sábado, 28 de noviembre de 2015

Lidiia Egorova

Lidiia Egorova
© USC Shoah Foundation



Lidiia Egorova (de nacimiento Krylova) vino al mundo en el año 1923, nació en una familia que vivía en un asentamiento Romaní en Lukinichi, en la región de Smolensko en la antigua Unión Soviética.

Sus padres, Nikita y Klavdiia, tuvieron seis hijos. Trabajaban como agricultores en una granja colectiva local. Reseñar que muchos Romaníes estaban asentados desde el siglo XIX en la región de Smolensko, la mayor parte de ellos se dedicaban a las labores agrícolas siguiendo un estilo de vida sedentario. Con la reestructuración de la agricultura llevada a cabo por los bolcheviques tras la Revolución Rusa, se originaron en los años veinte y treinta los denominados "Zigeunerkolchosen" (Koljoses Gitanos). A comienzos de la II Guerra Mundial dos de ellos continuaban funcionando, uno en Aleksandrovka (región de Smolensko, en Rusia) y otro en Koroliovo (en la región de los Cárpatos ucranianos)

A Lidiia le encantaba ir a la escuela y aprender, estudió en el notable colegio interno de Serebryanka, sus asignaturas las estudiaba tanto en ruso como en romanés. Lidiia consiguió su certificado educativo como especialista en motores mecánicos, posteriormente comenzó la formación profesional en Osinovka, cerca de Orsha, esta era su vida hasta que la Alemania nazi invadió la Unión Soviética en junio de 1941 y todo su proyecto de futuro se vino abajo, Lidiia se vio obligada a alejarse de la zona de combate, logrando regresar a su casa tras quince jornadas de camino, al llegar se enteró de que su familia había sido evacuada hacia el Este, concretamente a la región de Saratov.

Durante la ocupación alemana, Lidiia realizó trabajos agrícolas, pero… en la tarde del 23 de abril de 1942, dos oficiales alemanes aparecieron en el pueblo de Aleksandrovka, encargaron al contable del Koljós local que preparara una lista de los residentes donde quedara registrada la familia y su origen nacional. Cerca de las cinco de la madrugada del 24 de abril, soldados de las SS (probablemente un Teilkommando –unidad más pequeña- del Einsatzgruppe B) entraron armados en las casas del pueblo, sacaron a todos sus moradores y los condujeron hasta un lugar cerca de un lago. También llevaron hasta allí a varias familias de la aldea vecina de Devkino.

         Un oficial alemán, que hablaba correctamente el ruso, comenzó a dar lectura a una lista repleta de nombres, según la cual se procedió a dividir a los retenidos en dos grupos; por un lado los rusos y por otro los Romaníes. Después de que la selección finalizara, a los habitantes rusos los enviaron de regreso a sus casas, mientras que a los Gitanos los obligaron a permanecer allí bajo estrecha vigilancia…. temor, miedo, incertidumbre… los nazis eligieron a los hombres más fuertes, les entregaron palas y los obligaron a excavar dos profundas zanjas. A eso de las dos de la tarde los alemanes llevaron a las mujeres, niños y ancianos con dirección hacia las fosas, los golpeaban con palos y látigos como si estuviesen tratando con ganado, a algunos les pegaron con tal violencia que los dejaron inconscientes. Esto provocó que se desatara el pánico, algunas personas, en mitad de la confusión, consiguieron escapar. La ansiedad crecía entre los Romaníes y más después de que les quedara claro lo que iba a suceder. Les conminaron a que entregaran cualquier objeto de valor que portaran consigo. Varias mujeres suplicaron clemencia, adujeron que eran rusas. Los alemanes comenzaron a desnudarlas para someterlas a una especie de "examen racial". Según los relatos de los testigos, la piel y el color de pelo jugaron un papel decisivo.

Finalmente, a los hombres también los sometieron al mismo procedimiento, inspeccionaron sus cuerpos, les tocaban el pecho y las manos, agarraban su nariz y miraban detrás de las orejas… de este modo algunos consiguieron escapar de una muerta segura. A una mujer se le permitió, bajo vigilancia, regresar a su casa en busca de su tarjeta rusa de identidad. A partir de ahí comenzó la masacre, conducían a cada familia hasta el borde mismo de la fosa, si alguien se negaba a acercarse lo golpeaban y lo llevaban a rastras, llanto, desesperación… un soldado alemán armado con una pistola era el encargado de llevar a cabo las ejecuciones. En primer lugar asesinaban a los chiquillos de entre 10 y 12 años delante de sus madres, luego si estas sostenían entre sus brazos a sus bebés se lo arrebataban y lo arrojaban con vida a la fosa, solamente después de esto disparaban a la madre, algunas madres no podían soportar el tormento y saltaban a la fosa tras sus bebés.

