jueves, 29 de marzo de 2012

Mathilde Pachernik, Karl Taubmann, Melitta e Isabella

Mathilde Pachernik y Karl Taubmann
© Erinnern an die Opfer der nationalsozialistischen Gewalt, Villach/Kärnten


Mathilde nació el 8 de marzo de 1922 en Velden am Wörthersee. Karl Taubmann nació el 7 de marzo de 1915 en St. Martin cerca de Villach, ciudad austriaca situada en el sur del país, que se encuentra a escasos kilómetros de la frontera con Italia.

Karl, como muchos Romaníes era músico profesional. La última residencia conocida de la familia estuvo situada en la localidad de Seebach, cerca de Villach.

Mathilde y Karl tuvieron dos hijas: Melitta, nacida el 20 de febrero de 1940 e Isabella el 7 de septiembre de 1941. La familia vivía feliz en Seebach.

Todo marchaba más o menos bien, dentro de las dificultades propias que te marca el devenir diario de la vida, hasta que el 30 de octubre de 1941, la Kripo, policía criminal nazi, llevó a cabo una “Aktion” contra los Romaníes que allí se encontraban, la mayoría fueron arrestados y posteriormente deportados al "campo de confinamiento de Gitanos” de Lackenbach en el Burgenland austriaco. Melitta , la hija mayor, tenía entonces casi 2 añitos e Isabella, la pequeña, tan solo 7 meses. Sesenta y cinco personas fueron detenidas.

Anna Volpe, nacida Pachernik era hermana de Mathilde, vivía cerca de las casas de su hermana y del resto de los Romaníes de Seebach y recuerda la deportación de los Romaníes de Seebach acaecida en octubre de 1941:

Mi hermana, Mathilde, estaba comprometida con Karl Taubmann, era Sinto, había tenido dos hijas con él, Melitta (1 año y 7 meses) e Isabella (7 semanas). Ellos vivían muy felices.

La policía llegó muy temprano en camiones y rodeó las casas donde vivían los gitanos. Obligaron a todos, hombres, mujeres y niños a montarse en los camiones.

De allí se los llevaron detenidos a Villach, a la comisaría de policía. La policía les dijo: "Todos ustedes serán trasladados a Polonia. Allí les entregarán tierras y tendrán trabajo.”

Cuando nos despertamos por la mañana, los gitanos no estaban, las casas estaban vacías. No habíamos oído nada, porque vivíamos en el lado opuesto de las casas. La gente estaba, naturalmente, muy contenta y nos dijeron con exactitud lo que había sucedido.

Mi hermana estaba con sus dos hijos en la comisaría de policía, inmediatamente después de enterarme fui a Villach a ver lo que está pasando con Karl, Mathilde, Melitta e Isabella. Ellos y sus dos hijos se hallaban dentro de la comisaría. Mi madre también estaba allí. Mathilde quería salir, pero sobre todo que sacaran a los dos niños. Pero fue inútil. La policía se mostró inflexible. Unas semanas más tarde mi madre recibió un telegrama de "Schmückau" - o algo así - con la noticia de que Melitta, la más pequeña había muerto. Desde ese momento nunca volvimos a recibir ningún otro mensaje.”

En Lakenbach los recién llegados procedentes de Villach recibieron los números del 2453 al 2517.

Después del Porrajmos lo único que sabemos es que nunca volvieron, su destino nos es desconocido, Mathilde, Karl, Melitta e Isabella desaparecieron en la noche más negra de la Historia del pueblo Romaní, el Porrajmos.

Fuentes:

- Nationalsozialismus in Villach. Hans Haider. Edition kärnöl. 2005. Páginas 33, 49, 114-115, 126

- Vom Leben und Sterben der Villacher Sinti im Nationalsozialismus. Informe del Prof. Hans Haider

- Entrevista con A. Volpe, hermana de M. Pachernik, Realizada el 5 de junio de 1996 por R. Marhan. (PA). Bundespolizei Villach, Meldezettel. alpe adria 5/94, A. Lauritsch, S. 13.

