Zoni Weisz
© Dokumnetations an Kulturzentrum
Desutscher Sint und Roma
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Zoni (Johan) Weisz nació el 4 de
marzo de 1937 en La Haya (Holanda). Era el hijo mayor de Jacoba y Johannes
Weisz. Zoni tuvo dos hermanas - Augusta y Johanna- y un hermano pequeño llamado
Emil. Vivían en casas rodantes. A finales de los años treinta llegaron al
Achterhoek, una región del este de Holanda que hace frontera con Alemania. El
padre de Zoni era músico, y llegaba con frecuencia a la ciudad de Zutphen para
hacer reparar sus instrumentos.
Con la entrada de las tropas alemanas
en los Países Bajos en mayo de 1940 comenzó la pesadilla para la familia Weisz
y los Romaníes holandeses ya que se puso en marcha la maquinaria de persecución
nazi.
En Zupfhen el padre de la familia
Weisz aprovechó su oportunidad cuando en 1943 consiguió adquirir una casa que
había quedado libre después de que sus ocupantes, una familia judía, fueran
detenidos. Weisz pensó que su familia estaría más segura en una casa que en una
casas rodante.
El 16 de Mayo de 1944, como relata
Zoni Weisz en la actualidad, "fue el día más negro en la historia de
los Romaníes holandeses "por todo el
país se planificaron ataques violentos contra la población Romaní.”
Todos los Sinti y Roma de Holanda
fueron arrestados y conducidos por la policía al campo de tránsito para Judíos
de Westerbork. Entre estos detenidos se encontraba incluida la familia Weisz de
Zutphen.
Zoni Weisz inicialmente escapó a esta
ola primera de detenciones por casualidad: Estaba fuera de la ciudad en casa de
una tía que se escondía junto con su familia en un pequeño pueblo. Zoni Weisz
recuerda:
"La sensación que a uno le
atraviesa cuando se entera de que su padre, su madre, sus hermanas y su hermano
han sido detenidos por los nazis es indescriptible. El miedo se apodera de uno
y se convierte en presa del miedo, la desesperación y el pánico. Tuvimos que
pasar a la clandestinidad lo más rápidamente posible. También recogimos algo de
ropa, guardamos la comida que teníamos, y nos escondimos en el bosque con los
campesinos. Un pequeño grupo de nueve personas. Nuestro temor e incertidumbre
fueron indescriptibles."
Tras pasar tres días escondidos, el
grupo fue descubierto y detenido, y enviados al campo de tránsito de
Westerbork, junto con los miembros de la familia iban a ser deportados al campo
de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau.
Campo de Tránsito de Westerbork
© Anne Frank guide
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El 19 de mayo de 1944 tenía prevista
su salida el “Zigeunertransport“ "Transporte de Gitanos" a
bordo 245 Romaníes holandeses marchan del campo de Westerbork. Sin embargo,
tuvieron la suerte de que se cruzara en su camino un oficial de policía
holandés que previno al grupo e indicó a Weisz que corrieran hacia otro tren
que los llevaría a la estación de trenes de Assen.
A la ayuda de la activa de la
resistencia dentro de la policía holandesa Zoni Weisz debe su supervivencia. Él
lo describe así:
"¿Cuántos éramos? Ocho o nueve
personas. Y también teníamos que partir en el transporte con destino a
Auschwitz. Militares y policías por todas partes. Después de esto he tenido
muchos sueños terribles. Y siempre he visto en ellos el pantalón gris con las
botas, que llevaban los militares. Fue terrible Tenía entonces 7 años de edad
entonces uno veía el mundo desde abajo no desde arriba. Pero se
cruzó en nuestro camino un buen policía que nos dio de antemano qué comer, que
era alguien, como lo llamábamos nosotros,- del movimiento
clandestino- de la resistencia. Y nos dijo: "Cuando coja mi
sombrero, podéis huir". Y el hecho es que me parece, en retrospectiva,
increíble. Cómo era posible que lograra escapar de esta situación, un grupo de
personas. En ese lugar el tren a Auschwitz: los vagones de ganado en las vías y
toda mi familia dentro. En el otro lado del andén un tren normal. Entonces, ese
policía se quitó el sombrero, esa señal significaba la libertad y corrimos, y
pudimos, entre toda la confusión que se vivía ante la inminente
salida del tren, escapar de este modo. Y mi padre nos gritaba desde el tren,
Moezla, Moezla, cuidad de mi niño," Eso fue lo último que supe de él.
