Settela Steinbach
© Bildarchiv Preussischer Kulturbesitz
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El 8 de abril se celebra el Día Internacional
del Pueblo Gitano, en este día tan especial mi recuerdo quiere ir para
Settela Steinbach, la niña que a todos nos quitaron en la noche más negra de la
Humanidad. Si alguien me ha empujado a estudiar y transmitir el Porrajmos,
genocidio Romaní bajo el régimen nazi, ha sido la visión de la imagen dramática
de esta niña, asomada a través de una abertura de un vagón para transporte de
ganado, poco antes de que partiera con rumbo a Auschwitz-Birkenau. El rostro
pertenece a Settela una niña Gitana holandesa. Sus ojos miran fijos al objetivo
de la cámara, parecen transmitirnos una súplica:
-¡Por favor, contad nuestro sufrimiento, no os olvidéis de mí ni de mi
pueblo, contadlo!
Es un instante, el breve instante
anterior a que el soldado nazi cierre la puerta, su última mirada antes de
partir, Settela, la dirige al exterior del vagón, mirando fijamente a la
cámara.
Anna Maria “Settela” Steinbach, nació
el 23 de diciembre de 1934 en Buchten cerca de la ciudad de Sittard al sur de
Limburg, hija de de Heinrich “Moeselman” Steinbach, comerciante y
violinista y de Emilia “Toetela” Steinbach dedicada a vender
todo tipo de mercancías de puerta a puerta. Viajaban a través de las provincias
de Noord Brabant y Limburg con su caravana. Settela ocupaba el séptimo lugar
entre los diez hijos de Heinrich y Toetela. La familia
Steinbach era Romaní Sinti.
En 1943, los nazis impusieron en
Holanda, la prohibición de viajar a los Romaníes, desde ese momento ya no se
les permitía viajar de un lugar a otro con sus caravanas. A la familia de Settela
no le quedó otra opción que estacionarse en un parque de estacionamiento de
caravanas de Eindhoven. El 14 de mayo de 1944, las autoridades alemanas
emitieron la orden de arrestar a todos los gitanos de Holanda. En dos días los
nazis organizaron la detención de todos los Romaníes holandeses. Settela
Steinbach y su familia fue arrestada en Eindhoven. Esa misma jornada fue
conducida al Campo de Tránsito de Westerbork. En Westerbork, le afeitaron la
cabeza a Settela, como medida preventiva contra los piojos. Como las demás
niñas y mujeres Gitanas llevaba un trozo roto de tela cubriendo su cabeza
rapada.
El 19 de mayo de 1944, Settela junto
con otros 244 Romaníes formó parte del transporte que ese día partió hacia el
campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau en Polonia, en un
tren que también llevaba a prisioneros Judíos. La impactante imagen de la foto
fue tomada poco antes de que se cerraran las puertas del vagón, Al parecer,
algo debió llamar la atención en el exterior de la pequeña Settela, según el
testimonio de Crasa Wagner, “ella estaba mirando un perro que caminaba por
fuera del tren. Era un perro de color claro, muy grande.” Ésta acercó su rostro
a través de la estrecha abertura del vagón que todavía permanecía abierto y se
asomó. En esos momentos, fuera, Rudolf Breslauer, un prisionero Judío de
Westerbork, estaba filmando una película por orden del comandante alemán del
campo Albert Konrad Gemmeker, Este había encargado a Breslauer la realización
de una película que reflejara la vida cotidiana en el campo, en ella también se
incluiría la salida de un tren. Breslauer filmó la imagen de la impresionante y
profunda mirada de Settela observando lo que en esos momentos ocurría fuera del
vagón. La imagen dura tan solo siete segundos en la película. Crasa Wagner,
mujer Romaní que también se encontraba en el mismo vagón, recuerda como oyó a
la madre de Settela llamarla y advertirle que retirara su rostro de la puerta.”
Su madre le gritó: ¡Settela, aléjate de la puerta o te pillarán la cabeza! ¡Settela!”
Crasa Wagner tenía dieciséis años en ese momento y sobrevivió a Auschwitz, fue
capaz de identificar a Settela en 1994.
Fotograma de la película en el que se muestra
© Herinneringscentrum Kamp Westerborkcomo el soldado cierra la puerta de uno de los vagones del convoy en el que viaja como deportada Settela |
Emilia, madre de Settela, cuyo nombre
Gitano era Toetela, se encontraba en ese vagón junto a nueve de sus diez hijos:
Willem-Hendrik de diecinueve años, Elisabeth de diecisiete, Celestinus de
quince, Johanna Cornelia de catorce, Philibert de once, Anna María (Settela) de
nueve, Florentina María de siete, Willem de cuatro, y Anna María de dos.
Magdalena Gertruda de veinte años no se encontraba en ese vagón, ya que desde
1943 se había independizado del grupo familiar.