- Entrevista con la señora Anna Volpe, el 2 de abril de 1999. Alpe adria 5/94, A. Lauritsch, S. 13. Villach-Stadt der Zukunft, H. Haider, S. 257 Bundespolizei Villach.

domingo, 25 de marzo de 2012

Josef Wagner


Josef Wagner
© Dokumentations und Kulturzentrum 
Deutscher Sinti und Roma


Josef Wagner nació el 18 de agosto de 1897 en Westendorfer-Landwehr.

Fue deportado al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau en el transporte de Romaníes que llegaron al campo polaco el 17 de marzo de 1943. Josef Wagner fue registrado con el número de prisionero Z-3706.

Josef murió en Auschwitz-Birkenau el 30 de octubre de 1943.

Fuentes:
- Memorial Book: The Gypsies at Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- Birkenau. K.G. Saur, New York. 1993. Volumen II. Páginas 946-947.
- Archivo del State Museum Auschwitz-Birkenau en Oświęcim (Polonia). Especialmente dirigir mi agradecimiento personal al profesor Wojciech Płosa, Director del Archivo.

jueves, 15 de marzo de 2012

Hannes Weiss


Hannes Weiss

© Anne Frank: a History for today


La historia de Hannes Weiss nacido en 1930, es la historia de un superviviente Romaní en Holanda, alguien, que gracias a su inteligencia, a la suerte del destino y a que pudo esconderse de los alemanes consiguió sobrevivir al Porrajmos.

Hannes Weiss fue víctima de discriminación porque nació Romaní, él y su familia fueron tratados como no arios por los nazis.

El padre de Hannes fue un gran artista de circo, un acróbata del más alto nivel. Sus saltos resultaban de una gran espectacularidad. El circo siempre acababa con su actuación, era la estrella del espectáculo circense. Su padre y su tía Ana, una hermana de su padre, se convirtieron en unos fenómenos bajo la carpa.

Fue en el circo donde conoció a la futura madre de Hannes, cuando ella llegó al circo tratando de vender su mercancía a la gente que vivía del espectáculo ambulante.

Hannes tenía cuatro hermanas y dos hermanos. Nunca asistieron a la escuela. Todo lo que aprendieron de la vida se lo debían a sus padres. El saber entre el pueblo Romaní se transmitía de forma oral, de padres a hijos, de hijos a nietos ... así es como era entonces y, con frecuencia sigue siendo hoy en día.

Tatta, el padre de Hannes, murió en 1942 durante el transcurrir de la guerra, cuando nuestro joven protagonista contaba 12 años, debido a una enfermedad. Por ello, todos se marcharon a vivir a La Haya. De este modo, fue como Hannes se convirtió en el cabeza de familia.

Los nazis llevaban en Holanda desde que la invadieron en mayo de 1940. En el comienzo de la guerra, los Romaníes holandeses no estuvieron sometidos a las mismas restricciones a las que tuvieron que enfrentarse los Judíos, aunque reseñar que ya en 1940 se aprobó una ley en Holanda que limitaba los movimientos para viajar de un lugar a otro, aunque no entró en vigor plenamente hasta 1943, cuando la Wehrmacht confiscó todos los caballos, y los nazis establecieron 27 campamentos centralizados y vigilados por fuerzas policiales holandesas. Además en 1943 los nazis comenzaron a elaborar un registro nacional de delincuentes. Muchos Romaníes fueron considerados criminales en función de su origen étnico y por su estilo de vida itinerante y fue por ello por lo que quedaron registrados en esa lista. Para evitar el registro muchos Gitanos se escondieron en casas particulares, o huyeron a las grandes ciudades, como Amsterdam o La Haya, donde trataron de pasar al anonimato. Eso fue lo que intentó hacer nuestro protagonista, Hannes, como buen Romaní, siempre fue muy avispado y estaba dotado de una gran inteligencia e instinto para la supervivencia, valga como botón de muestra, cuando obligó a todos sus hermanos a teñirse de pelirrojos para pasar desapercibidos ante los soldados alemanes.

