sábado, 29 de diciembre de 2018

Margot Anita Schwarz, nacida Franz

Margot Anita Schwarz, nacida Franz
© Nordwest Zeitung

Margot Anita Schwarz, nacida Franz, vino al mundo el 10 de septiembre de 1924 en la ciudad de Berlín. Hija de Margarete (Grete) Franz (10/09/1898) y  N.N. Schawrenski. De la primera relación de la madre, además de Margot, habían nacido Erwin Franz en 1925 y Anton Franz (14/01/1927).

En 1928 su madre contrajo matrimonio con el artista circense Georg Frank (20/07/1906). Los chiquillos, Margot y Anton, permanecieron junto a su madre, mientras que Erwin fue acogido por uno de sus tíos que vivía cerca de Gdansk. Margot y Anton crecieron junto a sus seis hermanastros más pequeños: Frieda (10/03/1929), Ella (3/07/1930), Hans (12/01/1933), Otto (25/01/1934), Ursula (15/12/1935) y Angela (18/10/1938). Llevaban un estilo de vida nómada, se dedicaban al circo. Entre acrobacias, risas  y mucho trabajo recorrían los pueblos y ciudades del país teutón con su pequeño circo ambulante.

Georg Frank (derecha) y su hija Ella (izquierda) 
y otra hija o hijo realizando acrobacias.
© Archivo de la familia Franz

En 1935 la familia se trasladó desde el Oeste de Prusia hasta Leer en la Frisia Oriental.

En 1938 se establecieron en una modesta caravana en la floreciente ciudad naval de Wilhelmshaven, cuya población aumentó rápidamente debido al rearme que habían emprendido los nazis.

Georg Frank y su hija Frieda ensayando 
uno de sus números, hacia 1938.
© Archivo de la familia Franz

Debió ser en el transcurrir de 1939, cuando la familia Franz llegó con su carromatos Gitanos, tirados por sus hermosos caballos, al municipio de Zetel-Bohlenberge, situaron su campamento en un descampado de la Pohlstrasse para permanecer allí unos días y ofrecer su espectáculo circense a la población local. Pero… por desgracia, la persecución a la que se estaba sometiendo a la población Romaní se iba incrementando de forma paulatina. Las autoridades locales se acercaron hasta su lugar de acampada prohibiéndoles proseguir su camino. De este modo, hubieron de abandonar su vida nómada y los obligaron a permanecer en aquel sitio cobijados por sus dos carromatos. Los niños acudían a la escuela, los padres y los hermanos mayores buscaron otros trabajos distintos al que hasta ese momento había sido su forma de ganarse el pan. Georg, comenzó a trabajar en una gravera, su esposa Grete, en un vivero en la Stubbendränk, Margot, la hermana mayor, en una fábrica de zapatos y Anton, en una granja. Pasado un tiempo, la familia decidió finalmente establecerse en una pequeña casa en la Horster Strasse, cerca de la escuela de Bohlenberge.

Margot, de jovencita, había dado a luz a una hija a la que puso de nombre Ángela, que murió antes de producirse la deportación.

A su padrastro lo llamaron a filas y se incorporó a la Wehrmacht tomando parte en la caída de Francia, posteriormente lo trasladaron con su unidad a la Guerra en el Este iniciada con la Operación Barbarroja en junio de 1941.

Mientras su padre luchaba valientemente en el ejército alemán, en la retaguardia… de repente, el 3 de marzo de 1943 antes del alba llegó la policía hasta donde vivía la familia Frank: “Guardad todo y acompañadnos” fue la orden que uno de los policías gritó. La madre imploró: “No puede ser, esto no es posible, mi marido es soldado. No podemos, así sin más, marcharnos de aquí”. “Sí, su esposo también os acompañará, pronto se reunirá con vosotros”. El llanto de los niños, el dolor de dejarlo todo atrás, la incertidumbre, el miedo… metieron lo poco que pudieron en una maleta, todo revuelto porque los policías los apremiaban situados frente a ellos empuñando sus armas.

En primer término los condujeron hasta la estación ferroviaria de Zetel, después a Bremen a un lugar donde estaban agrupando a multitud de Romaníes de la región, allí se reencontraron con su padrastro. Lo habían obligado a quitarse el uniforme, éste fue el pago de Alemania por los servicios prestados en el frente. Los abuelos de Margot, su tía y su tío, varios familiares y conocidos también se encontraban en aquel sitio. Allí permanecieron dos noches, luego los deportaron en un tren compuesto por vagones para transporte de ganado al campo de concentración  y exterminio de Auschwitz-Birkenau en Polonia. No les permitieron llevar nada consigo, Durante el viaje no les darían de beber ni de comer. Lo único que su madre pudo esconder entre sus ropas fue una almohadillita para la pequeña Ángela. Pero al ir a montarse en el vagón un policía la descubrió y le arrancó la almohada de la mano añadiendo: “No necesitas almohadas al lugar al que vas”.

