Ružena Danielová en 1982 con el número de
prisionera de Auschwitz tatuado en su brazo.
© M. Prášek, cortesía del Museo de cultura
Romaní de Brno, República Checa |
Růžena Danielová nació el 27 de febrero de
1904 en Čejči (distrito de Hodonin). Junto a su madre ciega vivió en diferentes
comunidades Romaníes, la mayor parte de su infancia la pasó en la de Mutěnice
en Moravia del Sur. Su familia llevó un estilo de vida nómada o seminómada.
Desde 1920 hasta 1927 vivió en una aldea en
el este de Moravia. Se casó en 1926 con un joven Romaní, Martin Daniel (nacido
el 12 de junio de 1900). Entre 1927 y 1938 la familia vivió en la colonia
Romaní de Breclav. El matrimonio tuvo cinco hijos; Jenda, Majduska, Thomas, Misanek y Suzanka.
Martin Daniel, esposo de Ružena
© Museo de cultura Romaní de Brno
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Martin Daniel trabajaba en una fábrica de
ladrillos. Růžena Danielová trabajaba cuando hacía falta mano de
obra en la fábrica de ladrillos o para los agricultores locales. Růžena y
Martin eran analfabetos.
Desde 1938, la familia se estableció en
Mutěnice. Su hijo mayor pronto abandonó el nido familiar para trabajar en Linz,
en Austria. En 1940 Ruzena y Daniel habían prosperado a partir de su esfuerzo y
se convirtieron en propietarios de una casa, es precisamente a partir de ese
año cuando la vida de los Romaníes en Checoslovaquia se va a complicar
sobremanera.
Růžena, Martin y sus hijos fueron deportados
al campo de Auschwitz-Birkenau el 7 de mayo de 1943.
A su llegada a Birkenau y
siguiendo los procedimientos habituales de los nazis de entrada al campo,
Růžena Danielová recibió el número de prisionera Z-8259, junto a su familia
fueron ubicados en el campo para familias Gitanas de Birkenau.
Růžena vivió la más dura de las tragedias en
el campo polaco, fue testigo como uno de los kapos se ensañó con uno de sus
hijos y constantemente le pegaba, le humillaba, también vio como realizaban
experimentos médicos, Růžena recuerda que tenía los ojos vendados y le ponían
inyecciones que le provocaron una hinchazón del rostro.
Růžena perdió a su marido, Daniel Martín, el
12 de septiembre de 1943 y a sus cinco hijos en el campo de exterminio de
Birkenau. A ella la deportaron el 2 de agosto de 1944 desde Auschwitz hasta el
campo de concentración de Ravensbrück. donde fue asignada a trabajar en las
fábricas de Wittenberg, lugar en el que como pudo consiguió sobrevivir para
ver la liberación.
Después de la
liberación, Růžena Danielová regresó el 25 de mayo de 1945
a Mutěnice.
Vivió por un periodo de unos tres meses en la casa familiar que tanto esfuerzo
y trabajo había costado conseguir, pero aquella casa y la ausencia de toda su
familia le provocaba tanto dolor que se vio en la obligación de mudarse.
Ružena Danielová
© Museo de cultura Romaní de Brno
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En 1968 le fue concedida una pensión por
invalidez debido a las terribles secuelas que en su cuerpo habían dejado las
experiencias vividas en los campos de concentración nazis.
Růžena Danielová murió el 3 de mayo de 1988.
Esta es la historia de Růžena Danielová, pero
en su biografía hay un hecho reseñable que no podemos dejar pasar por alto.
Como bien sabemos el pueblo Romaní históricamente ha transmitido sus canciones,
poemas y cuentos a través de la tradición oral de una generación a otra. En la
actualidad, los investigadores han comenzado a recoger y publicar folclore
relacionado con el Porrajmos que los sobrevivientes y sus familias Romaníes han
ido transmitiendo a pesar del olvido institucional a que se han visto sometidos.
Ruzena Danielova es autora de una canción „Aušvits“ realizada a finales de los
cincuenta o principios de los sesenta, apareció tiempo después en un documental
sobre música Romaní, „Latcho Drom“ . La fama de la canción fue inmediata tras
la guerra, convirtiéndose en uno de los símbolos del Porrajmos. Cantado en
romanés, „Aušvits“ se basa en un tema central en la cultura Gitana el lamento y
sobre todo en los sentimientos de soledad y desesperación. En el texto, la
mujer piensa en su marido y, de repente, aparece la imagen simbólica de un
pájaro negro con la tarea de llevar las cartas que nunca pudieron ser
entregadas.
Ruzena empieza la canción con un prólogo: „Es
necesario que yo cuente por qué canto esta canción, yo quiero que el mundo
conozca el por qué. Yo estuve prisionera durante dos años y recibí el
tratamiento más cruel que se pueda dar a una persona“ (Ctibor Necas y Dusan
Holy 22-23)
Esta es la canción:
En Auschwitz hay una gran casa
Ruzena Danielova | ||
Ausvicate hi kher bro
Odoj besel mro pirano Besel, besel gondolinel Te pre mande pobisterel
O tu kalo cirikloro
Lidza mange mro lilro Lidza, lidza mra romake Hoj som phandlo Ausvicate
Ausvicate bokha bare
Te so te chal amen nane Ani oda koter maro O blokris bibachtl |
En Auschwitz hay una gran casa
Y allí mi marido está prisionero Él se sienta, se sienta y se lamenta Y piensa en mí.
¡Oh, pájaro negro!
¡Lleva mi carta! Llévasela a mi esposa Por lo que estoy preso en Auschwitz
En Auschwitz hay mucha hambre
Y no tenemos nada que comer Ni un trozo de pan Y el guardia del barracón es malvado |
Y cuando Ruzena
finaliza la canción narra: “Mis cinco hijos fueron asesinados en Auschwitz: Jenda,
Majduska, Thomas, Misanek y Suzanka y mi marido también. Él era un buen hombre.
Yo soy la única sobreviviente de toda mi familia” (Ctibor Necas y Dusan Holy 23)
Fuentes:
- Dušan Holy, y Citbor Nečas, Žalující píseň [Accusatory
Song] (Stražnice: Ústav lidové kultury, 1993)
- Ctibor Nečas, Nemůžeme zapomenout –
Našťi bisteras [We Cannot Forget] (Olomouc: Univerzita Palackého,1994)
- Tracing the
autobiographical. Marlene Kadar, Linda Warley, Jeanne Perreault, Susanna
Egan, editors Wilfrid Laurier Univ. Press, 2005 -
276 páginas. Páginas 241-242
- “Latcho Drom”. Tony Gatlif. 1993.