Fotograma de la película en el que se muestra
© Herinneringscentrum Kamp Westerborkcomo el soldado cierra la puerta de uno de los vagones del convoy en el que viaja como deportada Settela |
El 22 de mayo, el tren con los
Gitanos holandeses, entre quienes se hallaba Settela Steinbach, llegó a su
destino, Auschwitz-Birkenau.
Uno de los 93 trenes que partieron con
prisioneros holandeses con destino a los campos de concentración y exterminio
© Geschiedenis24
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Tras pasar el registro en Birkenau
fueron conducidos al Campo para Familias Gitanas en Birkenau.
Settela permaneció allí. Sobre cómo murió existen discrepancias entre los
historiadores del Porrajmos, la gran mayoría sostiene que Settela murió
asesinada en las cámaras de gas de Birkenau en la noche del 2 al 3 de agosto de
1944, pero según el experto estudioso del Porrajmos Ian Hancock en
su libro “We Are the Roamní People” defiende que Settela fue trasladada al
campo de Bergen Belsen en Alemania. Lo que si está claro es que por desgracia
Settela, nuestra niña, la niña de los ojos grandes mirando a través de la
abertura del vagón, no sobrevivió al Porrajmos. El destino del resto de la
familia de Settela; su madre, dos de sus hermanos, dos hermanas, su tía, dos
sobrinos y una sobrina formaron parte del último grupo de Romaníes que
permanecían en Birkenau y que en la fatídica noche del 2 al 3 de agosto de 1994
murieron en las cámaras de gas de Auschwitz en la conocida como
“Zigeunernacht”. Magdalena, cuyo nombre Gitano era Moekela, y era la hermana
mayor de Settela, fue enviada a Auschwitz-Birkenau el 15 de enero de 1944, allí
le tatuaron en su brazo el número de prisionero Z-9781, fue asesinada en
Birkenau el 5 de abril de 1944.De la familia Steinbach, solamente el padre
sobrevivió al Porrajmos, Heinrich murió en 1946 y está enterrado en el cementerio
de Maastricht. Su padre había sido enviado desde Westerbork a Amersfoort y de
nuevo de regreso a Westerbork, allí se enteró que su familia había sido enviada
a Auschwitz, posteriormente fue enviado a trabajar a una factoría de la
Philips, cuando Holanda fue liberada se estableció en una caravana en
Eindhoven. Intentó localizar a su familia pero murió en su soledad en 1946.
Después de la guerra, el fragmento de
siete segundos de la película de Rudolf Breslauer ha sido utilizado en
numerosas ocasiones en muchos documentales. La imagen de la anónima chiquilla
asomándose al vagón con su rostro lleno de pánico poco antes de ser deportada a
Auschwitz se convirtió en un icono del Holocausto. Hasta 1994, era conocida
solamente como “la niña del pañuelo en la cabeza." Se daba como algo
asumido que se trataba de una niña Judía. En diciembre de 1992, el periodista
holandés Aad Wagenaar que trabajaba para un pequeño periódico local el Haagsche
Courant comenzó su investigación para identificar a la niña de la foto. A
partir del número que había en el exterior del vagón, número 10, 16 ó 18, por
la descripción del vagón, por la identidad de una única maleta que aparece en
la filmación descubrió que ese transporte tuvo lugar el 19 de mayo de 1944. El
transporte estaba compuesto por Romaníes y Judíos holandeses. El 7 de febrero
de 1994, en su caravana en Spijkenisse, Crasa Wagner le reveló el nombre de
Settela Steinbach.
Este es el vídeo que los nazis
grabaron de aquella deportación de Judíos y Gitanos holandeses, en el minuto
2:45 podemos ver la última imagen de nuestra niña Settela y como la puerta del
tren y de la vida se cierran para nuestra niña para siempre.
La búsqueda de la identidad de
Settela Steinbach quedó recogida en el documental de Cherry Duyn, Settela gezicht
van het verleden (1994). Wagenaar publicó su investigación en un libro
titulado “Settela”
Cubierta del libro de Aad Wagenaar “Settela”
© Five Leaves Publications
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¡Ay, mi niña! ¡la niña que todos
perdimos en la noche más negra de la Humanidad, ¡Ay Settela, tus ojos son mis
ojos. Settela Steinbach te bisterdon tumare anava.
Fuente:
- Settela. Aad Wagenaar. Ed. De Arbeiderspers, Amsterdam 1995. 134 páginas.
- Settela. Aad Wagenaar. Ed. De Arbeiderspers, Amsterdam 1995. 134 páginas.
- We are the Romaní People. Ian
Hancock, University of Hertfordshire Press, 2002 - 180 páginas. Página 136
Cubierta del libro de Janna Eliot
“Settela’s Last Road” © Trafford Publishing |