Margot era una muchacha joven, tenía 18 años en ese momento y nunca había oído hablar de Auschwitz. Durante el viaje los niños cantaban y reían ajenos a lo que les depararía el destino, sin embargo, los mayores, entre ellos sus padres, tenían miedo, sabían lo que finalmente ocurriría. Cuando llegaron a Auschwitz (Stammlager) pasaron por el gran portón con las palabras “Arbeit macht frei”, después llegaron a Birkenau, allí estaba ubicado el campo para familias Gitanas en el sector BIIe, cerca de los crematorios. Margot se convirtió en la prisionera Z-3487, número que quedó para siempre tatuado en su piel. Los llevaron hasta el barracón, en mitad del mismo había una especie de estufa muy larga con el que se calentaba el lugar. Había cajas por todas partes, así llamaban a las literas de tres pisos, y sobre las mismas había unas “maravillosas y hermosas” mantas rojas de pelo muy largo. Se encontraban tan cansados de los tres días de viaje que no pensaban en la comida, a pesar de la intensidad del hambre, tan sólo en poder descansar un poco del agotamiento. Al despertarse... les picaba todo el cuerpo, se encontraban llenos de picaduras producidas por la multitud de piojos que poblaban las mantas y el barracón.

Margot muestra su número de prisionera 
de Auschwitz-Birkenau tatuado en su antebrazo. 
© Günter Heuzeroth y Sylvia Wille

Unos días más tarde les comunicaron que aquellos que habían servido en el ejército serían agrupados en un barracón aparte del resto y que pronto podrían volver a sus hogares. Su padrastro como había sido soldado, pues hizo que estuviesen entre el grupo que fue reubicado junto a otras familias Gitanas. En el bloque militar, que así se llamaba, se pasaba lista por la mañana y en el turno de reunión de la tarde, alienándose los prisioneros en filas de cinco. Pronto murió su hermanita Ángela, la más pequeña, no había cumplido aún los cinco años.

Su madre enfermó, comenzaron a hinchársele las piernas y la fiebre dominaba su cuerpo, Margot le preguntó al jefe de barracón si podía dejarla en el interior y no salir fuera al recuento porque estaba demasiado enferma. Pero en aquel lugar en el que no había sitio para la clemencia ni la compasión, el jefe del bloque hizo una excepción. Mas al pasar lista y contar a los prisioneros los soldados de las SS se percataron de que faltaba una prisionera, la madre de Margot. Entraron enfurecidos y a toda prisa en el barracón y comenzaron a gritar. Luego salieron del interior arrastrando de los pelos a su madre, uno de los SS la golpeó con furia con su arma en la cabeza y del fuerte golpe la mató. Margot saltó hecha un fiera abalanzándose sobre el soldado, entonces los SS comenzaron a golpearla también a ella, dejándola inconsciente. Cuando se despertó, su mamá se había ido al cielo. Ahora estaba sola con su padre y sus hermanos. Tiempo después fue su padre el que enfermó, lo trasladaron al hospital y eso en Birkenau era sinónimo de muerte. En aquel infierno no estaba permitido visitar a los familiares enfermos, pero Margot se las arregló como pudo y consiguió entrar allí, cuando llegó hasta la cama donde se hallaba su padrastro, se percató de que estaba muerto, tenía la boca abierta y de su boca salía algo de uno color negruzco, se acercó y al hacerlo de la boca de Georg comenzaron a salir muchísimas moscas pequeñas. Margot era la mayor y la responsabilidad de sus hermanos recayó sobre ella. El hambre atroz que se vivía en aquel infierno de días y noches infinitos hizo que algunos fuesen muriendo de hambre, sólo quedaban con vida cuatro hermanos cuando comenzaron los transportes para llevar a cabo trabajos forzados en campos de concentración en el interior de Alemania. A Margot y a Anton los trasladaron en un transporte en el transcurso de 1944, los otros dos hermanos más pequeños se quedaron en Birkenau y murieron gaseados en la Zigeunernacht, la noche del 2-3 de agosto de hondo y doloroso recuerdo para el pueblo Romaní. En Auschwitz-Birkenau murieron además de su madre y su padrastro, sus hermanos: Ella, Frieda, Hans, Otto, Ursula y Angela.