La situación poco apoco iba empeorando y la presión que los nazis ejercían sobre los Romaníes cada día se intensificaba. Hasta que llegó el día en que los alemanes llevaron a cabo una razzia contra los Romaníes en el Kempenstraat, como a su vez ocurría en toda Holanda, el objetivo, detener a todos los Romaníes y conducirlos a Auschwitz. Los Weiss consiguieron escapar a través de un agujero que habían hecho en una pared que se hallaba contigua a la casa vecina y a través del techo de sus vecinos consiguieron escapar.

La familia se trasladaba constantemente de un lugar a otro. Un día, durante uno de los momentos en los que Hannes estaba fuera buscando comida, fue detenido por la policía y trasladado a una comisaría en Zutphen. Lo golpearon de forma continua mientras le preguntaban, una y otra vez donde se escondía su familia.

Pero Hannes nunca traicionaría a los suyos, allí, en ese lugar lo mantuvieron durante dos días, hasta que los nazis se presentaron en el interior de la celda con su madre y los pequeños. Su madre se había entregado porque había entendido que no le quedaba otra opción. Su progenitora siempre había dicho que si a uno de ellos lo detenían, el resto tenía que seguirlo fuese adonde fuese. Los trasladaron a Assen, allí los montaron en un tren con destino al campo de tránsito de Westerbork.

El tren estaba lleno hasta los topes, fueron de los últimos en llegar a la estación, pero por la suerte que a veces depara el destino y gracias a la complicidad de un policía que estaba vigilando en el andén, éste les dijo: "cuando me quite la gorra, ese será el momento en que todos deberéis saltar hasta el otro tren de pasajeros". Tan pronto como Hannes vio la oportunidad, empujó a su madre y a los más pequeños con dirección al otro tren.

Una parada antes de llegar a Vorden se bajaron del tren de pasajeros y regresaron a su caravana, que por suerte aún estaba en pie. Recogieron algunas pertenencias y se separaron. Su madre se fue con las dos niñas a Amsterdam y Hannes se marchó con los más pequeños a La Haya. Tenían previsto reunirse con posterioridad de nuevo en La Haya. Así lo hicieron y encontraron en esa ciudad una casa, pero de nuevo pasado un tiempo llegaron hasta su nuevo hogar los alemanes. Cuando los Weiss se dieron cuenta de que llegaban, Hannes y su hermano consiguieron esconderse bajo unas tablas en el suelo, su madre y los demás se escondieron en el exterior de la vivienda, en el primer lugar que pillaron. Los nazis dispararon contra el suelo, pero ninguna de las balas les dio a los dos jovenzuelos Romaníes. Después de dos días salieron de sus escondites, por supuesto, hambrientos y exhaustos. Su hermana salió a buscar algo de comida, ante la imposibilidad de encontrar nada con lo que alimentar a todos, no le quedó a la pobre otro remedio que romper el cristal de un escaparate y robar dos quesos enteros, cuando regresó todos se pusieron muy contentos. Desde ese momento, Hannes y su familia decidieron que si querían sobrevivir lo más conveniente era pasarse a la clandestinidad. Entonces se echaron al camino. Hannes se sentía que llevaban vida de animales nocturnos: caminar toda la noche y esconderse durante el día.


Pasado un tiempo se marcharon a vivir con una hermana de su madre, allí se encontrarían a salvo.


