anna Blum (24-07-1919
Weichering), Liesel Blum (27-02-1923, Halberstadt), Elly Blum (24-04/1924
Barsell), Dora Blum (9-05-1930,
Martinhausen) y Rudolf Blum (5-09-1934, Dresde).
Willy creció dentro de una
familia numerosa Sinti que se ganaba el pan gracias a su espectáculo ambulante
de títeres. Recorrían los caminos a bordo de sus carromatos tirados por
caballos por pueblos y aldeas de toda Alemania. Siempre sucedía lo mismo,
cuando llegaban a un nuevo sitio generaban sorpresa e ilusión en la mayoría de
la población, sobre todo entre los más pequeños, y encontraban el rechazo por
parte de otros. Lo primero que hacían era solicitar permiso a las autoridades
municipales con el objeto de poner en escena su teatrillo, y, posteriormente, montar
su escenario de títeres en alguna posada o salón municipal. Al caer la tarde representaban
para el público su mágico repertorio que incluía obras como “Hamlet” o “Doctor
Fausto”. Con la ayuda de madera contrachapada pintada, cartón y una cortina de
terciopelo rojo, creaban durante un corto espacio de tiempo un mundo mágico
repleto de emoción y fantasía, en el que los títeres de madera movidos por
hilos actuaban como si se tratara de auténticos actores de carne y hueso. Durante
el tiempo que duraba la representación los espectadores se dejaban transportar
a otro mundo, un mundo pleno de imaginación en el que dominaba el arte de la
emoción, en el que lo bueno y lo malo se distinguían claramente entre sí y
donde quedaba asegurado un final en el que el bien prevalecería. Se trataba de
piezas complicadas, textos que se transmitían oralmente de generación en
generación y donde los niños se involucraban en una etapa temprana y aprendían e
interiorizaban la habilidad para mover los títeres con destreza, dar el tono
correcto al habla de cada uno de los roles de los personajes, así como sentirse
protagonistas en los preludios e intermedios, donde se presentaban cara al
público; cantaban, realizaban parodias y tocaban instrumentos musicales. La
estancia en cada pueblo solía durar varias semanas, los niños asistían a la
escuela local, pero también ayudaban en los trabajos del espectáculo: distribuyendo
folletos, reparando los muñecos, cosiendo la ropa...
Aloys Blum, el padre de
Willy, provenía de una familia de artistas itinerantes. Se había iniciado en el
negocio tras la Primera Guerra Mundial y desde 1919 dirigía su propio teatro de marionetas siempre con la
ayuda de su esposa e hijos. Aquellos, eran tiempos difíciles, aun así, en el
apogeo de la inflación y la crisis, cada vez más personas asistían a los
espectáculos de títeres, precisamente para intentar, durante un rato, escapar
de la dura realidad. La empresa familiar Blum sobrevivió más bien que mal a
estos años de dificultad. En 1928, el teatro llegó hasta la localidad de Rübeland
im Harz, allí vino al mundo Willy Blum. Después de su nacimiento, la familia se
trasladó más hacia el este en busca de nuevas expectativas.
El 30 de enero de 1933
alcanzaron los nazis el poder en Alemania, de forma progresiva aumentaría la
presión sobre la población Gitana del Reich. El primer paso llevaría a la
exclusión total de los Romanís de la sociedad alemana. Desde mayo de 1936,
entró en vigor, publicada por las autoridades, la obligación de que los
artistas se afiliaran a alguna de las asociaciones englobadas en la Cámara de
Cultura del Reich con el fin de conseguir los permisos pertinentes para desarrollar
su labor profesional y artística, para obtenerlo deberían proporcionar pruebas irrefutables
de su "ascendencia aria". Cualquiera que se atreviera a representar
ilegalmente su espectáculo, sin contar con un permiso comercial de las
autoridades del Reich, corría el riesgo de que lo detuvieran y lo enviaran a un
campo de concentración. En ese año de 1936 aparece la siguiente entrada en el
libro de direcciones de Dresde: "Aloys
Blum, Marionettentheaterbesitzer". Dirección:
Laubegaster Ufer 22.
La vida cada vez se hacía más
y más difícil para las familias Gitanas, constantemente se emitían nuevas disposiciones
por parte de los nazis que restringían la forma de vida Gitana. Por ello, en
1938, la familia Blum tomó la decisión de trasladarse a la ciudad de Hoyerswerda,
35 km al sur de Cottbus y 54 km al noroeste de Dresde en la región de Sorbia.