El destino quiso que Lidiia Krylova fuese puesta en libertad en el último momento, después de que la llevaran hasta el borde de la fosa para proceder a su ejecución, en un último intento por sobrevivir, la joven comenzó a gritar que no la mataran que ella era rusa,  un policía local la “examinó” y la dejaron marcharse. Según testimonio de la propia Lidiia Egorova, cuando esto sucedió ya habían asesinado a cerca de 70 personas.

Después de matar a mujeres y niños, los alemanes obligaron a los hombres Romaníes a tapar con tierra la fosa común, todo antes de que los fusilaran a ellos en la segunda fosa. Cuando la masacre finalizó los SS regresaron a la ciudad de Smolensko, llevándose con ellos los objetos de valor y algunas de las ropas de las víctimas.

La posterior exhumación de los cadáveres tras la guerra reveló que un total de 176 personas murieron asesinadas por los nazis aquel 24 de abril de 1942. De ellas143 -62 mujeres, 29 hombres y  52 niños- pudieron ser identificadas, 33 personas no poseían documentos o registros familiares. Entre las víctimas adultas se incluían las maestras y los agricultores de los koljoses. En el fusilamiento de los Romaníes de Aleksandrovka el grado de asimilación social o el sedentarismo no jugaron un papel decisivo, no hubo interrogatorios para descubrir a posibles partisanos, exterminaron a los Gitanos de Aleksandrovka por el hecho de ser Romaníes. La doble selección por medio de listas de nombres y “exámenes físicos” demuestra la motivación ideológica racial de los autores más allá de cualquier sombra de duda.

Después de la masacre, Lidiia escapó hasta la localidad cercana de Kiryukovo, vivió en esa localidad hasta que el Ejército Rojo liberó aquel territorio entre finales de 1943 y principios de 1944. Tras la liberación, comenzó a trabajar en un hospital militar y en un koljós local.

Después de la finalización de la guerra, continuó trabajando en la granja colectiva Se casó dos veces y tuvo seis hijos.

Para los Romaníes soviéticos Aleksandrovka se convirtió en el lugar central de la memoria del pueblo Gitano. Por iniciativa de los sobrevivientes se solicitó la creación de un memorial en los años sesenta. En 1974 el Smolensk Gebietskommissar aprobó la erección de un monumento en el lugar de los hechos, pero este no se hizo realidad hasta agosto de 1982. En la lápida reza un sencillo texto: "Aquí están enterrados 176 pacíficos ciudadanos de Aleksandrovka, fueron fusilados por los invasores fascistas alemanes el 24 de abril de 1942." Como es costumbre de todos los monumentos soviéticos, no se reconoce el origen étnico de las víctimas, sin embargo, el monumento de Aleksandrovka es el único de la era soviética dedicado al recuerdo del sufrimiento Romaní durante la II Guerra Mundial. Por lo tanto, tiene un significado especial como lugar de recuerdo para los Gitanos de Rusia.

Aleksandrovka, monumento en memoria de los Romaníes
 que murieron fusilados por los nazis en abril de 1942. 
© Stiftung Denkmal für die ermordeten Juden europas


Fuentes:
- Entrevista a Lidiia Egorova realizada por Anna Anfimova y filmada por el cámara Evgenii Kurbatov en Safonovo,  región de Smolensko, Rusia el 6 de julio de 1997. Notas Biográficas Universitá Cattolica del Sacro Cuore y USC Shoah Foundation.
- The National Socialist Genocide of the Roma in the German-occupied Soviet Union. Martin Holler. Report for the Documentary and Cultural Centre of German Sinti and Roma. Heidelberg, 2009. Página 37.
Roma Denkmal Aleksandrowka. Stiftung Denkmal für die ermordeten Juden europas
- Der nationalsozialistische Genozid an den Roma Osteuropas:Geschichte und künstlerische Verarbeitung. Felicitas Fischer von Weikersthal. Böhlau Verlag Köln Weimar, 2008. Página 266
- New Soviet Gypsies: Nationality, Performance, and Selfhood in the Early Soviet Union. Brigid O'Keeffe. University of Toronto Press, 2013.
- Between Past and Future: The Roma of Central and Eastern Europe. Will Guy. University of Hertfordshire Press. 2001. Página 244.