Hannes Weiss

© RKK

Al atardecer de cada día nuestro Hannes salía a la calle, pero la singularidad es que lo hacía vestido con ropa de mujer para que no lo reconocieran los alemanes. Iba de aquí para allá buscando comida. Una noche, después de dar un paseo, alguien llamó a la puerta de la casa donde se escondían y les dijo que su tío y su tía estaban en el cine viendo una película y que la policía había acordonado el vecindario entero. Hannes no se lo pensó dos veces, se puso un abrigo largo, para que pareciese un policía vestido de civil. Se fijó un botón que contenía las iniciales NSB (Movimiento Nacional Socialista) y que tenía insertada una cruz gamada, y que había tenido la ocurrencia de que una vez que se la había encontrado la guardó. Hannes se marchó hacia la sala de cine. Entró en el cine, hizo el saludo nazi y dijo ¡Heil Hitler!, ordenó que cerraran el teatro. Entró en la sala y su tío y su tía no podían creer lo que veían. Su sobrino, un miembro del partido. Sus tíos se quedaron totalmente contrariados. Hannes les ordenó que se pusieran en pie. Algunos de los muchachos que poblaban las butacas de la sala empezaron a maldecir a Hannes y a insultarlo, le llamaban perro traidor. Hannes les conminó a que se callaran. Les anunció que los estaba arrestando, por ello les ordenó que se pusieran en pie y que salieran con él. Hannes oyó a su tía como iba llorando detrás de él. Una vez en el exterior habló con unos soldados y les comentó que aquellas personas que lo acompañaban estaban detenidas y que se las llevaba con él para proceder a interrogarlas. Veinte metros más adelante, Hannes les dijo a sus tíos que fingieran que eran una pareja de enamorados, que se abrazasen y marcharan lentamente de camino a casa. A los chicos les pidió que cada uno se fuera por su lado.


Finalmente, llegaron a Ommen y se escondieron al amparo de unos pocos agricultores. Llegaron los estadounidenses y por fin se sintieron libres.


Hannes Weiis en actitud orante

© Corriehoogen


Hannes Weiss perdió en el Porrajmos  a 21 de sus familiares.


Hannes Weiss es el fundador y presidente honorario de la Asociación de Sinti de Holanda.


Jóvenes Sinti portan a hombros la Virgen María en la peregrinación a Roermond

© J. de Wit


Hannes Weiss es uno de los organizadores desde 1982 de la peregrinación y procesión Romaní de la Virgen María en Roermond que tiene lugar a mediados de julio de cada año. En la misa donde participan cientos de Sinti, alrededor de la hoguera, cada año se tiene un especial recuerdo a las víctimas del Porrajmos. Desde los Países Bajos y los países vecinos llegan cada año alrededor de cincuenta familias Romaníes a Roermond durante una semana para orar y celebrar en la capilla de Nuestra Señora en 't Zand. Además de una reunión religiosa la Peregrinación Sinti también representa un encuentro cultural para familiarizarse con la cultura Romaní.


Hoguera durante la peregrinación.

© J. Konings


Fuentes:
- Artículo “Sinti en Roma. Gevangen in de schaduw van herinneringen” Nederland Institut Sinti en Roma. Página 9.
- Artículo “Pueblo 'elejido'” de Ruth Toledano aparecido en el diario El país el 11 de febrero de 2000.
- Newspaper in Education.Anne Frank: Lessons in Human Rightsand Dignity. Nazi hatred brought pain and death to Gypsies. Capítulo 22 de Joyce Apsel. St. Petersburg Times, publicado el 1 de marzo de 2000
- Nederlands Auschwitz Comité. Expositie in Auschwitz. Onderduiken Hannes Weiss
- Documental: “No Place of Their Own” 90 minutos. Rodado en Holanda 2007.
- Me hum Sinthu. Ik Ben Zigeuner- Gesprekken met Zigeuners over de vervolging in de periode ´40- ´45 en de jaren daarna. Beckers, Jan. 1980. Harus Den Haag.
- Woonwagenbewoners en Zigeuners in Nederland. Gottaar, Annemarie, L. Lucassen, W. Willems.  1997. KPC Group. S´Hertogenbosch

- Vervolging van Zigeuners in Nederland 1940 1945. 1979. Sijes, Ben A. Martinua Nijhoff. Rijksinstituut voor Oorlongsdocumentatie.

viernes, 9 de marzo de 2012

Anton Müller


Anton Müller fotografiado en 1955

© Verein Roma Service

Anton Müller nacido Sakozyi, nació el 27 de marzo de 1924, en una familia Romaní en Zahling, población de la región austriaca del Burgenland, Antón era el segundo de cinco hijos.