Aquí la familia consiguió proseguir con su oficio hasta 1942. Desde octubre de 1939
se había prohibido a los Gitanos llevar una vida nómada y se les obligaba a
permanecer estacionados en un lugar, a la mayoría se les retiró su licencia
comercial, aunque este hecho dependía, en muchos casos, de las autoridades
municipales. Todas estas medidas las sufrirían los Blum bastante más tarde que
la inmensa mayoría, obviamente las autoridades a menudo tenían dificultades
para deducir si los viajeros eran Gitanos o no. Por ejemplo, en uno de los
archivos se puede encontrar una entrada referida al padre, Aloys Blum, pero no aparece
nada sobre los miembros de su familia, en otro a una de sus hijas le falta la
nota correspondiente de su certificado de matrimonio. A los tres niños más
pequeños también se les permitió seguir asistiendo a la escuela local de Hoyerswerda
cuando esto ya no se le permitía al resto de niños Romanís del Reich. El hecho
de que Willy y algunos de sus hermanos todavía pudiesen asistir al colegio durante
1941 se debió únicamente a la decisión y arbitrariedad de dos directores de
escuela.
La familia intentó encontrar
otras formas de mantenerse a flote, comenzaron a vender artesanías, según
recordaba Elli Blum, vendían encajes y mantas que habían comprado a los
fabricantes de los Montes Metálicos (Erzgebirge) y luego las vendían puerta a puerta, casa por casa. Willy Blum, su
hermana Dora y su hermano menor Rudolf continuaban su proceso educativo en la
escuela evangélica para niños de Hoyerswerda. En 1942 Willy Blum recibió el
sacramento de la confirmación en la iglesia católica local. En ese año, las medidas
de persecución nacionalsocialista afectaron gravemente a la vida de la familia:
a Aloys Blum se le prohibió, por motivos raciales, continuar practicando su
oficio, así como salir de la ciudad. Se le obligó a presentarse en la sede de
la policía todos los días.
Todo se complicó aún más en
el momento que comenzó la segunda fase de persecución hacia la población
Romaní, la deportación. El 8 de mayo de 1942 Aloys Blum fue arrestado y
encarcelado, primero en Hoyerswerda, y posteriormente en la prisión policial de
Cottbus. Desde allí lo trasladaron en un transporte colectivo al campo de concentración
y exterminio de Auschwitz-Birkenau, donde quedó registrado como prisionero el 5
de julio de 1942. Sus familiares permanecieron en Hoyerswerda pero los
detuvieron tiempo después y los internaron en un cuartel ubicado en un barrio
pobre a las afueras de la ciudad. En marzo de 1943, llegó la hora del resto de
miembros de la familia Blum, inicialmente los trasladaron en tren a Breslau,
donde quedaron recluidos en una prisión. Unos días después los deportaron a
Auschwitz-Birkenau junto a otras familias Gitanas, adonde llegaron el 7 de
marzo de 1943. Toni Blum se convirtió en la prisionera Z-836, Anna Blum Z-837,
Elly Blum Z-838, Liesel Blum Z-839, Dora Blum Z-840, Willy Blum Z-734 y Rudolf
Blum Z-735. Quedaron internados como prisioneros en el sector BIIe de Birkenau,
el "campo de familias Gitanas". Aloys Blum fue Blockältester,
responsable de barracón, durante un corto espacio de tiempo. Sin embargo,
debido a las luchas internas con otros reclusos que ansiaban ese puesto, perdió
esa posición de privilegio. En abril de 1944, sólo unas 7.000 de las 22.000
personas originalmente deportadas seguían vivas en el "Zigeuner Familienlager".
Morían de hambre, agotamiento, enfermedades como el tifus, especialmente afectó
a los niños una epidemia de noma, o en las cámaras de gas.
En la primavera de 1944 las
autoridades del campo comenzaron a organizar la liquidación del Campo Gitano, para
ello decidieron organizar transportes con prisioneros del sector BIIe aptos
para el trabajo a otros campos en el interior del Reich. En abril de 1944, un
tren con unos 1.500 hombres salió de Auschwitz en dirección al campo de
Buchenwald. Aloys Blum y sus hijos, Willy, de dieciséis años, y Rudolf, de
nueve, se encontraban entre ellos. De alguna forma, Willy y su padre se las
ingeniaron para llevarse al pequeño Rudolf. En Buchenwald, Willy recibió el
número de prisionero 74254 y Rudolf el 74251. Les cosieron un triángulo negro
en sus trajes de prisioneros de rayas blancas y azules, y quedaron internados
en el “campo pequeño”, un lugar superpoblado que originalmente había sido
diseñado como establo de ganado. En agosto de 1944, Aloys Blum fue separado de
sus hijos y enviado al campo de Dora-Mittelbau. Aquí los prisioneros trabajaban
en la fabricación de los cohetes V2. Willy y su hermano pequeño Rudolf se
quedaron solos en el campo de Buchenwald. A Willy Blum le encargaron la tarea
de cuidar de los osos del zoológico. Se había creado un parque de animales en
el interior del campo de concentración para goce y disfrute de los SS y de sus
familias.
El 23 de septiembre de 1944
se organizó en la oficina del campo de concentración de Buchenwald un
transporte de 200 niños y adolescentes que iban a ser transferidos a Auschwitz.