- The Gypsies During the Second World War.The Final Chapter. Edited by Donald Kenrick. University of Hertfordshire Press, 2006. Página 114.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Katica Djurdjevich

Katica Djurdjevich
© Paul Polansky/Kosovo Roma Refugee Foundation

Katica Djurdjevich nació en 1921 en la pequeña localidad croata de Viri en el seno de una familia Romaní.

Creció siguiendo el estilo de vida tradicional de las familias Lovara. Su padre recorría los pueblos vecinos con su caballo y su carro, vendiendo los más variados artículos o ayudando en las labores agrícolas en las que lo requerían. Su madre era una experta en el arte de la adivinación.

Katica se casó muy joven con un Rom Kalderash, Milan Shain, pronto nuestra protagonista traería al mundo dos hijos. Se establecieron en Pitomača en el norte de Croacia, allí Katica continuó la tradición familiar de la videncia, habilidad que había aprendido de su madre y de su abuela.

         Hasta 1941 la vida para los Romaníes en la Croacia rural había sido como casi siempre muy difícil, con mucha pobreza, con enormes dificultades para salir adelante, sin acceso al sistema educativo pero… todo empeoró fatal y dramáticamente cuando la guerra llegó hasta Yugoslavia en la primavera de 1941 y la población Romaní comenzó a sufrir los abusos y la violencia de los Ustacha, una organización nacionalista-católica croata que basaba su política en la ideología racial, que fue aliada de los nazis y que se caracterizó por el empleo continuado de una crueldad extrema contra las minorías étnicas, principalmente Gitanos, serbios y judíos.

Una noche llegaron los Ustacha a Pitomača, reunieron a todos los Romaníes de la población con el fin de humillarlos, los obligaron a tocar música y a bailar sin parar. Katica recuerda que, en varias ocasiones, su marido la escondió de los Ustacha antes de que entraran por la fuerza en su domicilio, Katica vivía siempre atemorizada, aterrada más que por lo que le pasara a ella por lo que les pudiera pasar a sus hijos.

Los primeros a los que detuvieron fueron los parientes de Katica en Viri, los deportaron al terrible campo de concentración de Jasenovac. El marido y el tío de Katica sufrieron una selección y se los llevaron para realizar trabajos forzados en Alemania, ella permaneció al cuidado de sus pequeños en Pitomača. El terror a ser detenidos era constante… una noche, casi al final de la guerra, Katica, sus dos hijos y algunos parientes de la familia de su marido fueron detenidos, los montaron en un tren compuesto de vagones para transporte de ganado y los deportaron a Jasenovac. 

Tren de la muerte en Jasenovac. Memoria de la Deportación.
© Petar Milošević 

Transcurridos ocho días en aquel infierno les informaron de que podían volver a sus casas, las órdenes habían cambiado y al tratarse de “Gitanos no nómadas” no serían encarcelados. Regresaron a Pitomača en el mismo convoy de vagones que los había trasladado hasta aquel lugar, pero cuando llegaron se encontraron un paisaje desolador, los Ustachas habían saqueado e incendiado sus hogares.

Al finalizar la contienda mundial el marido de Katica regresó con su familia. Desde entonces nunca nadie los compensó por el sufrimiento padecido, ni por haber sido un trabajador forzado en Alemania durante la II Guerra Mundial, ni por la persecución a que se vieron sometidos en Croacia por haber nacido Romaníes, nunca nadie les dio nada por la pérdida de sus propiedades... Silencio, sólo el maldito silencio…

De hecho casi cincuenta años después de aquello, durante la guerra de 1991-1995 los viejos miedos retornaron.

Portada del extraordinario libro del insigne Paul Polansky.
© Paul Polansky

Fuentes
- Biografía de Katica Djurdjevich en la página web Holocaust Memmorial Day Trust. 18 de junio de 2015.
- One blood, one flame: The oral histories of the Yugoslav gypsies before, during and after WWII. Paul Polansky. Editorial Nish. 2007-2008.
- Einziges Land, in dem Judenfrage und Zigeunerfrage gelöst: die Verfolgung der Roma im faschistisch besetzten Jugoslawien 1941-1945. Karola Fings, Cordula Lissner, Frank Sparing. Editorial Köln Rom e.V.
- Blank pages of the Holocaust : Gypsies in Yugoslavia during World War II. Elizabeta Jevtic. 2004