József Forgács
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József Forgács nació en los años
treinta en el seno de una familia Romá en Zalaegerszeg, Hungría.
En el otoño de 1944 llegaron los
gendarmes y miembros de la Cruz Flechada (una de las organizaciones
paramilitares más sanguinarias que ha conocido la historia de la humanidad) hasta
el barrio donde vivían los Gitanos en Zalaegerszeg y se los llevaron a todos.
József contaba nueve años cuando esto ocurrió.
A un grupo de Romaníes lo deportaron
a Pápa, otros a Komárom. József Forgács y su familia fueron conducidos a Csillageröd
una fortaleza ubicada en Komárom, en la frontera norte de Hungría directamente
frente a la ciudad eslovaca de Komarno. Ambas ciudades, poseen un sistema de fortificaciones construidas
durante la segunda mitad del siglo XIX con el fin de proteger la ruta a Viena, antigua
capital del Imperio Austro-húngaro. Durante el Porrajmos, su objetivo se
invirtió y las fortalezas se convirtieron en puntos de concentración y cárceles
para las personas, de las que las autoridades querían librarse.
El viaje hasta Komárom lo hicieron en un tren
para transporte de ganado. Resultó una experiencia terrible: el vagón se
encontraba atestado de gente, el frío se calaba hasta los huesos, hombres y
mujeres, todos juntos, sin un lugar en el que hacer sus necesidades y casi sin alimentos,
soportando un hedor insoportable…
Fortaleza Csillageröd en Komárom
© H. Szabó Sándor / ORFK
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En 1944 el Campo de Komárom sirvió
como punto central de recogida de los Romaníes húngaros a la espera de su
posterior deportación a campos de concentración en Alemania para ser utilizados
como mano de obra esclava.
Una vez que llegaron a Komárom lo
primero que les hicieron los soldados fue raparles el pelo.
Después de unas semanas los SS seleccionaron a todos aquellos
que contaban más de 15 años de edad y que estaban aptos para trabajar y se los
llevaron con destino a los campos de concentración de Dachau, Mauthausen o
Buchenwald. Esta, sería la última vez que Forgács vio a su padre, ya que se
encontraba entre los seleccionados para los campos de Alemania. Poco tiempo
después, en el transcurso de otra selección, a József lo deportaron a un campo
de trabajo en Austria junto con otros Gitanos de Hungría. Su madre y sus
hermanas permanecieron en Komáron. Forgács trabajó en una gigantesca fábrica en
la que recuerda que había muchas máquinas industriales. Día tras día tenía que
limpiar los suelos de aquel enorme edificio. Solamente les daban de comer una
vez al día, el alimento consistía en un trozo de pan duro o una especie de
sopa, que en realidad se trataba más de agua sucia que de sopa propiamente
dicha. Los guardias constantemente les pegaban. József no recuerda el nombre
del lugar donde estuvo detenido, retiene en su memoria que en ese sitio no
había Judíos pues se los habían llevado antes de que llegaran ellos, sólo había
Gitanos húngaros.
Las tropas soviéticas liberaron el
campo en la primavera de 1945. Las puertas se abrieron y por fin era libre.
Pero su calvario aún no había terminado. Se unió a otros cuatro o cinco niños Gitanos
y emprendieron el camino de regreso a casa, caminaron cientos de kilómetros,
pidiendo refugio y alimento a personas que hablaban una lengua extraña. Dormían
donde podían, generalmente al aire libre, en campo abierto. Cuando llegó a
Sopron, una ciudad en la frontera entre Austria y Hungría, supo que estaba en su
patria, pero su salud se hallaba muy debilitada, aunque eso no le importaba, por
fin había conseguido regresar, encontrarse con personas que entendían lo que
hablaba, estaba en Hungría. Pero su hogar, ¿dónde quedó su hogar?, al llegar a
Zalaegerszeg, se puso muy feliz al reencontrarse con su madre y sus hermanos, que
también sobrevivieron al Porrajmos y habían conseguido llegar a su pueblo antes
que él. Su padre nunca regresó, József afirma que murió en Auschwitz. Por otra
parte, su casa fue destruida durante la guerra y todas sus pertenencias habían
desaparecido, mas como buenos Gitanos nunca se rindieron y comenzaron a rehacer
sus vidas precisamente levantando su nueva casa sobre las ruinas de la anterior.
József Forgács ha vivido en Zalaegerszeg
toda su vida, se casó y vio crecer a sus hijos allí, durante más de cuarenta
años trabajó en la construcción y en una fábrica de muebles. Tras la guerra no
recibió ninguna compensación por parte del Estado porque, según le comunicaron,
no había pasado un año completo prisionero en los campos de concentración y eso
le impedía recibir cualquier tipo de compensación.
A József Forgács le encanta llevar su testimonio
hasta los jóvenes y participa en numerosas charlas y conferencias aportando la
memoria de su sufrimiento. Cada 3 de noviembre participa activamente en el
evento anual de Conmemoración en recuerdo de la deportación de Romaníes en
Zalaegerszeg.
József Forgács durante una
conferencia.
© RomNet
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De los alrededor de 10.000 Romaníes que estuvieron
prisioneros en la fortaleza Csillageröd en Komárom solo 4.000 de ellos
sobrevivieron al Porrajmos.
Fuentes:
-
Two Survivors of the Roma Genocide share their stories. Antonia, Zafeiri, Voices (6 de agosto de 2014). Open Society Foundation.
- Epílogo: “Keep It Up!”. The Experiences of József Forgács, an
Hungarian Survivor of the Roma Genocide, at the “Dikh He Ne bister” de Noemi
Katona. Education for Remmembrance of the Roma Genocide. Scholarship,
Commemoration and the Role of Youth. Editado por Anna Mirga-Kruszelnicka,
Esteban Acuña C. y Piotr Trojanski. Páginas 237-243
- Pharrajimos:
The Fate of the Roma During the Holocaust. János Bársony, Ágnes
Daróczi. IDEA. 2008.