El nombre de Rudolf Blum se hallaba en esta lista, las SS lo habían señalado con
el número 38. En el listado mecanografiado, archivado en la "Carpeta
Nº. 162", hay otro nombre: Stefan Jerzy Zweig, número 200. A la 9.30 de la
mañana comenzaron a nombrar a aquellos que debían partir en aquel tren, en ese
momento ocurrió una escena conmovedora, según relató más tarde un sobreviviente
testigo de lo que allí ocurrió: Rudolf Blum, de nueve años de edad, se
encontraba entre los prisioneros que debían marcharse en aquel convoy de la
muerte. Rudolf no paraba de llorar y gritarle a su hermano mayor Willy que no
lo dejara solo, que no se podía marchar sin él. Willy, con el corazón roto, y
de la forma que sólo lo puede hacer un héroe, decidió dar un paso al frente y
ofrecerse voluntario para acompañar a su hermanito hasta Auschwitz, sabiendo lo
que ello seguramente significaba. Los encargados de organizar el transporte
tacharon de la lista el número 200 que correspondía a Stefan Jerzy Zweig e incluyeron
en su lugar el de Willy Blum.
El 26 de septiembre de 1944
llegó a Auschwitz el tren con los 200 niños y jóvenes de Buchenwald. Lo que
sucedió después no está documentado y ahí se perdió el rastro de Rudolf y de Willy
Blum, seguramente murieron asesinados. Lo único que se conoce con certeza es
que de los 200 niños y adolescentes de aquel transporte solamente dos lograron
sobrevivir. Annette Leo ha puesto luz a lo que le ocurrió al muchacho Gitano
Willy Blum. El niño que aparecía tachado en la lista, Stefan Jerzy Zweig, se
convertiría en protagonista del libro “Desnudo entre lobos” del escritor Bruno
Apitz y en todo un referente del Holocausto en la Alemania Oriental. Por desgracia,
la historia de Willy Blum quedó sumida en el olvido. Ambos niños fueron
víctimas de los nazis y de la lógica inhumana del terror, pero mientras el
recuerdo de Willy ha permanecido durante mucho tiempo en la nebulosa del olvido,
el de Stefan Jerzy Zweig forma parte de la memoria colectiva de aquel episodio
trágico de la Historia.
De los Blum sobrevivieron al
Porrajmos Aloys Blum, su mujer Toni Blum que moriría en 1962 en un hospital de
Krumbach y dos de sus hijas, Elli Blum, de casada Schopper y Anna Blum. Annette
Leo también ha intentado localizar los títeres del espectáculo de la familia
Blum, obras de arte de fabricación propia, algunas de las cuales se pueden ver
en el Museo de Títeres de Lübeck.
Existe un proyecto de teatro
juvenil: “Der Kind auf der Liste” (El niño de la lista) del Grupo de Teatro TAK
(Theater Aufbau Kreuzberg), en el que algunas jóvenes intérpretes intentan
acercar al público la historia de Willy Blum y su fatal destino, contando para
ello con elementos documentales y de ficción, así como buscando una conexión
con su propia realidad.
Y
llegados a este punto me gustaría expresar una reflexión personal, en primer
lugar, mostrar mi reconocimiento a Annertte Leo, gracias de corazón por rescatar
la historia de Willy Blum y de su familia, su trabajo me ha llegado al alma. En
segundo término, expresar que en ocasiones, amigos y conocidos me preguntan por
qué sigo adelante con este blog, por qué cuento las historias de los Gitanos
durante la persecución nazi, por qué no lo dejo si no tengo ayuda de nadie, por
qué dedico tantas horas de mi tiempo a la investigación y escritura en soledad de
las biografías de unas personas donde priman el dolor y el olvido, pero hete
aquí, que tras terminar de escribir la historia de Willy Blum encuentro la
respuesta a estas preguntas, lo hago porque no quiero ser cómplice del silencio,
porque los Gitanos víctimas del genocidio nazi, sus nombres y sus destinos dan
sentido a mi vida.
Fuentes:
- Das Kind auf der
Liste. Die Geschichte von Willy Blum und seiner Familie. Annette Leo, mit einem
Vorwort von Romani Rose. Aufbau Taschenbuch Verlag.2018.
- Artículo periodístico de Tom Fugmann “Willy Blum: Das vergessene
Kind aus dem KZ Buchenwald” publicado en la web de la Mitteldeutscher Rundfunk
el 23 de abril de 2020.
- Artículo de Sabine Neubert “Das Kind auf der
Buchenwald-Liste. Annette Leo hat die Geschichte des Sinti-Jungen Willy Blum
recherchiert” publicado en el Neues Deutschland el 16 de abril de 2018.
- Memorial Book: The
Gypsies at Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- Birkenau. K.G. Saur,
New York. 1993. Volumen I. Páginas 80-81.
- Memorial Book: The Gypsies at Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- Birkenau. K.G. Saur, New York. 1993. Volumen II. Páginas 772-773.