Entonces pude ver cómo el tren se iba. No sólo mi padre, mi madre y mis
hermanas y mi hermano, sino también mis tíos y mis tías, casi toda la familia
se fue en ese tren de deportados a Auschwitz."
Zoni Weisz y los familiares que
habían conseguido escapar sobrevivieron como pudieron escondiéndose en los
bosques, donde vivían en constante temor, "como si fuésemos
animales". Más tarde, fueron capaces de encontrar la ayuda de
agricultores. Pasaron épocas de hambre y acompañada por el constante temor a
ser descubiertos.
Tiempo después llevaron a Zoni Weisz
con sus abuelos, donde pudo esconderse hasta que terminó la guerra. Después de
la liberación de Holanda por los aliados en la primavera de 1945 comenzó la
búsqueda de los miembros de su familia que habían sido deportados.
Hoy Zoni Weisz describe estos
momentos como tal vez los más horrible y dolorosos para él: "Lo
intentamos todo. Buscamos en las listas de nombres de la Cruz Roja. Y en la
misma había miles, miles de nombres. Sin embargo, muchas personas con el nombre
de Weiss, escrito con una ese, dos eses, con sz. Buscamos, buscamos, pero no
encontramos nada. Entonces tratamos de mandar cartas al alcalde de Zutphen.
Tengo una carta de mi abuelo, "Tenemos el hijo de mi hija aquí. Y eso es
muy triste. Por favor, ¿me pueden ayudar? Queremos saber qué pasó con la
familia.” Pero en ese momento, el que vino inmediatamente después de la guerra,
todo el mundo estaba preocupado por sus propios asuntos.
Un día llegó una breve respuesta:
"Desafortunadamente no podemos ayudarlos. La familia Weisz formó parte del
transporte gitano del 16 de mayo de 1944 con destino Auschwitz." Eso fue
todo."
Sólo más tarde pudo Zoni Weisz
enterarse de que su padre había sido trasladado desde Auschwitz al
campo de concentración de Dora, cerca de Nordhausen, donde murió. Su madre y
sus hermanas murieron probablemente gaseadas en la "Zigeunernacht" en
Auschwitz-Birkenau en la noche del 2 al 3 de Agosto de 1944, cuando se produjo
la liquidación del Campo de familias Gitanas de Birkenau. Esa noche las SS
asesinaron a los últimos 2.900 Romaníes que todavía permanecían en el
"campo gitano" en las cámaras de gas.
Zoni Weisz quedó traumatizado durante
mucho tiempo y fue un proceso lento y difícil volver junto con su tía a
recobrar la vida. Él recuerda: "Lo primero que hicieron fue que me dieron
un balón de fútbol y me dijeron:" ¡Fuera, vete a jugar con los demás
chicos! Yo, en ese momento, estaba muy triste permanecía sentado
todo el tiempo, no hacía nada más, estaba muy apático. Pero se aseguraban de
que yo estaba jugando al fútbol con los chicos. Semanas después me dieron una
guitarra. Me encantaba tocar la guitarra. Poco a poco, muy lentamente fui
encontrándome un poco mejor. "
Después de tres años de ausencia Zoni
volvió a ir a la escuela, se encontraba muy bien allí y estudió con diligencia.
Después de su graduación, se puso a trabajar en Apeldoorn en una floristería
como un empleado temporal. Le gustaba el trabajo y además, la floristera,
Herman Derksen, se convirtió en una persona muy importante para él - una
especie de figura paterna.- Por recomendación suya, Zoni Weisz se
matriculó en la escuela de jardinería. Solicitó ser aprendiz de jardinero en la
Königlichen y fue contratado.
