August Kreitz
© Dokumentations und Kulturzentrum Deutscher Sinti und Roma
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El 8 de
abril celebramos el Día Internacional del Pueblo Gitano, fecha significativa en
este particular devenir que inicié en enero de 2011. Bajo el azul del cielo voy
caminando en mi modesto y humilde carromato, en el lento rodar sobre el verde
de los campos, o lungo drom… Es mi objetivo
poner rostro a la tragedia de los Romaníes durante los años negros del
Porrajmos. Aquellas personas son mi vida, narrar cómo vivían antes de que los
nazis llegaran, contar lo que les sucedió cuando el pájaro negro cayó sobre ellos,
denunciar el sufrimiento, incomprensión y olvido que padecieron quienes
sobrevivieron a la tragedia. Es mi único propósito aprender para enseñar que lo
que les sucedió nunca más vuelva a repetirse…
Como cantaba la gran Papusza:
“Nadie me comprende,
sólo el bosque y el río.
Aquello de lo que yo hablo
ha pasado todo ya, todo,
y todas las cosas se han ido con ello...”
August Kreitz nació el 27 de noviembre de 1922 en
Freisen localidad situada al Noreste de la región del Sarre.
Su infancia y juventud la vivió junto a sus padres,
su hermano y su hermana en Niedermendig (Renania-Palatinado)
Fue reclutado por el Servicio de Trabajo del Reich,
pero en 1941 lo despidieron debido a que los nazis habían descubierto su origen
Gitano. Regresó a Niedermendig y con la ayuda de su hermano, que trabajaba en
uno de los numerosos pozos de la región, comenzó a trabajar en uno de ellos. Su
hermano recientemente había sido excluido de las fuerzas armadas alemanas por
motivos raciales cuando luchaba por su país en el frente como soldado de la Wehrmacht.
El 8 de marzo de 1943 l a policía detuvo a la
familia al completo por su origen Romaní. A los dos hermanos los detuvieron al
regresar de su trabajo. Entre los detenidos, su hermana con sus cuatro hijos
que vivían en la misma calle, solamente el marido de su hermana, que había
regresado de la Guerra con un permiso a casa, no fue arrestado ya que su origen
racial era “ario”.
El 9 de marzo de 1943 los trasladaron a Koblenz, al
marido de su hermana le permitieron acompañar a su familia hasta esa ciudad. Allí
intentó, por todos los medios a su alcance, salvar a su mujer y a sus hijos
antes de que se produjese la deportación, pero sus desesperadas llamadas de
socorro fracasaron.
En Koblenz los deportados quedaron encerrados en un
matadero de animales, les comunicaron que los trasladarían a
un lugar en el que aprenderían un oficio y podrían iniciar una nueva vida. Finalmente, los llevaron hasta la estación de tren y los montaron en un convoy conformado
con vagones para transporte de ganado. Viajaron hacinados hasta su destino
final, Polonia, el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, llegaron el 13 de marzo de 1943, August
Kreitz quedó registrado con el número de prisionero Z-2616, número que le
tatuaron en uno de sus antebrazos. Los
recluyeron en el Zigeunerlager.
El 4 de abril de 1943 a August lo separaron
de su familia y lo condujeron al campo principal de Auschwitz. Por orden de las
SS fue obligado a realizar trabajos forzados. Pasados unos meses, le realizaron
un examen médico y en la primera quincena de diciembre de 1943 lo transfirieron
en un transporte al campo de concentración de Natzweiler-Struthof en Alsacia.
Vista general del Campo de concentración de
Natzweiler-Struthof en 1945
© USHMM cortesía de Abraham M. Muhlbaum
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El 12 de diciembre de 1943 el transporte compuesto
por unos cien Romaníes llegó al campo alsaciano. Cuando el tren se detuvo tras
el largo viaje, las puertas de los vagones se abrieron, los SS y algunos
prisioneros que los esperaban fuera, les gritaban para que bajaran rápido de
los vagones y comenzaron a golpearlos brutalmente. Tras la lluvia de palos y
patadas casi ninguno de ellos se sentía lo suficientemente fuerte como para ponerse
en pie y mucho menos dar un paso y caminar. Pero, hubieron de sacar fuerzas de
flaqueza para montarse en un camión que los condujo hasta el interior del Campo
de Natzweiler. August recibió el número de prisionero 6536. Les entregaron una
camisa como única prenda de vestir. El grupo quedó aislado del resto de
prisioneros del complejo en tres barracones. Un doctor de las SS les practicó
un examen médico, los prisioneros se percataron de que habían sido conducidos
hasta ese lugar para ser utilizados como cobayas humanas en experimentos
médicos. Los trasladaron a la enfermería, donde también permanecieron aislados.
