Hannes Weiss
© Anne Frank: a History for today
|
La historia de Hannes Weiss nacido en
1930, es la historia de un superviviente Romaní en Holanda, alguien, que
gracias a su inteligencia, a la suerte del destino y a que pudo esconderse de
los alemanes consiguió sobrevivir al Porrajmos.
Hannes Weiss fue víctima de
discriminación porque nació Romaní, él y su familia fueron
tratados como no arios por los nazis.
El padre de Hannes fue un gran artista
de circo, un acróbata del más alto nivel. Sus saltos resultaban
de una gran espectacularidad. El circo siempre acababa con su actuación,
era la estrella del espectáculo circense. Su padre y su tía Ana, una hermana
de su padre, se convirtieron en unos fenómenos bajo la carpa.
Fue en el circo donde conoció
a la futura madre de Hannes, cuando ella llegó al circo
tratando de vender su mercancía a la gente que vivía del
espectáculo ambulante.
Hannes tenía cuatro hermanas y
dos hermanos. Nunca asistieron a la escuela. Todo lo que
aprendieron de la vida se lo debían a sus padres. El saber entre el pueblo
Romaní se transmitía de forma oral, de padres a hijos, de hijos a nietos ... así
es como era entonces y, con frecuencia sigue siendo hoy en
día.
Tatta, el
padre de Hannes, murió en 1942 durante el transcurrir de la guerra, cuando
nuestro joven protagonista contaba 12 años, debido a una enfermedad. Por
ello, todos se marcharon a vivir a La Haya. De este modo, fue como
Hannes se convirtió en el cabeza de familia.
Los nazis llevaban en Holanda desde
que la invadieron en mayo de 1940. En el comienzo de la guerra, los
Romaníes holandeses no estuvieron sometidos a las mismas
restricciones a las que tuvieron que enfrentarse los Judíos, aunque
reseñar que ya en 1940 se aprobó una ley en Holanda que limitaba los
movimientos para viajar de un lugar a otro, aunque no entró en vigor plenamente hasta
1943, cuando la Wehrmacht confiscó todos los caballos, y los
nazis establecieron 27 campamentos centralizados y vigilados por
fuerzas policiales holandesas. Además en 1943 los nazis
comenzaron a elaborar un registro nacional de delincuentes. Muchos
Romaníes fueron considerados criminales en función de su origen
étnico y por su estilo de vida itinerante y fue por ello por lo
que quedaron registrados en esa lista. Para evitar el registro muchos
Gitanos se escondieron en casas particulares, o huyeron a las
grandes ciudades, como Amsterdam o La Haya, donde trataron de
pasar al anonimato. Eso fue lo que intentó hacer nuestro protagonista, Hannes,
como buen Romaní, siempre fue muy avispado y estaba dotado de una gran
inteligencia e instinto para la supervivencia, valga como botón de muestra,
cuando obligó a todos sus hermanos a teñirse de pelirrojos para pasar
desapercibidos ante los soldados alemanes.
La situación poco apoco iba empeorando
y la presión que los nazis ejercían sobre los Romaníes cada día se
intensificaba. Hasta que llegó el día en que los alemanes llevaron a cabo una
razzia contra los Romaníes en el Kempenstraat, como a su vez ocurría
en toda Holanda, el objetivo, detener a todos los Romaníes y conducirlos a
Auschwitz. Los Weiss consiguieron escapar a través de un
agujero que habían hecho en una pared que se hallaba contigua a la casa
vecina y a través del techo de sus vecinos consiguieron escapar.
La familia se trasladaba
constantemente de un lugar a otro. Un día, durante uno de los
momentos en los que Hannes estaba fuera buscando comida, fue
detenido por la policía y trasladado a una comisaría en Zutphen. Lo
golpearon de forma continua mientras le preguntaban, una y otra
vez donde se escondía su familia.
Pero Hannes nunca traicionaría a los
suyos, allí, en ese lugar lo mantuvieron durante dos días, hasta que
los nazis se presentaron en el interior de la celda con su madre y los
pequeños. Su madre se había entregado porque había entendido que no le
quedaba otra opción. Su progenitora siempre había dicho que si a uno
de ellos lo detenían, el resto tenía que seguirlo fuese adonde fuese. Los
trasladaron a Assen, allí los montaron en un tren con destino al
campo de tránsito de Westerbork.
El tren estaba lleno hasta
los topes, fueron de los últimos en llegar a la estación, pero por la suerte
que a veces depara el destino y gracias a la complicidad de un policía que
estaba vigilando en el andén, éste les dijo: "cuando me quite la gorra, ese
será el momento en que todos deberéis saltar hasta el otro
tren de pasajeros". Tan pronto como Hannes vio la oportunidad,
empujó a su madre y a los más pequeños con dirección al otro
tren.