Zoni desarrolló "un proceso
lento pero muy enriquecedor para llegar a convertirse en un buen
florista." Entonces Zoni Weisz pasó sus dos años de servicio militar en
Surinam. Después de regresar a los Países Bajos Zoni Weisz trabajó en
Georg Kirsch en Amsterdam, También estudió al mismo tiempo
Exposición de Arquitectura e Historia del Arte.
Desde 1958, ha realizado
numerosas exposiciones y ha recibido numerosos premios y
galardones. Ha conseguido labrarse una gran reputación internacional
como contratista independiente y ser uno de los horticultores más importantes
de los Países Bajos. Suyo es el arreglo floral más grande del mundo que entró
en el "Libro Guinness de los Récords”. Zoni Weisz ha participado en el
diseño y la decoración de grandes eventos y celebraciones públicas de la
familia Real holandesa. Durante más de 40 años se ha erigido
como representante de la industria de las flores holandesas y ha
llevado a cabo campañas publicitarias en los Estados Unidos de América, Canadá,
Asia y muchos países europeos.
Zoni Weisz afamado horticultor
© De Stentor 1 de mayo de 2010
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Reseñar como momento especial en su
carrera, la creación de una obra de arte floral, que el parlamento holandés
regaló al Bundestag alemán en su 50 aniversario en 1999.
A pesar de llevar una vida plena y
llena de logros profesionales, el doloroso recuerdo de su infancia robada y la
familia que perdió: "A menudo estoy detrás de la mesa de mi floristería. Y
veo venir a madres con sus hijos. Casi todos los días me acuerdo de los
terribles momentos que pasé. " Zoni Weisz es una de las principales figuras
de los Países Bajos para mantener viva la memoria de las víctimas de la
ocupación, el Holocausto y el Porrajmos.
Como testigo, acude a dar su
testimonio a las escuelas holandesa, y forma parte junto con otros
sobrevivientes de otros grupos de víctimas en el Comité Internacional de
Auschwitz. Está comprometido con los derechos civiles de los Romaníes
holandeses y fue el orador principal en enero de 2007 en el acto de apertura de
la exposición "El Holocausto contra los Romaníes y el racismo hoy en día
en Europa" en la sede de la ONU en Nueva York.
Este 27 de enero de 2011
ha dado un discurso ante el Parlamento alemán, Bundestag, con motivo de la
celebración del día internacional en memoria de las víctimas del Holocausto. Él
se ha sentido muy honrado de participar en este acto:
“El ser invitado a la ceremonia de
recordatorio del Holocausto en el Parlamento alemán es, desde luego muy, muy
honroso y muy especial. Si vemos la lista de los que me precedieron, entre
otros Shimon Peres… esto es muy honroso y muy especial.”
Weisz considera la invitación del
Bundestag como un reconocimiento del sufrimiento que se infligió a los gitanos.
Él califica su destino como “el Holocausto olvidado”. Se calcula que unos
500.000 fueron asesinados, pero según Weisz acerca de eso casi no se escribe o
no se habla. “Nunca es tarde”, dice
Zoni Weisz.
Ahora que los países han pasado a
pertenecer a la Unión Europea, los pobres y desposeídos llegan a Europa
Occidental en busca de un futuro para sus hijos y de una vida mejor para sus
familias. Pero mientras no tengan una buena educación o un buen desarrollo no
se puede avanzar.”
Con esto Weisz
transformó su discurso en una apasionada llamada a que se brinde un futuro a
los Romaníes en Europa.
© Der Spiegel 28 de enero de 2011
Fuentes:
- Dokumnetations an
Kulturzentrum Desutscher Sint und Roma.
- Het wilde vuur: Sinti
& Roma aan het woord : verhalen vanaf WO II tot heden. Mia Meijer. De
Sirenen, 2004 - 191 páginas. Página 11.
- De Stentor de 1 de mayo de 2010.
- Der Spiegel de 28 de enero de
2011.