En el Campo de Concentración de Natzweiler, se llevaron
a cabo experimentos "médicos" con prisioneros para la Universidad del
Reich de Estrasburgo, la Ahnenerbe y bajo la dirección de la
administración de las SS al mando de Himmler y con sede en Berlín. August
sufrió el experimento sobre el tifus dirigido por Eugen Haagen, un virólogo que
había descubierto una vacuna contra esta enfermedad y que había sido propuesto
en una lista restringida como candidato a recibir el Premio Nobel de Medicina
en 1936 y que en el invierno de 1943 ejercía como Catedrático de Higiene y
Bacteriología en la Universidad de Estrasburgo. Los experimentos quedaron bajo
la supervisión del doctor Joachim Mrugowsky y el Dr. Poulson, un médico
prisionero noruego, que se encargó de vigilar la evolución de los síntomas en
aquellos seres humanos. Los médicos nazis intentaban probar la fiabilidad de su
vacuna contra el tifus.
Para el desarrollo de este experimento anteriormente
había llegado un primer convoy con prisioneros Romaníes desde Auschwitz hasta
Natzweiler, pero en palabras empleadas por Haagen; el "material
experimental" resultó inadecuado, dieciocho de los Gitanos recién llegados
habían muerto. Otros, como Haagen se quejó amargamente a sus superiores,
estaban en tan mal estado que resultaban inutilizables. Por lo tanto esos
Romaníes del primer contingente fueron enviados de regreso al Campo polaco.
Haagen pidió un segundo grupo de cien gitanos que tuvieran entre veinte y
cuarenta años de edad y que se encontraran en buen estado físico, este segundo
convoy fue el de August.
Tras permanecer algunos días en la enfermería el
experimento comenzó en enero de 1944, Haagen seleccionó a unos ochenta
prisioneros del colectivo de recién llegados, a los que dividió en dos grupos
de unos cuarenta hombres. El propósito de esta separación fue la de realizarles
una escarificación en el brazo con "gérmenes virulentos de tifus” y
observar la reacción ante la enfermedad, procediendo para ello del siguiente
modo:
- Al primer grupo lo vacunaron dos veces, en enero y
febrero de 1944, con la vacuna de Haagen practicándoles previamente dos
incisiones en el brazo izquierdo e inoculándoles posteriormente el virus, sobre
la herida les untaron una crema de color amarillo; y después les pusieron un
vendaje.
- Con el segundo grupo se procedió de igual modo pero
no recibieron ninguna vacuna.
Los dos grupos permanecieron aislados, uno del otro,
en dos pequeñas habitaciones bajo unas condiciones higiénicas lamentables,
desnudos, con frío y sed, mucha sed, no sentían nada de hambre pero la sed
resultaba insoportable, cada vez más demacrados, dolor, altísima fiebre. August
y los demás prisioneros gemían, gritaban, lloraban, imploraban para que les
dieran un poco de agua, no soportaban tanto sufrimiento.
Los experimentos pseudocientíficos sobre el tifus se
dieron por finalizados en la primavera de 1944, tras esta espeluznante
experiencia trasladaron a los prisioneros a otros barracones del campo.
“...Después de
que todo terminó, pesaba sólo 68 kilos. No podía caminar y mi cuerpo era sólo
piel y huesos. Tenía que aferrarme a la pared para caminar. Dos compañeros Johann Munk y su
hermano me cuidaron como a un niño pequeño, porque no podía comer
adecuadamente. Todos estábamos terriblemente demacrados…. Gracias a Dios yo
estaba aún bastante fuerte antes de los experimentos, además de poseer la
voluntad de sobrevivir que fue lo más importante."
El 18 de abril de 1944 August Kreitz fue
transferido en un transporte al Aussenlager de Neckarelz, donde tuvo que trabajar
junto a otros prisioneros en la producción de armas bajo tierra en una montaña.
