viernes, 1 de agosto de 2014

Birkenau 2-3 de agosto 1944. Noche de los Gitanos.

© Laznia Galeria
 
Lágrimas de silencio en una noche sin luna que permanece oculta en el horizonte de un ayer olvidado…

Noche del 2 de agosto de 1944… Barracones del sector BIIe… Birkenau… Polonia…

En el Campo para Familias Gitanas quedan pocos prisioneros, unos 3000 Romaníes, la mayoría mujeres, ancianos y niños. Los nazis llevan varios meses trasladando en trenes a otros campos en el interior del Reich a los prisioneros que se hallan aún aptos para trabajar.

Ocho de la tarde… 2 de agosto de 1944... Birkenau… Noche de los Gitanos... Ruido de motores que se acercan… camiones que llegan hasta el sector BIIe… soldados de las SS… fieros perros que no cesan de ladrar… soldados… gritos… órdenes… miedo…

Las autoridades del complejo de concentración y exterminio han ordenado la liquidación del Campo para Familias Gitanas. Los alemanes se muestran precavidos después de que el intento de eliminación del Campo Gitano fracasara el 16 de mayo anterior, debido a la valiente revuelta de los Gitanos…

Los SS gritan… ordenan a los Romaníes que salgan de sus barracones y formen en filas… incertidumbre… pánico… terror… Los habitantes de este sector de Birkenau saben que aquellos vehículos vienen para llevárselos, pero los nazis intentan disipar las sospechas, entregan a cada prisionero una ración de pan y otra de embutido… la mayoría piensan que la razón de que hayan venido a por ellos es que los van a trasladar a otro campo de concentración, como desde un tiempo a esta parte han venido haciendo con algunos familiares y compañeros de cautiverio…


Los primeros grupos de prisioneros montan en los camiones… inician su marcha… un halo de esperanza… no se dirigen hacia los crematorios…


© Karl Stojka


La noche con su tupido velo negro se ha adueñado del campo… los camiones circulan con lentitud… de repente… cambian de dirección y toman el camino de la muerte… se dirigen hacia los edificios donde se sitúan los crematorios. Los Romaníes gritan… lloran… tratan desesperadamente de defenderse… lanzan los objetos que tienen a mano… intentan desarmar a los SS… tratan de escapar… pero esta vez su lucha resulta un esfuerzo vano. Llegan refuerzos, más SS… se suceden escenas terribles; mujeres y niños Gitanos arrodillados delante de sus verdugos, gritando: “¡Tened piedad, tened piedad de nosotros!” No sirve de nada. Los SS los golpean brutalmente… los patean… los empujan de nuevo hacia los camiones… Algunas personas yacen muertas como consecuencia de los golpes… los soldados arrojan sus cuerpos al interior de los camiones.

Camino de la Muerte. Birkenau
© Gigatel Cyf (Ltd)


Los vehículos reanudan su marcha… se detienen en el exterior del Crematorio 5… sobre el estribo de cada uno de los vehículos vienen de pie hombres de las SS acompañando a aquel convoy de la muerte... los soldados bajan primero y posteriormente obligan a los prisioneros a apearse... entran en el edificio… miedo… un pasillo fuertemente custodiado de SS… llegan a los vestuarios… Mientras tanto en el patio, los camiones vuelven al sector BIIe para transportar a más Romaníes… pasan unos veinte minutos… de nuevo los camiones detienen su marcha fuera del Crematorio 5… pánico... un pasillo… soldados de las SS… vestuarios... los camiones se marchan… Este proceso se repetirá dos o tres veces más, hasta casi la medianoche, unas mil personas atestan los vestuarios del crematorio 5. El resto de los prisioneros del Campo de Familias Gitanas ha sido conducido al Crematorio 3.

Crematorio V en Birkenau.
© Yad Vashem


El primer grupo se encuentra en el interior del vestuario… varios SS-Unterführers llegan y ordenan a los prisioneros que deben situarse al final de la sala y desnudarse. Simultáneamente hombres de las SS que estaban cerca de la puerta del fondo se alejan y forman una especie de cordón delante de la multitud. Transcurrido un tiempo hacen su aparición algunos mandos de las SS, entre ellos el Komanndant de Auschwitz II, Kramer; el Lagerführer Schwarzhuber; algunos médicos; y otros miembros de las SS. Incluso Moll, encargado de dirigir el proceso rutinario de exterminio, corre afanosamente y más alterado que de costumbre de un lado para otro rodeado de sus subordinados dando instrucciones y órdenes.

Los Romaníes conocen a algunos de los hombres de las SS que se encuentran en la sala e intentan conversar en alemán con ellos… un último intento por sobrevivir… pero sus suplicas no encuentran respuesta. Esta manera de proceder termina por apagar las escasas esperanzas de supervivencia de los prisioneros…

El vestuario se halla completamente repleto de personas. A cada minuto que transcurre el sentimiento de desesperación entre los prisioneros se acrecienta. La sala se ha convertido en un enjambre gigantesco. Pánico… dolor… miedo… los Romaníes intentan rebelarse contra el destino que los nazis han determinado. Por todas partes se escuchan gritos desesperados… lamentos… coros de voces gritan: “¡Somos ciudadanos alemanes! ¡No hemos hecho nada malo!” Otros braman “¡Queremos vivir! ¿Por qué nos queréis matar?” Pero en aquel lugar antesala de la muerte, infierno en la Tierra, no hay lugar a la misericordia. La rutina del exterminio prosigue su curso habitual. Moll y sus ayudantes amartillan sus armas, ordenan a los prisioneros que se encuentran completamente desnudos que se encaminen hacia las tres salas. Los prisioneros avanzan hacia el interior… unos lloran desesperados… se abrazan… gritan a los SS: "¡Somos ciudadanos alemanes! ¡No nos podéis hacer esto! ¡Asesinos!" otros se persignan y elevan sus oraciones a Dios…

Los llantos y gritos desesperados se escuchan procedentes del interior… hasta que pasados unos minutos se apagan las últimas voces… silencio… sólo silencio… Noche del 2 al 3 de agosto de 1944… Birkenau… Polonia… Zigeunernacht.


Na bistar. 

© Karl Stojka

Fuentes:
- Eyewitness Auschwitz: three years in the gas chambers. Filip Müller, Helmut Freitag, Susanne Flatauer. Ivan R. Dee, 1999 - 180 páginas. Páginas 149-152.
- Testimonio de Lazlo Tilany sobre la Liquidación del Zigeunerlager. En "Den Rauch hatten wir täglich vor Augen": der nationalsozialistische Völkermord an den Sinti und Roma. Dokumentations- und Kulturzentrum Deutscher Sinti und Roma, Romani Rose. Wunderhorn, página 327.