A finales de julio de 1944 a Margot la enviaron en un convoy al campo de concentración para mujeres de Ravensbrück, allí permaneció cuatro semanas en cuarentena, tras pasar este periodo la transfirieron al campo de concentración de Flossenbürg. Fue conducida al campo satélite de mujeres de Graslitz (Kraslice). En aquel lugar se realizaban trabajos de montaje mecánico de precisión para Luftfahrtgerätewerk Hakenfelde GmbH (LGW), una filial del Grupo Siemens. El sitio de producción era una fábrica textil en desuso. Las prisioneras estaban alojadas en uno de los pisos superiores sobre el taller. En ocasiones hacían turnos de trabajo de día y de noche.

Campo satélite de Graslitz
© Gedenkstätte Flossenbürg

Desde el 15 de abril de 1945, las SS comenzaron a evacuar el campo. Las mujeres debían marchar en dirección a Mariánské Lázně. A varias prisioneras las fusilaron durante la marcha, el propósito de las SS era conducirlas hasta Flossenbürg para proceder a su exterminio. Pero no pudieron conseguir su objetivo porque el ejército estadounidense liberó al grupo de prisioneras el 24 de abril de 1945. Sin tener dónde ni a nadie a quien acudir, habiendo perdido todo menos la vida se entremezcló entre la inmensa corriente de refugiados que poblaba Alemania en aquella primavera de 1945. Margot por fin era libre. A veces caminando otras realizando cortos trayectos en tren consiguió llegar hasta Oldenburg. Al principio no encontró a nadie, pero conoció a Friedrich Schwarz con el que se casaría en 1946. Friedrich Schwarz (1919 - 1990) había sobrevivido al campo de concentración de Sachsenhausen. Margot se sintió durante mucho tiempo como la única sobreviviente de su familia, sólo décadas más tarde supo que sus hermanos; Erwin y Anton (hermanos del primer matrimonio de su madre) también habían logrado sobrevivir al Porrajmos.

Después del nacimiento del primero de sus ocho hijos, la pareja regresó a Zetel-Bockhorn, en el distrito de Frisia viviendo en un pequeño apartamento. En la década de 1950, la pareja invirtió, los pagos de compensación por la deportación que la administración alemana les había otorgado en una caravana y un tractor. Vivieron felices con sus hijos principalmente en los distritos de Frisia, Wittmund, Aurich y en Wilhelmshaven. Friedrich Schwarz comerciaba en el área rural con mercería, también trabajaba de forma regular junto a sus hijos como jornalero en época de cosecha en Wittmund.

Fotografía tomada aproximadamente en 1960, 
Friedrich y Margot Schwarz fueron 
fotografiados con los trajes de los campos 
de concentración para llamar la atención
 sobre la persecución nazi de los sinti
© Colección de Christel Schwarz.

A mediados de la década de 1970, la salud de Margot comenzó a empeorar se resentía severamente del trauma de la violencia experimentada durante la II Guerra Mundial. Margot fue siempre una luchadora muy activa por los derechos de la comunidad Romaní de Alemania, siempre se mostró dispuesta a dar testimonio de la terrible experiencia de su pasado y se convirtió en una de las mujeres que ayudó a la formación de la comunidad Sinti de Oldenburg hasta su muerte acaecida en 2002.

Margot Schwarz en 1992
©Sammlung Günter Heuzeroth

Fuentes:
- Zetel: Die in Auschwitz ermordete Sinti-Familie Frank.
- “Ihr braucht keine Kissen mehr, wo ihr hinkommt”. Artículo firmado por Hartmut Peters para Gróschler Haus.
- Vor den Augen der Vermieter verhaftet. Artículo firmado por Hans Begerow para el Nordwest Zeitung el 17 de mayo de 2008.
- https://www.groeschlerhaus.eu/erinnerungsorte/zetel-die-in-auschwitz-ermordete-sinti-familie-frank/
- Geschichte Margot Schwarz Überlebte Konzentrationslage in Auschwitz. “Sie haben aus dem Dreck gefressen”. Artículo firmado por Christopher Hanraets para el Nordwest Zeitung el 20 de diciembre de 2017.
- Vom Schlachthof nach Auschwitz: Die NS-Verfolgung der Sinti und Roma aus Bremen, Bremerhaven und Nordwestdeutschland. Hans Hesse, Jens Schreiber. Marburg 1999.
- Vom Ziegelhof nach Auschwitz: Verfolgung und Vernichtung der Sinti und Roma.
Heuzeroth, Günter; Martinß, Karl-Heinz. Oldenburg 1985.
- Aus Niedersachsen nach Auschwitz. Niedersächsischer Verband Deutscher Sinti
Verlag für Regionalgeschichte, 2004. Página 65.
- Entrevista en vídeo dirigida por Günter Heuzeroth y Sylvia Wille (cámara Gerd Weghorn) realizada en 1992.
- Memorial Book: The Gypsies at Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- Birkenau. K.G. Saur, New York. 1993. Volumen I. Páginas 250-251.