Anton sólo pudo asistir a la escuela durante cuatro años. Las cosas no marchaban económicamente bien en su hogar, así que cuando cumplió siete años, y mientras los demás niños y jóvenes de la población asistían a la escuela, nuestro protagonista tuvo que trabajar para los agricultores vecinos como temporero, a cambio de comida y alojamiento.

Desde los ocho años compaginó su trabajo en el campo con la música. De forma rápida aprendió a tocar con el grupo musical en el que tocaba su padre en la localidad de Heiligenkreuz. Así fue hasta que cumplió los 14 años. Anton se pasaba la vida trabajando, esa era su vida - la música, el trabajo para los agricultores y granjeros, o la construcción de carreteras, trabajaba en todo lo que podía. Las casas de Zahling, donde Anton trabajó, aún hoy día se mantienen en pie. Sus padres estaban muy contentos con el joven Antón, su muchacho era un chico responsable y trabajador, y era capaz de valerse por si mismo siendo tan joven.

Todo cambió a peor cuando los nazis se anexionaron Austria en la primavera de 1938. Desde julio de ese año, los Romaníes del Burgenland, incluido Anton Müller, fueron obligados a realizar trabajos forzados. A Anton se lo llevaron a Königsdorf y lo emplearon como aguador, es decir como informador. Los SS supervisaban y recopilaban toda la información que podían relativa a la zona.

Después de la primera ola de deportaciones que afectó a algunas familias Romaníes de Zahling, toda la familia de Anton huyó a Estiria y se escondieron en una granja en las montañas. Sin embargo, los hombres de la familia fueron arrestados poco tiempo después. Como la madre de Anton Müller no era Romaní y poseía una [prueba de su origen "ario"] una Ariernachweis, fue liberada de nuevo. A Antón lo llamaron al Servicio de Trabajo del Reich, pero después de seis meses, se las ingenió para volver a casa.

Cuando regresó del Servicio de Trabajo del Reich, muy pronto los nazis detuvieron a toda la familia. En primer lugar fueron trasladados a Fürstenfeld en un camión. Una vez allí, fueron hacinados en un tren compuesto de vagones de ganado y deportados directamente a Auschwitz en Polonia. Eso ocurrió en la primavera de 1943. Su madre no tenía porqué ir, ya que como vimos anteriormente había sido clasificada racialmente como "aria", pero ella nunca quiso abandonar a su familia. Su padre trató de hacerle cambiar de idea, pero ella no aceptó dejarlos marchar solos. Los nazis no paraban de decirles, primero en Fürstenfeld, y a continuación, en el tren, que iban a enviarlos a Polonia, allí les daría un trabajo, ganarían dinero y llevarían una vida agradable. Esto es lo que de forma constante durante el viaje de deportación les prometieron. Pero cuando Antón vio cómo golpeaban a la gente con las porras de goma, él sabía, que por supuesto, los SS les estaban mintiendo.

Cuando llegaron a Birkenau y la gente bajó del tren, algunos los nazis los agruparon en diversos grupos, unos allí, otros por allá; los ancianos, las mujeres en otro sitio, las mujeres más jóvenes en otro lado.