Escuela de Neckarelz que alojó a los prisioneros del campo de trabajo.
© KZ Gedenkstaette Neckarelz e. V.
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Más tarde lo asignaron a
trabajar en una empresa en Mosbach. Eso fue un golpe de suerte, porque en
secreto un empleado de la firma le daba patatas y pan, lo que le salvó la vida.
El 2 de abril de 1945, las
SS deportaron a August Kreitz al campo de concentración de Dachau, donde se le
asignó a trabajar con muchos otros prisioneros en un campo al aire libre en el
aeropuerto de Munich-Riem. Los prisioneros tenían que rellenar los cráteres producidos
por las bombas lanzadas por los aliados y posteriormente allanar el terreno.
Fotografía aérea de un reconocimiento aliado del
aeropuerto
de Munich-Riem en 1945 en la que se pueden
ver los resultados
de los bombarderos aliados.
© RonaldV
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En vista de que los
aliados se acercaban, los prisioneros de las SS obligaron a los retenidos a partir
en una marcha de la muerte con dirección hacia Bad Tölz.
Fotografía de prisioneros en una Marcha de la Muerte
desde
el campo de concentración de Dachau 29 de abril de 1945
© KZ Gedenkstaette Dachau
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August Kreitz y un grupo
de prisioneros consiguieron escapar. En Bad Tolz los hombres llegaron hasta las
tropas estadounidenses y así acabó su infierno, por fin eran libres, pero...
Debido a que se hallaban
extremadamente débiles los estadounidenses los llevaron hasta unas habitaciones
privadas en el Tegernsee. Allí se les dio una correcta alimentación, lo que
pronto les ayudó a recuperar las fuerzas. Después de dos semanas, August Kreitz
se sintió de nuevo lo suficientemente fuerte como para afrontar el camino de
regreso a casa. Dado que las líneas de ferrocarril se encontraban completamente
destruidas, cogió una bicicleta y realizó todo el camino de vuelta a Mendig,
alrededor de 550 km .
Desde su regreso August
Kreitz vive en Mendig cerca de Neuwied, donde trabajó hasta la edad de su
jubilación como empleado municipal.
En 1993 August Kreitz narró
su historia de persecución durante los años nacionalsocialistas al personal del
Centro de Documentación de los Sinti y Romá alemanes.
Fuentes:
- Sinti und Roma im KZ
Natzweiler-Struthof: Anregungen für einen Gedenkstättenbesuch: Geschichte,
Rundgang, Biografien, Informationen. Anita Awosusi. Dokumentations- und
Kulturzentrum Deutscher Sinti und Roma, 2006. Extraído de la biografía de August
Kreitz realizada por Nina Löschmann.
- The nazi
persecution of the Gypsies. Guenter Lewy, Oxford University Press, 1999,
páginas 176-177
- Sinti and
Roma: Gypsies in German-Speaking Society and Literature. Susan Tebbutt. Berghahn
Books, 1998. Páginas 27-28.
- Der
Nationalsozialistische Völkermord an den Sinti und Roma. Romani
Rose, Dokumentations- und Kulturzentrum Deutscher Sinti und Roma,
1995.Pagina 154
- Memorial Book: The Gypsies at
Auschwitz-Birkenau. State Museum of Auschwitz- Birkenau. K.G. Saur,
New York. 1993. Volumen II. Páginas 882-883.
- Schicksal der Sinti und
Roma: "--weggekommen", Abschied ohne Wiederkehr : Verfolgung in
der Region, Zwangsarbeit in den Neckarlagern : Begleitbroschüre zur Ausstellung
des Landesverbandes Deutscher Sinti und Roma Baden-Württemberg in der
KZ-Gedenkstätte Neckarelz vom 7. bis 21. Juli 2002. Georg Fischer, Arno
Huth, Landesverband Deutscher Sinti und Roma
Baden-Württemberg,KZ-Gedenkstätte Neckarelz. Página 67
- Sinti Und Roma Im Kl
Auschwitz-Birkenau, 1943-44: Vor Dem Hintergrund Ihrer Verfolgung Unter
Der Naziherrschaft. Wacław Długoborski. Verlag Staatliches Museum
Auschwitz-Birkenau, 1998. Página 87
- Enterradme de pie. La odisea de los Gitanos. Isabel
Fonseca. Editorial Anagrama.