Una parada antes de llegar a Vorden se
bajaron del tren de pasajeros y regresaron a su caravana, que
por suerte aún estaba en pie. Recogieron algunas pertenencias y
se separaron. Su madre se fue con las dos niñas a Amsterdam
y Hannes se marchó con los más pequeños a La Haya. Tenían previsto
reunirse con posterioridad de nuevo en La Haya. Así lo
hicieron y encontraron en esa ciudad una casa, pero de nuevo pasado un
tiempo llegaron hasta su nuevo hogar los alemanes. Cuando los Weiss
se dieron cuenta de que llegaban, Hannes y su hermano consiguieron
esconderse bajo unas tablas en el suelo, su madre y los demás
se escondieron en el exterior de la vivienda, en el primer lugar que
pillaron. Los nazis dispararon contra el suelo, pero ninguna de las balas les
dio a los dos jovenzuelos Romaníes. Después de dos días salieron de
sus escondites, por supuesto, hambrientos y exhaustos. Su hermana salió
a buscar algo de comida, ante la imposibilidad de encontrar nada con lo
que alimentar a todos, no le quedó a la pobre otro remedio que romper el
cristal de un escaparate y robar dos quesos enteros,
cuando regresó todos se pusieron muy contentos. Desde ese momento, Hannes
y su familia decidieron que si querían sobrevivir lo más conveniente era
pasarse a la clandestinidad. Entonces se echaron al camino. Hannes
se sentía que llevaban vida de animales nocturnos: caminar toda la
noche y esconderse durante el día.
Pasado un tiempo se marcharon a vivir
con una hermana de su madre, allí se encontrarían a salvo.
Hannes Weiss
© RKK
|
Al atardecer de cada día nuestro
Hannes salía a la calle, pero la singularidad es que lo hacía vestido con ropa
de mujer para que no lo reconocieran los alemanes. Iba de aquí para allá
buscando comida. Una noche, después de dar un paseo, alguien
llamó a la puerta de la casa donde se escondían y les dijo que su tío
y su tía estaban en el cine viendo una película y que la
policía había acordonado el vecindario entero. Hannes no se
lo pensó dos veces, se puso un abrigo largo, para que pareciese un policía
vestido de civil. Se fijó un botón que contenía las iniciales NSB (Movimiento
Nacional Socialista) y que tenía insertada una cruz gamada, y que
había tenido la ocurrencia de que una vez que se la había encontrado
la guardó. Hannes se marchó hacia la sala de cine. Entró en el cine,
hizo el saludo nazi y dijo ¡Heil Hitler!, ordenó que cerraran
el teatro. Entró en la sala y su tío y su tía no podían creer
lo que veían. Su sobrino, un miembro del partido. Sus tíos se
quedaron totalmente contrariados. Hannes les ordenó que se
pusieran en pie. Algunos de los muchachos que poblaban las butacas de la sala empezaron
a maldecir a Hannes y a insultarlo, le llamaban perro
traidor. Hannes les conminó a que se callaran. Les anunció
que los estaba arrestando, por ello les ordenó que se pusieran en pie
y que salieran con él. Hannes oyó a su tía como iba llorando
detrás de él. Una vez en el exterior habló con unos soldados y
les comentó que aquellas personas que lo acompañaban estaban detenidas y
que se las llevaba con él para proceder a interrogarlas. Veinte metros
más adelante, Hannes les dijo a sus tíos que fingieran que eran una pareja
de enamorados, que se abrazasen y marcharan lentamente de
camino a casa. A los chicos les pidió que cada uno se fuera por
su lado.
Finalmente, llegaron a Ommen y
se escondieron al amparo de unos pocos agricultores. Llegaron los
estadounidenses y por fin se sintieron libres.
Hannes Weiis en actitud orante
© Corriehoogen
|
Hannes Weiss perdió en el Porrajmos a
21 de sus familiares.
Hannes Weiss es el fundador
y presidente honorario de la Asociación de Sinti de Holanda.
Jóvenes Sinti portan a hombros la Virgen María en la peregrinación a Roermond
© J. de Wit
|
Hannes Weiss es uno de los
organizadores desde 1982 de la peregrinación y procesión Romaní de la Virgen
María en Roermond que tiene lugar a mediados de julio de cada año. En la misa
donde participan cientos de Sinti, alrededor de la hoguera, cada año se tiene
un especial recuerdo a las víctimas del Porrajmos. Desde los Países
Bajos y los países vecinos llegan cada año alrededor de cincuenta familias
Romaníes a Roermond durante una semana para orar y celebrar en
la capilla de Nuestra Señora en 't Zand. Además de una
reunión religiosa la Peregrinación Sinti también representa un encuentro
cultural para familiarizarse con la cultura Romaní.
Hoguera durante la peregrinación.
© J. Konings
|
Fuentes:
- Artículo “Sinti en Roma. Gevangen
in de schaduw van herinneringen” Nederland Institut Sinti en Roma. Página 9.
- Artículo “Pueblo 'elejido'” de Ruth
Toledano aparecido en el diario El país el 11 de febrero de 2000.
-
Newspaper in Education.Anne Frank: Lessons in Human Rightsand Dignity. Nazi hatred brought pain and death to Gypsies. Capítulo 22 de Joyce
Apsel. St. Petersburg Times, publicado el 1 de marzo de 2000
- Nederlands Auschwitz Comité. Expositie
in Auschwitz. Onderduiken Hannes Weiss
-
Documental: “No Place of Their Own” 90 minutos. Rodado en Holanda 2007.
- Me hum Sinthu. Ik Ben
Zigeuner- Gesprekken met Zigeuners over de vervolging in de periode ´40- ´45 en
de jaren daarna. Beckers, Jan. 1980. Harus Den Haag.
-
Woonwagenbewoners en Zigeuners in Nederland. Gottaar, Annemarie, L.
Lucassen, W. Willems. 1997. KPC Group. S´Hertogenbosch
-
Vervolging van Zigeuners in Nederland 1940 1945. 1979. Sijes, Ben A. Martinua Nijhoff. Rijksinstituut voor
Oorlongsdocumentatie.