Los más jóvenes fueron obligados a realizar trabajos forzados, los mayores directamente enviados a las cámaras de gas. Tres días más tarde, tatuaron en el brazo de Anton su número de prisionero, este era el Z-6835. Tan pronto como le asignaron su número, las cosas mejoraron, ya que el número significaba que lo asignaban para llevar a cabo un trabajo en el campo. Tenían los mismos números cosidos en forma de triángulos de tela en la chaqueta del traje a rayas de prisionero. Birkenau era una inmensidad organizada pos secciones, una para los Romaníes, otra para los Judíos y así sucesivamente. Los niños y las mujeres también eran alojados en barracones separados. Pero las mujeres que tenían hijos muy pequeños y los bebés se quedaban cuando llegaban en el andén con los ancianos. La hermana de Anton tenía tres hijos, entre ellos un bebé, y a todos ellos los gasearon.


Anton Müller muestra su número de prisionero 
en Auschwitz tatuado en su brazo izquierdo.

© Asociación Roma Service

Antón Múller recuerda que aunque uno enfermara en Auschwitz – y la fiebre llegara a alcanzar una temperatura de 40 grados - lo más inteligente era salir a trabajar, ya que si te enviaban al hospital, eso significaba el final.

Anton trabajó en la construcción de alcantarillas, o en un kommando que se dedicaba a excavar a mano y colocar de tuberías. También trabajó en el Kommando que  buscaba joyas entre los recién llegados al campo. Ellos, aunque estaban junto a los recién llegados no podían decirles nada, si los SS descubrían que habían advertido de algo de lo que les ocurriría en Birkenau a los que llegaban, entonces los SS los habrían enviado también a las cámaras de gas. Anton recuerda que 15.000 Judíos de Hungría fueron incinerados en una sola noche, fueron enviados directamente desde el tren al crematorio.

Cuando llegaba el invierno y salían a trabajar, hubo ocasiones en que lo hicieron con temperaturas de 30 grados bajo cero, muchas personas se quedaban tiradas a lo largo de la jornada. Se congelaban hasta provocarles la muerte en el acto. Otros para combatir el frío cogían sacos de cemento, de los que se utilizaban en el trabajo, les hacían un agujero y se los ponían debajo de la ropa. Si los SS o los Kapos los descubrían haciendo eso les daban una paliza de inmediato.

A Antón lo golpearon en Birkenau como a un animal, recuerda con dolor como le golpeaban en la boca con las culatas de sus rifles, así una y otra vez hasta 25 culatazos. En Birkenau, el campo de los hombres estaba separado del campo de las mujeres,en este último se hallaba internada su madre, rememora Anton con cariño como a través de una valla, ella, en ocasiones le tiraba algún trozo de pan hacia su lado de la cerca. En una ocasión lo descubrieron al ir a recoger el pan, se lo llevaron y un soldado de las SS lo golpeó con su "cola de buey". Lo obligaban a contar cada latigazo, pero sólo recuerda llegar a cinco. Durante catorce días, apenas pudo caminar y sólo podía dormir recostado sobre su vientre. A pesar de su estado, tuvo irse a trabajar cada jornada si quería seguir vivo.


En 1944, Anton Müller fue trasladado, a Ravensbrück, en este campo de concentración permaneció durante catorce días. En Ravensbrück Antón fue agrupado con los prisioneros rusos, tuvo que cortar leña en el bosque. [...] En Ravensbrück, muchos hombres fueron esterilizados. Aquellos que se dejaban ser castrados eran puestos en libertad, pero Anton no permitió que lo esterilizaran.


Documental donde se recoge el testimonio 
de Anton Müller: MRI HISTORIJA
Lebensgeschichten burgenländischer Roma

