sábado, 19 de febrero de 2011

Anna W.

Anna W.
© Yale University Library


       Anna W. es una sobreviviente Romaní del Porrajmos que sufrió experimentos médicos en el campo de concentración de Ravensbrück.

        Anna W. nació en Frankfurt, Alemania, y pasó su infancia viajando de un lado para otro con sus padres y sus cinco hermanos, formando parte de un grupo de teatro gitano. En 1938, las autoridades nazis los obligaron a establecerse en Leipzig, y se les impidió viajar o asistir a la escuela.

        “A principios de 1942, nos llevaron a un campo cerca de Leipzig y... nos dijeron... que íbamos a ser reasentados en Polonia... Tuvimos la suerte de que nos metieran en un vagón de pasajeros en lugar de un vagón de ganado. ... Los niños estaban entusiasmados con el viaje en tren....  Nunca antes habíamos oído nada acerca de Auschwitz... Fuimos el primer transporte en llegar al campo de gitanos de Auschwitz-Birkenau... Todos los barracones estaban vacíos, no había ninguna valla todavía. Estaba todo embarrado. Nos hundíamos en el barro hasta las rodillas... pero cada día llegaba más y más gente. ... Los barracones tenían una capacidad para 500 personas y nos obligaron vivir en su interior a 1.000 de nosotros... Todos mis familiares, todos ellos murieron allí. Ninguno de ellos sobrevivió a excepción de la familia de mi primo... Tuvimos que entregar nuestra ropa y luego nos llevaron a las duchas. Después nos afeitaron... Mis padres iban con nosotros. Fue terrible. Mi padre, y mi madre también tuvieron que desnudarse. Eso fue lo más terrible de todo, la humillación. Había una guardería infantil. Eso ¿qué sentido tenía [en Auschwitz-Birkenau] una guardería?

         En marzo de 1944 me trasladaron en un transporte a Ravensbrück. Mis hermanos, todos ellos murieron. En seis meses, no quedaba nadie. Allí en Ravensbrück Anna W. vivió una de las experiencias más terribles que sufrió en su vida:
“Fui esterilizada en Ravensbrück. Tenía dieciséis años. Yo nunca supe porque me lo hicieron, ellos me dijeron que únicamente se trataba de un estudio, pero el intenso dolor posterior, entonces hacía que una se diera cuenta. Además junto a mí se lo hicieron a niñas de doce, quince, dieciséis años.  He sufrido mucho por esto, podría haber tenido una familia, podría haber tenido nietos que ahora tendrían veinte años, y mis nietos estarían junto a mí…”
        
          [Desde] Ravensbrück... nos llevaron a las fábricas de municiones en Schlieben cerca de Buchenwald... Trabajábamos en el turno de noche... Fue terrible para nosotros, los adolescentes [porque] los que se quedaban dormidos y no cumplían con la cuota de producción eran enviados de vuelta a Auschwitz. ... No iban al campo, sino que los llevaban nada más llegar a las cámaras de gas. ... Me trasladaron a las obras de Buna, cerca de Leipzig, pero no alcanzaba la tasa de la producción. ... Yo iba a ser enviada de nuevo a Auschwitz, pero me cambiaron y en mi lugar mandaron a una mujer que quería estar con sus familiares en Auschwitz...  Sino, me hubiera ido a Auschwitz...Ninguno sabía que iban a ser gaseados cuando regresaran a Auschwitz, ya que el campo gitano ya había sido desalojado [los que vivían en el Zigeunerlager en Auschwitz fueron gaseados la noche del 2 al 3 de agosto de 1944] - por lo que la mujer que se fue en mi lugar. ... [Ella] fue llevada directamente al crematorio...
        .
         Me subí a un transporte, me enviaron a Bergen Belsen... [que] era básicamente peor que Auschwitz. ... Había personas muriendo como moscas. Allí contraje la pleuresía y una  neumonía... [pero] no me llevaron a la enfermería. ... Nadie se preocupaba de mí... hasta que los británicos llegaron y liberaron el campo... me llevaron a un hospital donde me quedé durante ocho meses. Volví a Bergen Belsen y viví en el campo liberado durante dos años más [ya que] no tenía a nadie a mi lado... "

         Anna W. ha vivido en Alemania después de la guerra. Su marido ha sido una persona muy activa en los esfuerzos en los años posteriores a la guerra para lograr el reconocimiento político del sufrimiento de los gitanos por parte del gobierno alemán. Cuando, a principios de 1980, su marido construyó el primer monumento a los Romaníes en Auschwitz-Birkenau, sin haber obtenido la licencia ni el permiso para ello, fue detenido por las autoridades polacas.

        Anna W. nunca tuvo hijos.

Fuente:
- Anna W. Holocaust Testimony (HVT-2804). Fortunoff Video Archive for Holocaust Testimonies, Yale University Library.