© Asociación Roma Service


Posteriormente lo llevaron hasta el campo de concentración de Mauthausen, donde sobrevivió para ver la liberación. Gracias a Dios que no fue obligado a trabajar en la temible cantera. Anton junto con otros cinco presos y debido a que poseían la habilidad de tocar algún instrumento, los asignaron a la banda de música del campo. Esta banda tenía que acompañar a los prisioneros cada vez que salían para trabajar - la cantera estaba a unos 150 metros de distancia - y tocaban hasta que todos los prisioneros llegaban abajo. Por la tarde recogían de nuevo a los prisioneroa a las 7. Durante el día, Anton trabajaba en el interior del campo: limpieza de las calles y de aseos, vaciado de cubos de basura, de peluquero, todo aquello que se les ocurría a los SS. En Mauthausen, Anton tuvo una mejor posición que en Auschwitz, ya que los músicos, y todos los que trabajaban dentro del campo tenían derecho a una cucharada de sopa como suplemento. Así es como el destino le otorgó la oportunidad de seguir con vida.

Cuando fue liberado, pensó que toda la tormenta ya había pasado. Sin embargo, muchas personas murieron después de la liberación. Eso sí, nunca olvidará la sensación de libertad que sintió de ir a donde quisiera y manejarse libremente. Nadie le prohibía nada. Por todas partes había latas de alimentos, las podía abrir y comerse lo que había en su interior, muchos antiguos prisioneros murieron de disentería.

Volvió a casa con un anciano Romaní y éste le dijo: "Si quieres venirte a mi casa haz lo que digo. ¡No comas nada de grasa! Vamos a comer pan seco, y poco más, y así conseguirás mantenerte sano." Antón por ese tiempo tan sólo pesaba 35 kilos.

Después de producirse la liberación del campo por el ejército americano y tras una estancia de un mes en un hospital militar, en el otoño de 1945, Anton Müller volvió a Zahling. Anton encontró allí a estacionados a soldados rusos – incluyendo entre ellos a algunos Romaníes – estos se portaron muy bien con él y con toda la población Romaní. Anton fue capaz de volver a construir una nueva vida. Para evitar que sus hijos padecieran desventaja con respecto a los demás, cambió su apellido de nacimiento por el de Múller.

Fue tanto el dolor padecido en el Porrajmos que Anton no habló de sus experiencias en los campos de concentración durante muchos años. Así lo cuenta Anton:

“Después de la guerra, la gente de la zona me preguntaba. Tenían curiosidad, pero no dije ni una palabra. De todos modos no me habrían creído.”

El padre de Anton Müller, una hermana y sus hijos, un hermano, su esposa y sus hijos no lograron sobrevivir al Porrajmos.

Fuentes:
- Lives Remembered. Life Stories of Victims of National Socialism. Renate S. Meissner on behalf of the National Fond der Republik Österrecih (Ed.): Viena, 2010, pp. 238-243.
- Extracto de la historia de vida de Anton Müller tomado de una entrevista (realizada en Romaní) a partir de la documentación de testigos de la época "Mri Historjia. Historias de la Vida de los Romá del Burgenland" por la asociación "Roma Service".
Memorial Book: The Gypsies at Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- BirkenauK.G. Saur, New York. 1993. Volumen II. Páginas 1130-1131.

jueves, 1 de marzo de 2012

Rosa Widic


Rosa Widic

© Bundesarchiv Berlin

Rosa Widic nació el 15 de abril de 1928 en Schönenberg (Alemania)


Rosa Widic fotografíada en 1936. Esta foto pertenece 
al registro policial de Essen.

© Bundesarchiv Berlin


Fue deportada por los nazis, debido a su origen Romaní, al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. Llegó al campo polaco el 9 de marzo de 1943 y quedó registrada con el número de prisionera Z-1911.

 En el infierno de Birkenau, Rosa Widic falleció el 10 de mayo de 1944.

Fuentes:
- Barch, R. 165/192. Namenliste der Leitstelle Düsseldorf Rom-Zigeuner Wuppertal
- Memorial Book: The Gypsies at Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- Birkenau. K.G. Saur, New York. 1993. Volumen I. Páginas 148-149
- Archivo del State Museum Auschwitz-Birkenau en Oświęcim (Polonia). Especialmente dirigir mi agradecimiento personal al profesor Wojciech Płosa, Director del Archivo.